Nació en el conurbano, se exportó a Europa y hoy tendrá su “Lolla” en el Autódromo
“Siempre con punteos colombianos y el bajo bien marcado”, explica Maxi Gen, uno de los que empezaron con todo esto. “Lo que tiene de diferente es que golpea a un tiempo más hacia atrás”, había definido en una entrevista L-Gante, la cara más visible. Simplificando -tal vez demasiado- para que los neófitos no se pierdan en tecnicismos: es una mezcla de reggaetón y cumbia villera. El RKT es un fenómeno extraño: le pasa completamente por un costado a un par de generaciones y pega a niveles insospechados en otra.
Pese a haber nacido en los barrios de clase trabajadora del Conurbano, ya lo escuchan -como dice Gusty DJ, referente del género- “los chetos, los villeros, toda la Argentina”. Las reproducciones en las plataformas de streaming de sus artistas emblemáticos se cuentan en cientos de millones, los temas se encadenan en las playlists de infinitas juntadas: si algo le venía faltando era, acaso, un evento de verdad masivo en un espacio representativo de la música argentina. Y este viernes 1° de noviembre llena el álbum: El Caserío, la fiesta cien por ciento RKT que cada fin de semana reúne a los DJs más importantes del género con su público devoto, ofrece su Halloween Edition, coproducida por nada menos que en el Autódromo de Buenos Aires que alguna vez albergó a la Creamfields y a La Renga. ¿Las entradas? Agotadas hace rato, por supuesto.
Para entender este megaevento en particular, a El Caserío y al estallido del movimiento hay que ir para atrás en el tiempo y para el Norte en el espacio. Alguna vez existió un boliche en San Martín llamado Rescate que, dice Maxi, “era mágico”. Iban más de 1500 personas todos los días, como a misa, pero más divertido. “Yo era fan del boliche”, dice Gusty, nativo de la zona, por entonces un jovencito que recién daba sus primeros pasos (arrancó en la música con una computadora del programa Conectar Igualdad) y que hoy tiene, entre otros logros, 168 millones de plays en YouTube y otros 107 millones en Spotify en su rol de productor de “Dos besitos”, hitazo con La Joaqui y Salastkbron. “Mirá lo que hubiese sido Rescate con las redes de hoy en día. No, por favor, ¿sabés lo que hubiese sido? Era famoso sin redes. Vos te ibas a Morris, a José C. Paz, y te decían: ‘Che, ¿vos sos de San Martín? ¿Y qué onda ese Rescate? La rompe, ¿no?’”, cuenta Gusty. Estamos hablando de principios, mediados de la década pasada, época de auge del reggaetón en la Argentina. “Rescate siempre era el primero que traía a todos: Arcángel, Wisin & Yandel, Cosculluela, Kendo Caponi, Alexis & Fido, Chapa C, La Factoría”, enumera Maxi. A los DJ que pasaban música ahí -él entre ellos- se les ocurrió una idea: mixear las partes vocales de estos reggaetoneros de moda con bases de bajos filtrados de cumbia colombiana medio rústica. La semilla del RKT estaba sembrada.
En 2014 el municipio cerró Rescate por venderle alcohol a menores y el fenómeno incipiente se quedó huérfano. Lo cual, desde ya, lejos estuvo de matarlo. “Hubo un grupo de chicos de la zona de Escobar, de José C. Paz y más allá que se encargaron de seguir impulsando el sonido: Papu, Ciro y Brian Style”, dice Maxi. En 2020, Papu hizo lo que no se hacía: mandarle un beat de RKT a L-Gante en lugar de un trap, que era lo que se estilaba por aquellos tiempos. Y Elián también hace lo que no se hacía: cantarle encima, porque hasta ese momento todo el RKT todavía consistía en partes vocales de reggaetoneros con bases cumbieras remixadas. Así nace “L-Gante: RKT Sessions #1″, el big bang del RKT real argentino: más 600 millones de reproducciones sumando plataformas. “Sin manager, sin dirección, sin nada. La canción fue boca a boca, ¿me entendés?”, refuerza Gusty. Un fenómeno orgánico de verdad, apalancado por otro fenómeno de la época: TikTok. “Primero se pega el trend y después se pega el tema”, dice Maxi. Lo sabe bien Gusty, que viene acopiando trends en cantidad. “Yo creo que TikTok es la plaza de hace cinco años”, dice el DJ. “Antes se juntaban 50 o 60 pibes en una plaza y mostraban una canción, y ahí se iba boca a boca. Ahora si suena en TikTok es porque suena en el barrio”.
La gacetilla de prensa le pone números al éxito: “Solo en 2023 se registró un crecimiento de 766 % de audiencia en el país, e incluso se popularizó en países como Chile y España”. Antes de eso se sumaron figuras que lograron trascender el nicho: el recordado Noba, Callejero Fino, La Joaqui. Y más o menos por esa época, el movimiento encontró un lugar: El Caserío.
Julián Silvani tenía poder de decisión en un boliche que tenía dos pistas y un día dispuso que en una de ellas se pase solo RKT. Resulta que a la otra nadie más fue. El DJ Adri Fuentes insistió con el género: “Lo ponía incluso cuando era denostado, cuando nadie quería que suene. Porque siempre el RKT tuvo mucho estigma, siempre se lo condenó porque era la música que bailaba la gente de los barrios bajos”, dice Silvani, creador de El Caserío. El machaque funcionó y en un momento esa movida mutó en El Caserío como marca, con una premisa que repiten hasta hoy y que usan en sus redes sociales como eslogan: Los DJ son artistas. “Este es un género 100% argentino, creado por DJ. Nuestro propósito con El Caserío es reconocer y reivindicar el rol del DJ como un verdadero artista y no como una persona que tiene que ir, como se dijo en algún momento, a buscar un trabajo honesto”, explica Jupi y refiere a la histórica frase que Pappo le dijo a DJ Deró.
El Caserío también creció orgánicamente, ahora sí con redes pero sin publicidad, sin manija mediática. Empezaron organizando eventos para 300 personas y, yendo y viniendo por múltiples sedes, metieron nada más y nada menos que 200.000 personas durante 2023 y otro tanto en lo que va de este año. La frutilla del postre es este Autódromo a pleno en el que fungirán como hacedores de RK” un seleccionado integrado por Gusty, Adri Fuentes, Laalo DJ, CRONOX, DJ KBZ, DJ Pirata, Doble P, Eze Greco, Eze Remix, Facuu DJ, Gnabry, Mambo DJ y Matt Sebastian. Esperan más de 10.000 personas, fantasean con un próximo Movistar Arena y preparan el pasaporte: “Donde vaya el RKT, va a estar El Caserío. Para 2025 ya tiene agenda en España, en Miami y en México”, aporta David “Colo” Carbone, manager de varios referentes del género. Habrá que preguntarse, en todo caso, como un estilo tan profundamente argentino conecta con audiencias que no comparten códigos, como la mexicana o la española. El secreto de este éxito universal lo da el mismo Colo: “Son los jóvenes. Los jóvenes siempre imponen la música. El rock lo impusieron los jóvenes. El tango en su momento lo impusieron los jóvenes. La cumbia villera en 2001, lo mismo. El reggaetón. Y el RKT también lo impusieron los jóvenes, porque está hecho por artistas jóvenes y para jóvenes”.