Murió Silvio Santos, popular animador y empresario brasileño de televisión a los 93 años

Silvio Santos
Silvio Santos - Créditos: @Agencia AP

Este sábado murió Silvio Santos, popular animador y empresario brasileño de televisión. El magnate que era dueño del grupo empresarial que lleva su nombre tenía 93 años. Falleció en el hospital Albert Einstein de São Paulo como consecuencia de una neumonía y un cuadro gripal por el que había sido internado este mes.

Ejecutivo y conductor de televisión conocido por su gran sonrisa y su frase “¿Quién quiere dinero?”, falleció tras décadas de carrera este sábado. Santos era propietario de la cadena de televisión SBT y creó varios programas de variedades. El más famoso de ellos llevaba su nombre, que presentaba desde 1963, y en los últimos años se emitía los domingos por la noche. Es uno de los programas de televisión de más larga duración de Brasil.

De acuerdo con medios brasileños, el Hospital Albert Einstein “confirmó con pesar el fallecimiento” de Silvio Santos “a causa de bronconeumonía tras infección por influenza (H1N1)”. El hospital también informó que “se solidarizaría con la familia y con todos los que sufren la pérdida”.

El presentador fue uno de los nombres más importantes de la televisión brasileña, por estar al frente del Programa Silvio Santos desde 1963, y del Sistema Brasileño de Televisión, SBT, que salió al aire en 1981.

“Hoy el cielo se alegra con la llegada de nuestro amado Silvio Santos. Él vivió 93 años para llevar felicidad y amor a todos los brasileños”, dijo SBT en su sitio web. Era conocido en todo el país por su seudónimo, pero nació con el nombre de Senor Abranavel en Rio de Janeiro, en el seno de una familia de inmigrantes judíos.

En X, el presidente Luiz Inácio Lula da Silvia homenajeó a la “mayor personalidad de la historia de la televisión brasileña”. “Su partida deja un vacío en la televisión de los brasileños y marca el fin de una era en la comunicación del país”, añadió. “Pero será siempre recordado como el rostro y la voz de los domingos de millones de brasileños y brasileñas”, dijo el mandatario. En ese marco, decretó tres días de duelo en Brasil.

Santos construyó una fortuna en la televisión y con empresas en variados sectores. Al presentador le sobreviven su esposa y seis hijas, según medios locales.

Por su parte, Telefé lamento profundamente la pérdida del conductor y productor que hizo historia en la televisión brasilera. Y es que fue quien llevó la ficción infantojuvenil Chiquititas a ese país. Esa versión de la serie fue coproducida entre SBT y Telefé, y se emitió entre 1997 y 2001 con cinco temporadas y más de 800 capítulos, entre otros exitosos contenidos de la cadena de televisión argentina que fueron parte de la pantalla de SBT a lo largo de los años.

El día que lo mantuvieron de rehén

En 2001, un secuestrador irrumpió en la casa del empresario y lo mantuvo de rehén durante más de siete horas. El hombre, identificado como Fernando Dutra Pinto, saltó el muro que rodea la mansión de Santos en el próspero distrito de Morumbí, y retuvo al magnate en la cocina. Los demás miembros de la familia lograron huir en aquel entonces. Dutra, de 22 años, había secuestrado a la hija de Santos, de 24 años en ese momento, durante una semana, y su padre pagó su rescate por 200.000 dólares.

Todo Brasil se mantuvo paralizado aquel 30 de agosto de 2001 siguiendo en vivo el desarrollo de esa historia que, como película, podría parecer exageradamente inverosímil. La semana anterior el país había amanecido conmocionado con la noticia de que había sido secuestrada Patricia Abravanel, hija de Santos.

Patricia y su padre, Silvio Santos, exultantes en el balcón de su casa tras la liberación
Patricia y su padre, Silvio Santos, exultantes en el balcón de su casa tras la liberación

Tras mantener de rehén a Silvio Santos y luego liberarlo, mientras la Policía lo buscaba en el hotel donde se hospedaba, con una frialdad absoluta entró en el ascensor en el que estaba uno de los agentes de seguridad que lo seguía. Lo fusiló. Inmediatamente, fue a la ventana y disparó sobre otros dos policías. Mató a otro agente e hirió gravemente a un tercero, empuñando un arma en cada mano con habilidad.

Herido en un hombro, escapó de la forma más increíble posible: descendió nueve pisos por el lado de afuera del edificio, deslizándose entre dos paredes, apenas con sus manos. Esa noche, Fernando Dutra Pinto se convirtió en el delincuente más buscado del país, hasta que se entregó.