Netflix: cinco películas que prometían mucho pero terminaron decepcionando
Cuando uno piensa en un thriller con Sandra Bullock para Netflix luego del éxito de Bird Box: A ciegas, o en la nueva película del aclamado director Joe Wright con protagónico de Amy Adams, las expectativas por ver dichas producciones suben notablemente.
De todos modos, muchas cosas pueden fallar en el camino y en esta nota repasamos cinco films de la plataforma de streaming que tenían historias, figuras y realizadores interesantes, pero cuyos resultados no fueron óptimos.
*DE TAL PADRE
La película de Lauren Miller tenía todos los aditamentos para ser una efectiva comedia dramática y su secuencia inicial también parecía indicar que estábamos ante una narrativa original. Sin embargo, todo se va desmoronando con el correr del relato.
Kristen Bell interpreta a Rachel, una joven workaholic de vida perfectamente planeada que es abandonada por su prometido en el altar por no poder soltar su celular en ese importante momento. La cancelación de la boda es el disparador para que Rachel inicie un viaje introspectivo que implique ir a los orígenes de ciertos patrones de conducta . En ese contexto, se reencuentra con su padre Harry (Kelsey Grammer), a quien no había visto desde que tenía cinco años.
En una apuesta de guion un tanto forzada, ambos se van de viaje en el crucero que la joven tenía reservado para su luna de miel. Lejos de construir secuencias en las que Rachel y Harry puedan indagar en sus problemáticas familiares, Miller (también responsable del guion) no deja respirar a su película al incluir una subtrama pseudoromántica innecesaria con Seth Rogen (su marido en la vida real) como protagonista.
De esta forma, las verdaderas figuras del film tienen poco tiempo en pantalla para que el espectador conserve el interés por sus dilemas, sumado a que Bell y Grammer, dos excelentes comediantes, no logran una química que eleve el material de base.
*EL SILENCIO
Una tendencia a la que se sumó Netflix en los últimos años es a la entrega de films y series distópicas con Bird Box: a ciegas, de Susanne Bier, como punta de lanza, uno de los éxitos indiscutidos de la plataforma de streaming. El problema surge cuando los estrenos se “pisan” entre ellos, volviendo indistinguibles a unos de otros. El silencio integró ese grupo de films.
El largometraje de John R. Leonetti (prolífico director de fotografía) basado en la novela homónima de Tim Lebbon nos presenta de inmediato la amenaza que sobrevolará a los protagonistas, unas criaturas que vuelan en enjambres, una verdadera plaga que se propaga rápidamente pero que tiene su propio talón de Aquiles: las monstruosas figuras denominadas vespas atacan al sentir al sonido como una amenaza.
Si suena familiar, es porque tan solo un año antes John Krasinski estrenaba la excelente Un lugar en silencio, largometraje con el que es imposible no comparar al de Leonetti.
A diferencia de ese gran film, en El silencio todo se mueve a contramano de su premisa. En lugar de inclinarse por un minimalismo visual y poner la mirada en las interacciones sutiles entre sus protagonistas, el guion de Carey y Shane Van Dyke cree firmemente que más es más y apila secuencias que pretenden ser aterradoras pero que no logran cumplir ese cometido . Asimismo, la heroína de esta historia es Ally (Kiernan Shipka), una joven que perdió la audición luego de un accidente y que, al descubrir que tiene una ventaja sobre las vespas, le implora a su familia que solo se comunique a través de lengua de señas.
EL silencio descarta de modo desprolijo esa dinámica en pos de incorporar personajes que no hacen más que restarle potencia a las vivencias de Ally y su familia en esa situación de peligro.
*IMPERDONABLE
Luego del enorme impacto que tuvo la mencionada Bird Box: A ciegas, la primera película de Netflix comandada por Sandra Bullock que fue vista por 45 millones de personas en su primera semana, la actriz se embarcó en una cruza de drama con thriller que generaba expectativas muy altas, pero que se terminó convirtiendo en un film que pasó inadvertido . Imperdonable fue dirigida por la cineasta alemana Nora Fingscheidt, quien adaptó la miniserie británica homónima con diferentes ejes y poca contundencia, por querer incluir todo lo que mostraba lo escrito por Sally Wainwright en una película de poco menos de dos horas.
De esta forma, Imperdonable se siente abarrotada, especialmente cuando abandona el derrotero de su protagonista. Bullock interpreta a Ruth Slater, una mujer que es liberada de prisión tras cumplir una condena por homicidio, y cuyo objetivo es el de reencontrarse con su hermana Katie (Aisling Franciosi), quien fue adoptada a los cinco años por una familia que le ocultó su pasado.
Aunque la actriz intenta darle matices a un personaje unidimensional que bordea el cliché (mujer traumada por su pasado, arisca, de pocas palabras y apática con su entorno), no se la nota particularmente cómoda con el papel, con excepción de sus interacciones con un carismático Jon Bernthal. Y si hablamos de interacciones, a priori se nos prometía una suerte de duelo actoral entre Bullock y Viola Davis que se reduce a una sola secuencia. La actriz de Historias cruzadas merecía mucho más que un personaje que está supeditado al de Ruth y que solo aparece cuando al guion le resulta conveniente.
Más allá de sus traspiés, Imperdonable cuenta con una interesante interpretación de Franciosi, otro rol que podría haber sido mejor explorado pero que la joven rescata en más de una ocasión.
*LA MUJER EN LA VENTANA
Otra película que tenía muchísimos componentes para convertirse incluso en candidata a los premios Oscar, como se especuló inicialmente cuando se supo que la novela de Dan Mallory/A.J. Finn (un personaje atractivo que tendrá su biopic) iba a ser adaptada por Tracy Letts para un largometraje del director Joe Wright y con protagónico de Amy Adams. Nada parecía destinado a fallar y, sin embargo, eso fue lo que terminó sucediendo.
La actriz interpreta a Anna Fox, una psicóloga infantil que sufre de agorafobia y permanece todos los días de su vida en su casa de Manhattan, donde se refugia en el alcohol, las pastillas y las vidas ajenas. Los guiños a La ventana indiscreta de Alfred Hitchcock no pasan inadvertidos cuando vemos a esa mujer espiando a sus vecinos hasta que termina siendo testigo del presunto de asesinato de Jane (Julianne Moore).
Cuando Anna denuncia lo que presenció, su testimonio es desestimado por su conducta errática y, para las autoridades policiales, poco confiable. Letts pudo haber explorado con mejor tacto las problemáticas de salud mental a través de su personaje central, pero el film de Wright tuvo tantos inconvenientes en su etapa de guion y de montaje, que ésto indefectiblemente se termina notando en el resultado final que es un tanto vergonzoso y poco digno de Adams .
En un caso curioso, Netflix estrenó en enero de este año La mujer de la casa de enfrente de la chica en la ventana, una serie paródica de las historias que tienen al vouyerismo como pieza clave y que es mucho más asertiva en su approach al conflicto de su protagonista -más allá del cambio de género- que el largometraje de Wright, un director que tuvo una brillante ópera prima (la adaptación de Orgullo y prejuicio), una excelente segunda producción (Expiación, deseo y pecado) y que luego empezó a trastabillar.
*FUERZA TRUENO
Ya quedó demostrado que cuando Melissa McCarthy es dirigida por su marido, el también actor y guionista, Ben Falcone es cuando menos da en la tecla. Fuerza Trueno, lamentablemente, no fue la excepción a la regla.
El film de Falcone buscaba retratar el reencuentro entre dos amigas de la infancia (interpretadas por McCarthy y Octavia Spencer) que se distancian por una situación desafortunada. Ya adultas, hacen las paces y, sin demasiadas explicaciones, forman una dupla de superheroínas que buscan salvar al mundo.
Uno de los errores que comete Falcone es el de no haber desarrollado con profundidad el inicio de la amistad entre Lydia y Emily, ya que eso le hubiese dado otra tesitura a su reunión. En este punto es inevitable trazar un paralelismo con Cazafantasmas y el vínculo -también originalmente quebrado- entre Erin (Kristen Wiig) y Abby (McCarthy), mucho mejor explorado por el gran Paul Feig.
Tampoco ayuda que el director apele a explotar solo una faceta de McCarthy (el slapstick), cuando ya quedó demostrado que la actriz está para mucho más (su segunda nominación al Oscar por ¿Podrás perdonarme algún día? es la prueba irrefutable de ésto). Sin embargo, el problema mayor es la falta de química con Spencer, quien se mantiene en un tono parco durante toda la historia y nunca le aporta carisma a su personaje.