Liam Payne, exmiembro de la famosa banda británica One Direction, murió este miércoles 16 de octubre de 2024 en Buenos Aires, Argentina. Según las fotos que trascendieron de la habitación del hotel, el cantante de 31 años habría estado consumiendo drogas, versión que coincide con un llamado al 911. Lejos de ser un episodio aislado, el joven artista enfrentaba desde hace mucho tiempo problemas de adicción.

Payne había hecho público su consumo problemático de drogas, especialmente de alcohol. No lo mantuvo en secreto, sino que habló abiertamente del tema con sus seguidores a través de redes sociales e incluso en entrevistas. En 2023, pasó por un proceso de rehabilitación. En ese momento, decidió internarse en un centro de tratamiento en Luisiana, Estados Unidos, donde permaneció durante 100 días.

El paso de Liam Payne por rehabilitación en Luisiana: “Me daba miedo lo que encontraría al volver”

En 2023, Liam Payne dio a conocer públicamente que había ingresado en un centro de rehabilitación en Luisiana, Estados Unidos, donde pasó 100 días en tratamiento. Esta decisión fue un paso importante en su vida, motivado principalmente por su deseo de superar su adicción al alcohol y mejorar su relación con su hijo, Bear, fruto de su relación con la cantante Cheryl.

En un video publicado en su canal de YouTube titulado “I’m Back”, el cantante explicó que el punto de inflexión ocurrió cuando se dio cuenta del daño que le causaba a sus seres queridos debido a su comportamiento. “Tuve que alejarme del mundo y de todo lo que conocía. Me convertí en una persona que ya no reconocía”, compartió. Además, añadió que sus adicciones afectaron tanto su carrera como sus relaciones personales.

Durante el proceso de rehabilitación, el británico dejó su celular de lado y cortó todo tipo de contacto con el exterior. En su video de ocho minutos, describió cómo desconectarse del mundo digital lo ayudó a enfocarse en su recuperación. Sin embargo, también admitió que la parte más difícil fue volver a encender el teléfono y enfrentarse nuevamente a su vida pública. “Me daba miedo lo que encontraría al volver”, dijo.

Las adicciones de Liam Payne, el ex One Direction

A lo largo de su carrera, Liam Payne había revelado en diversas ocasiones su lucha contra el alcoholismo. En varias entrevistas, reveló que comenzó a beber en exceso para lidiar con el abrumador éxito que experimentó al ser parte de One Direction, una de las boybands más exitosas de todos los tiempos.

El intérprete habló abiertamente sobre los pensamientos oscuros que lo acompañaron durante esa etapa y cómo su vida pública complicaba su bienestar mental. En 2021, en una aparición en el podcast The Diary of a CEO, afirmó haber tenido pensamientos suicidas durante su tiempo en la banda.

La fama, la presión y la constante atención mediática hicieron que el cantante recurriera al alcohol como un medio para desconectarse de su realidad. En 2023, después de casi seis meses sobrio, Payne comentó en el mismo video de YouTube que sus esfuerzos por mantenerse alejado de su adicción no habían sido fáciles, pero que lo hacía principalmente por su hijo, Bear. “Quiero ser el mejor padre posible y estar completamente presente cuando estoy con él”, explicó.

En 2022, antes de entrar en rehabilitación, enfrentó una fuerte reacción mediática debido a sus declaraciones en el podcast Impaulsive del famoso youtuber Logan Paul. Durante esa entrevista, hizo una serie de comentarios sobre sus excompañeros de One Direction, que generaron una polémica inmediata entre sus fanáticos y el público en general.

El intérprete insinuó que la banda se había formado alrededor de él y minimizó el éxito de sus compañeros. También habló negativamente sobre Zayn Malik, otro exmiembro de la banda, lo que provocó una ola de críticas.

Después de esa entrevista, Payne admitió que había llegado a un punto crítico en su vida. Reconoció que gran parte de su enojo provenía de frustraciones internas, no solo con su carrera, sino consigo mismo. Ese fue el momento en que decidió buscar ayuda profesional y entrar en rehabilitación. En ese momento, describió su estadía en Luisiana, Estados Unidos, como un proceso que le “salvó la vida”.