Murió David Johansen, el último iconoclasta de los New York Dolls
Si hubiera que buscar una precuela de varias tendencias que ha dado el rock, a lo largo de su historia, muchos de esos caminos conducen a New York Dolls y a su cantante, David Johansen, quien murió el viernes 28 de febrero, aunque la noticia trascendió este sábado, 1° de marzo. Con él se ha ido aquella impronta proto-punk (en su versión norteamericana) y también la desfachatez del glam rock, con gestos iconoclastas de un posmodernismo que se adelantó a su época.
Johansen tenía 75 años y atravesaba las últimas instancias de una enfermedad a la que le dio pelea durante el último lustro. A principios de febrero dijo que había sufrido una fractura en su espalda, que tenía un tumor cerebral y que le habían diagnosticado cáncer en 2020. Todo esto confirmado por su hija, Leah Hennessey, encarga de comunicar que Johansen falleció el viernes, en su casa de Nueva York.
En su historial aparecen esos años consagratorios con New York Dolls, de la primera mitad de los setenta. También, participaciones en películas como Scrooged. Nacido el 9 de enero de 1950, en Staten Island, Nueva York, durante la década del sesenta había dado sus primeros pasos en la música como cantante de una banda de su ciudad, llamada Vagabond Missionaries, hasta que en 1971 se alistó en los Dolls. Su primera actuación fue en un concierto de Nochebuena en un refugio para personas sin hogar. Y su primer álbum, New York Dolls, fue producido por Todd Rundgren y lanzado en 1973.
Si David Bowie y el T.Rex Marc Bolan eran referentes del glam británico, los Dolls -con esa tapa de disco donde aparecían sus cinco integrantes maquillados con exageración, como drag queens, amuchados en un sofá y ostentando su cabelleras batidas y llamativos calzados de dama- realmente sacudieron desde la estética, al mercado musical norteamericano, en donde convivían los estertores de un “tradicionalismo rockero”, encabezado por los últimos años de Elvis Presley y los ecos del hipismo y la psicodelia que había sido furor en la década anterior.
¿Hubo un cierto toque de vanguardia en aquella aventura plasmada en el primer LP del grupo? Sí y no. Por un lado, en los gestos de Johansen sobre el escenario había un correlato británico, pero que había surgido muchos años antes y que se llamó Mick Jagger; por otro, en temas muy recordados de la banda, como “Personality Crisis”, además de su tono socarrón, se instaló un sonido que allanó el camino a bandas que llegaron poco después, como The Ramones, nada menos. El dato no es menor. En su primera y breve existencia, la banda dejó solo dos álbumes publicados en cuatro años. Para 1975, cuando sufrió la primera fuga de integrantes, cosa que obligó al grupo a ponerse en pausa, The Ramones estaban recién naciendo.
Desde finales de la década del setenta, Johansen diversificó su labor. Comenzó una carrera solista y aprovechó ofertas del cine. Lejos de los alaridos que profería en los Dolls, su voz, ya más encausada, quedó puesta al servicio de otras músicas (R&B, funk, soul) que no le eran ajenas.
Para finales de los ochenta había encontrado un nuevo apodo, Buster Poindexter, y tuvo con ese nombre participaciones en la banda del programa Saturday Night Live. El personaje que había creado fue para hacer un ciclo de shows en un bar de su barrio, Gramercy Park. Apostó a repertorios eclécticos con la protección que le daba ese personaje “Pensé que usaría un seudónimo para que la gente no viniera gritando por ‘Funky But Chic’”, decía. Entre peinados con jopo, smoking con moñito y copas de Martini, Buster Poindexter despuntaba el vicio con temas como “Hot Hot Hot”, una suerte de calipso pop que había ganado notoriedad en las emisoras radiales.
Mientras tanto, hacía horas de vuelto en la pantalla. Tuvo un papel en Scrooged, (1988), protagonizada por Bill Murray. También actuó en Car 54, Where Are You?, Let it Ride y Mr. Nanny. Además, incursionó en la pantalla chica, cuando HBO realizó la serie Oz.
“Cuando empecé a hacer a Buster Poindexter, un amigo solía decirme: ‘David, Buster Poindexter se parece mucho más a ti que David Johansen’. En otras palabras, con Buster realmente subía al escenario y no me editaba, simplemente decía lo que me venía a la mente y no tenía muchos filtros. Mientras que antes de eso, tenía el grupo o la banda de David Johansen o como se llamara. En ese momento, salía y representaba lo que era la imagen ideal de mí mismo. Buster era, en realidad, un poco imperfecto. Y creo que hacer eso me ayudó a ser más yo mismo”.
En ese mismo año de reencuentro, dieron varias entrevistas. En una de ellas, durante su charla con Terry Gross, para recordado por sus comcomo ese veinteañero que posaba travestido para las promociones de su banda y para las tapas Morrissey, cos, y daba conciertos que, sin bien estaban dentro de un contexto musical de época y no desentonaban con el resto, marcaron alguna diferencia. Su glam no era el mismo que el de Kiss, tampoco se alineaba al “shock rock” de Alice Cooper ni al glamour británico. El travestismo, ya implícito en el nombre de la banda, daba cuenta de la estética asumida, aunque con los años esto se atomizara.
Tres de los miembros originales de los New York Dolls se reunieron en 2004 (Johansen, Sylvain Sylvain y Arthur Kane) y durante varios años publicaron tres álbumes y realizaron varias giras. En realidad, el responsable de ese encuentro fue Morrissey que los instó a juntarse para un festival que se estaba organizado con sede en el Royal Albert Hall de Londres.
En ese mismo año de reencuentro, dieron varias entrevistas. En una de ellas, durante su charla con Terry Gross, para el programa radial Fresh Air, Johansen aseguró: “Cuando empezamos, los Dolls éramos realmente una pandilla, y era como si estuviéramos nosotros contra el mundo. Realmente estábamos tratando de hacer evolucionar la música hacia algo nuevo. Eso era una actitud muy militante para nosotros. Y luego, con el paso de los años, en los libros de historia, como la Enciclopedia Completa del rock and roll de la revista Rolling Stone, o algo así, buscas en el apéndice dónde está tu nombre y lo que dicen de ti… Y siempre decía: ‘Eran basura. Eran llamativos. Eran drogadictos. Eran drag queens’. Con el paso de los años, eso se instaló en mi mente; éramos “basura”. Y luego, al volver a aquello y deconstruirlo, para volver a armarlo, me di cuenta de que, realmente, era arte. Solo queríamos hacer una explosión de emoción. Así que eso es lo que faltaba. El rock and roll se había vuelto muy pedante y divagante, y estábamos buscando algo. Como un actor en busca de una obra de teatro o algo así”, recordó.
Johansen fue el último de los miembros fundadores de la banda. Los Dolls ya no tienen sobrevivientes. Su primer baterista, Billy Murcia, murió en 1972, cuanto el grupo todavía no había publicado su primer álbum. Johnny Thunders partió en 1991 y Jerry Nolan un año después. Arthur Kane, en 2004 poco después de la reunión de la banda; y Sylvain Sylvain, en 2021, a los 69 años. Johansen, como reza el dicho, fue el que “cierra y apaga la luz” de esta historia, aunque no faltarán fanáticos que mantengan vivo su legado.