Netflix: El proyecto Adam: de cómo un duelo inspiró la película más personal de Ryan Reynolds

El proyecto Adam, con Ryan Reynolds, disponible en Netflix
El proyecto Adam, con Ryan Reynolds, disponible en Netflix

El proyecto Adam (The Adam Project / 2022). Dirección: Shawn Levy. Guion: Jonathan Tropper, T.S. Nowlin, Jennifer Flackett, Mark Levin. Fotografía: Tobias A. Schliessler. Edición: Jonathan Corn, Dean Zimmerman. Música: Rob Simonsen. Elenco: Ryan Reynolds, Mark Ruffalo, Jennifer Garner, Zoe Saldana, Catherine Kenner, Walker Scobell. Disponible en: Netflix. Nuestra opinión: buena.

Hay algo encantador e irresistible en las propuestas de la dupla Ryan Reynolds -Shawn Levy. El actor se había puesto previamente bajo las órdenes del director el año pasado en la efectiva Free Guy: Tomando el control (disponible en Star+), una película de aventuras y ciencia ficción en la que interpretó a Guy, ese hombre desdibujado que tenía un rol pasivo en un videojuego, hasta que el ingreso de una de sus programadoras en el mismo le da un propósito para tomar el liderazgo. El film llevó a buen puerto su premisa con la comedia como bandera, grandes efectos visuales y, claro, con un protagonista que desplegaba su carisma en justas dosis.

Si bien Deadpool ya le había brindado a Reynolds un merecido reconocimiento, no fue hasta Free Guy que el actor se convirtió en eso que ya no abunda: una verdadera estrella de Hollywood que mueve la aguja del interés del espectador, a quien el actor se mete en el bolsillo ya desde la primera secuencia en la que aparece. En El proyecto Adam, la segunda colaboración de Reynolds con Levy que a partir de este viernes se puede ver por Netflix, se emplea la misma sensibilidad que en Free Guy (la dupla conoce su audiencia, y apunta a tocar la fibra nostálgica), si bien el desarrollo es un tanto más intrincado.

El actor confesó en una ocasión que la génesis de El proyecto Adam surgió cuando se encontraba atravesando el duelo por la muerte de su padre, etapa en la que se sentía más molesto que angustiado. “Luego me di cuenta que estaba enojado con mi papá por haberse muerto”, explicó el actor. En efecto, en la película nos encontramos con un escenario similar, y con un Reynolds que, como le manifestó a Levy, quería hacer hincapié en cómo el fallecimiento de un progenitor nos retrotrae indefectiblemente a la infancia. De allí se desprende la propuesta lúdica y cándida del film, que no disfraza sus guiños al cine de Steven Spielberg y a su máxima inspiración: la saga Volver al futuro de Robert Zemeckis. El viaje en el tiempo que se produce en El proyecto Adam es el que realiza Adam Reed (Reynolds), un piloto de 2050 que emprende la búsqueda de su su gran amor, Laura (Zoe Saldana, un tanto desaprovechada), pero quien accidentalmente arriba a 2022 y a la casa de su niñez, donde se encuentra con su versión de 12 años, interpretado con gran timing cómico por el pequeño Walker Scobell.

A partir de ese momento, la misión de ambos Adam será la de prevenir que la comandante Maya (Catherine Keener, a quien le toca en suerte el personaje menos logrado, el de la villana cuya metamorfosis se explora con premura) utilice la posibilidad de viajar en el tiempo para su conveniencia, pero también hay otro objetivo que se conecta con la idea primigenia de Reynolds: reencontrarse con su padre Louis (Mark Ruffalo, quien utiliza al máximo el poco tiempo que tiene en pantalla) para subsanar el atribulado vínculo que tuvieron hasta su fallecimiento.

El proyecto Adam, otro logro del tándem Shawn Levy-Ryan Reynolds
Netflix


El proyecto Adam, otro logro del tándem Shawn Levy-Ryan Reynolds (Netflix/)

La segunda oportunidad que tiene Adam se extiende a su madre Ellie (Jennifer Garner), quien sufrió los daños colaterales de la muerte de su esposo al tener que recibir en carne propia los desplantes de su hijo y la falta de contención. Cuando El proyecto Adam se aleja de la sobreexplicación de los ribetes temporo-espaciales, la historia va tomando otro color y nos recuerda el porqué del éxito de las películas sci-fi familiares: si no hay una conexión humana de base, el relato se cae como castillo de naipes. Los guionistas del film (Jonathan Tropper, T.S. Nowlin, Jennifer Flackett, y Mark Levin) jamás descuidan este aspecto, incluso cuando Reynolds comanda secuencias de acción de tinte cool con canciones populares que son un caballito de batalla para que esos tramos del largometraje funcionen.

El éxito de El proyecto de Adam se consigue en los momentos micro, aquellos en los que su protagonista, junto a Scobell, Garner y Ruffalo, les dan profundidad a los integrantes de esa familia que se quebró con la muerte de Louis y que, gracias a las invenciones de éste, tienen la preciada posibilidad de verbalizar todo aquello que el dolor no les permitió hacer originalmente. Dichas escenas, en las cuales su protagonista contribuyó en los lineamientos, conmueven precisamente por esa autorreferencialidad que se amalgama de manera orgánica con el cine de aventuras.