¿Nació la Arctic Monkeys manía?: la banda más esperada de Primavera Sound y el fervor de un público que quería estar muy cerca

Arctic Monkeys debió frenar el show en más de una ocasión por las avalanchas que se produjeron muy cerca del vallado
Arctic Monkeys debió frenar el show en más de una ocasión por las avalanchas que se produjeron muy cerca del vallado - Créditos: @AFV/Patricio Pidal

Cuando en 2018 Arctic Monkeys lanzó Tranquility base hotel & casino, su sexto álbum de estudio, tanto la crítica como el público quedaron en principio un tanto desconcertados, dado el abrupto y notorio cambio de dirección musical adoptado por la banda respecto de AM, su exitoso y laureado antecesor publicado en 2013. Cinco años después de aquel suceso, el panorama resultaba muy diferente: el clásico rol de frontman rockero dio paso al crooner; las guitarras ruidosas de antaño cedieron al protagonismo casi absoluto del piano y la rítmica frenética y bailable disminuyó unos cuantos cambios en pos de una propuesta más apacible y embriagadora. Y si bien la jugada fue por cierto muy riesgosa, no fueron pocos los que pronto cayeron rendidos a los pies de esta nueva etapa musical, ponderando la valentía y la osadía de alejarse de una fórmula probada en pos de crecer profesionalmente.

Ahora con The Car, su flamante producción discográfica grabada entre Londres y París y aparecida el pasado 21 de octubre, el grupo oriundo de Sheffield no sólo redobló la apuesta sino que profundizó aún más en esa veta donde, bajo un manto de densa oscuridad, se entremezclan el jazz, el soul y el lounge más un dejo de chanson francesa. Sin embargo, en su reencuentro con el público argentino como número central de la última jornada de Primavera Sound, Arctic Monkeys apeló a un set bien festivalero, de climas variados y que osciló entre su atildado presente y sus grandes hits.

El show de Arctic Monkeys, lo más esperado del festival
El show de Arctic Monkeys, lo más esperado del festival - Créditos: @AFV/Patricio Pidal

Bajo una intensa lluvia y frente una audiencia por demás enfervorizada e incontenible, “Sculptures of anything goes”, uno de sus nuevos temas, dio el puntapié inicial a la velada, seguido de “Brianstorm” y “Cornerstone”. Sin embargo, de un modo muy atinado, y en medio de “Snap out of it”, el cantante Alex Turner dio la voz de alto y la banda interrumpió su ejecución debido a fuertes empujones que llevaron a gran cantidad de público a apretujarse muy peligrosamente sobre las vallas de contención. Una vez que los ánimos se calmaron, los Monkeys regresaron al escenario principal del festival y retomaron la faena de la mano del enérgico “Why’d you only call me when you’re high?”.

Secundada por una circunspecta y formal puesta en escena, la agrupación dio también una pauta de sus actuales intereses musicales a través de “There’d better be a mirrorball” y “Body paint”, muy en línea con temas de su álbum anterior, como los cautivadores “Four out of five” y “Tranquility base hotel & casino”, donde el sosiego y la serenidad cool cobran una relevancia suprema, dando además la sensación de que este tipo de piezas lucirían mejor y más acordes a un recinto cerrado.

Como contrapartida al modelo 2022 de Arctic Monkeys, su costado rockero también estuvo presente en esta nueva escala en tierras argentinas mediante las muy coreadas “Arabella” (con un guiño a “War pigs” de Black Sabbath), “Potion approaching” y “Do I wanna know?”. Ambas facetas musicales evidenciaron la versatilidad de una banda cuyo crecimiento y madurez en escena son por demás notorios. Jamie Cook (guitarra), Matt Helders (batería) y Nick O’Malley (bajo) pasan con total naturalidad de su reconocida y probaba contundencia a un estado de elegancia y exquisitez que suena aún más grandilocuente y orquestal gracias al aporte de los teclados, eventuales percusiones y una tercera guitarra.

Arctic Monkeys llegó a Primavera Sound con un nuevo disco bajo el brazo, The Car
Arctic Monkeys llegó a Primavera Sound con un nuevo disco bajo el brazo, The Car - Créditos: @AFV/Patricio Pidal

Luciendo gafas oscuras y una impecable camisa blanca bajo un saco negro, Alex Turner sedujo al público en general y provocó suspiros en la amplia concurrencia femenina con una voz que suena cada vez mejor, un gran dominio del escenario y sobre todo con una impronta que, por momentos, lo acerca a los más célebres vocalistas melódicos de la década del setenta. Por su parte, y desde una perspectiva compositiva, sus más recientes creaciones parecen ubicarse y ahondar aún más en el derrotero recorrido junto a The Last Shadow Puppets, el formidable proyecto paralelo que comparte con Miles Kane.

Tras agradecer al público por acercarse hasta Costanera Sur en un día tan gris y destemplado y prometiendo una próxima visita, “I bet you look good on the dancefloor” y “505″ le bajaron el telón al apasionado, aunque lamentablemente un tanto revuelto e interrumpido, nuevo encuentro de Alex Turner y los suyos con una audiencia que hace varios años ya los adoptó como propios.