“My Heart Will Go On”, la canción que James Cameron no quería para Titanic y que a Céline Dion no le interesaba
En 1997, luego del estreno de Mentiras verdaderas, el director canadiense James Cameron regresaba al cine con un ambicioso largometraje basado en los relatos del hundimiento del RMS Titanic, transatlántico británico considerado el mayor barco de pasajeros del mundo a comienzos del siglo XX, que naufragó en las aguas del Atlántico durante la noche del 14 y la madrugada del 15 de abril de 1912, tras chocar con un iceberg, mientras realizaba su viaje inaugural desde Southampton a Nueva York. En el hundimiento murieron 1496 personas de las 2208 que iban a bordo, lo que convirtió aquella catástrofe en uno de los mayores naufragios de la historia ocurridos en tiempos de paz. “My Heart Will Go On” se convirtió en el tema principal de la película, se volvió exitoso y emblemático en la interpretación de Céline Dion, pero debieron suceder varias cosas para que el tema llegara al film, incluyendo quebrar la resistencia del mismísimo Cameron.
Con Kate Winslet y Leonardo DiCaprio, el film hace foco en los respectivos personajes de Rose DeWitt Bukater y Jack Dawson, dos jóvenes pasajeros pertenecientes a clases sociales diferentes que se enamoraban a bordo del transatlántico durante su desafortunado viaje inaugural. Considerada una de las mayores producciones de la historia del cine, basta decir que Fox invirtió 57 millones de dólares sólo para la adquisición de 161.874 m² de la costa sur de Playas de Rosarito, Baja California, en México, donde comenzó a construir el Fox Baja Studios, diseñado especialmente para la filmación del proyecto, en mayo de 1996. En ese estudio se edificó el barco a escala completa. El rodaje principal comenzó en septiembre de ese mismo año, duró 160 días y finalizó en marzo de 1997.
Se sabe, el film fue un éxito de taquilla mundial y durante el primer mes de su lanzamiento, recaudó más de 600 millones de dólares. Con estos números, se convirtió en la película más taquillera de la historia a nivel mundial, récord que sostuvo por más de una década hasta ser desplazada por Avatar (también dirigida por James Cameron), que recaudó más de 2700 millones de dólares. Actualmente, Titanic ocupa el tercer lugar del listado tras ser superada por Avengers: Endgame, en 2019.
Para musicalizar el largometraje, Cameron encomendó a James Horner, compositor y director de orquesta estadounidense, la composición de 15 temas, incluido “My Heart Will Go On”, el tema principal del film, que debutó en el número uno de la lista Billboard, en febrero de 1998, y que se mantuvo durante 16 semanas como una de las 200 canciones más escuchadas del mundo. No obstante, un año antes, James Cameron sostenía que no era buena idea incluir en la banda de sonido un tema cantado y hasta la propia Céline Dion reveló en diversas entrevistas que en un principio se había negado a interpretar la canción por parecerle inapropiada.
Para ponerlo en contexto, ese mismo año, en Estados Unidos, Bill Clinton asumía su segundo mandato presidencial, mientras que en la India moría la madre Teresa de Calcuta. Además, Tony Blair se convertía en el nuevo primer ministro de Reino Unido. La sonda espacial Mars Pathfinder de la NASA tomaba contacto con la superficie de Marte y la princesa Diana de Gales moría en un accidente automovilístico en París. En Argentina, el fotógrafo José Luis Cabezas era asesinado en Pinamar por órdenes del empresario Alfredo Yabrán y Soda Stereo realizaba su Último concierto ante más de 65 mil espectadores en el estadio Monumental. En tanto, Diego Maradona disputaba su último partido como profesional jugando para Boca Juniors, frente River Plate.
Así las cosas, contra viento y marea, “My Heart Will Go On” terminó convirtiéndose en el único tema cantado de todo el film, donde la banda sonora es mayormente orquestal. Con letra de Will Jennings –el mismo compositor de “Tears in heaven”- y música del mencionado James Horner, desde un comienzo la banda sonora fue planteada de forma completamente instrumental. Sin embargo, Fox y Paramount habían firmado un contrato con Sony, lo que hizo que Tommy Mottola -el entonces jefe de la discográfica y esposo de Thalía-, presionara al director para incluir un single que se pudiese vender y que sirviera como producto de marketing. Entonces, convocaron a Jennings en secreto para escribir la letra, todo a espaldas de Cameron, que aún se negaba a incluir temas cantados en su película, con el fin de que la gente no se distrajera de la trama. Curiosamente, Jennings no había visto la película ni tampoco pudo hablar con el director antes de escribir la letra, así que debió inspirarse sobre lo que le contaron de la trama, y así fue aprobada.
La primera cantante escogida para interpretar aquella canción no fue Céline, sino una soprano noruega llamada Sissell Kyrkjebo, que incluso llegó a grabar un demo del tema, aunque finalmente decidieron convocar a Dion, sin imaginar que ese mismo día comenzaba a gestarse una de las mejores bandas sonoras de la historia del cine. Después de una charla con su marido y manager, René Angelil, la canadiense registró un demo, la única grabación que hizo del tema, y sobre aquel registro se hicieron posteriormente los arreglos finales de la orquesta.
“James Horner me presentó la canción en el Caesars Palace de Las Vegas. Me la cantó él, pero para ser justos, el pobre no era el mejor de los cantantes. Entonces dije: ‘no, esto no será posible’, pero mi difunto marido lo detuvo y le dijo: ‘mirá James, no le estás haciendo justicia a la canción. Hagamos un trato: que Céline haga un demo’. Y yo, simplemente, quería ahorcarlo, porque no quería hacerlo. No tenía necesidad. De hecho, cuando la grabé, no pensé en la película, ni en la radio, ni en nada. Pensé: ‘canta esa canción y luego largate”, contó Dion en una entrevista, en 2017. Finalmente, James Cameron aprobó la canción y así fue como resultó incluida en la exitosísima película.
El resto de la historia es conocida. “My Heart Will Go On” tuvo un éxito comercial increíble y vendió más de quince millones de copias convirtiéndose en el mayor éxito de la cantante canadiense, además de posicionarse como uno de los sencillos más vendidos de todos los tiempos. Fue incluida en el álbum Let’s Talk About Love, número uno en las listas de popularidad de diversos países, incluidos Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Canadá y Australia. Fue ganadora de 4 premios Grammy y del Oscar a la Mejor canción original. Desde entonces, ha sido la canción más emitida en las radios del mundo entero y, hasta hoy, se la recuerda como la canción más emblemática de la talentosa cantante canadiense.