Netflix expone los trapos sucios del culto al orgasmo de Silicon Valley

Nicole Daedone in Orgasm Inc.: The Story of OneTaste. Cr. Courtesy of Netflix © 2022
Nicole Daedone in Orgasm Inc.: The Story of OneTaste. Cr. Courtesy of Netflix © 2022

El sexo vende. De eso no cabe ninguna duda. Las fantasías, las carencias, lo tabú… existen muchas maneras de exprimir la curiosidad y deseo del ser humano para beneficio de una marca, producto o idea. Y Netflix ha tomado la iniciativa de adentrarnos en una de ellas: OneTaste, una compañía fundada en la meca de las start ups, los gurús tecnológicos y el terreno de la innovación como Silicon Valley, que prometía “iluminación espiritual y comunidad a través de orgasmos femeninos de 15 minutos”. Sin embargo, lo que empezó como una idea centrada en el empoderamiento de la mujer a través de la sexualidad derivó en un culto bizarro que la plataforma se encarga de desenmarañar en un documental revelador.

La industria del orgasmo: La historia de OneTaste se suma a la moda de exponer los trapos sucios de los gurús modernos. Así como hizo The Dropout en Disney+ relatando el engaño de Elizabeth Holmes (interpretada por Amanda Seyfried) o el declive ambicioso del fundador de WeWork en WeCrashed de Apple TV+ (con Jared Leto) -ambas muy recomendables, por cierto-, este documental de Netflix se adentra en la historia de una idea. Una que aspiraba a llegar muy lejos en el mundo del wellness, pero acabó en terreno pantanoso, desapareciendo del radar mediático y siendo investigada por el FBI a partir de acusaciones de tráfico sexual.

OneTaste apareció en la escena de San Francisco, California, a inicios del nuevo siglo con una fundadora carismática llamada Nicole Daedone. Sus charlas de tipo TED eran todo un éxito en YouTube, generando conversación y curiosidad a pasos agigantados, escalando posiciones entre las start ups de Silicon Valley a través de su elocuencia y una idea centrada en lo que llamaba la “meditación orgásmica”, más conocida por sus siglas en inglés ‘OM’ (otra estrategia perfecta para el marketing). Específicamente se trata de una técnica centrada en tocar el clítoris de la mujer, con movimientos específicos y durante 15 minutos, hasta alcanzar el clímax. Pero más allá de la técnica, lo que Nicole inicialmente ofrecía era el empoderamiento de la sexualidad femenina, captando miles de seguidores en el proceso. Desde mujeres que buscaban sentirse más seguras en su cuerpo y sexualidad, a hombres con el corazón roto o con problemas para relacionarse con las mujeres.

Justine Dawson in Orgasm Inc.: The Story of OneTaste. Cr. Courtesy of Netflix © 2022
Justine Dawson in Orgasm Inc.: The Story of OneTaste. Cr. Courtesy of Netflix © 2022

La empresa creció de tal manera que daban clases, talleres y hasta ofrecían una membresía anual que costaba unos 60.000 dólares al año. Incluso tenían un programa especial para quien quisiera convertirse en maestros de la técnica. Evidentemente con mucha práctica presencial, con demostraciones que literalmente se basaban en colocar a una mujer semidesnuda en una camilla, exponiendo sus genitales al público, mientras un maestro OM practicaba la dichosa técnica sobre ella. El ascenso de OneTaste llamó la atención de celebrities como Gwyneth Paltrow -con su propio imperio wellness- que contó con la fundadora en uno de sus podcasts.

Como el documental cuenta con testimonios de exmiembros e imágenes de archivo grabadas en los propios eventos, clases, charlas y seminarios, consigue contagiarnos el impacto del crecimiento de la idea, pero también los trapos sucios de su caída. Porque lo que surgió como un mensaje de empoderamiento femenino terminó distorsionándose en una especie de culto donde Nicole era la líder. A lo largo de la hora y media que dura el metraje somos testigos del testimonio de varios exmiembros que hablan de la manipulación psicológica presuntamente sufrida. Dan ejemplos de las situaciones vividas bajo el liderazgo de la fundadora como, por ejemplo, tener que servir como conejillos de indias en las demostraciones sexuales para atraer los bolsillos de clientes masculinos que pagaban decenas de miles de dólares por “aprender” la técnica.

Se habla de un imperio que encontró un nicho sexual con sus propias terminologías, incitando la excitación como medio de vida para la mujer, como medio para sentirse empoderada en lugar de empoderar sus propios deseos y valía. Algunas de las mujeres que escalaron dentro de la organización revelan cómo se sentían psicológicamente manipuladas por la fundadora, reprimiendo sus verdaderos deseos para complacer a esta líder carismática. Mientras también se mencionan técnicas de humillación y abuso psicológico como si fuera una doctrina de culto.

Y lo que nació como una idea de tono feminista se habría transformado en algo oscuro en donde empezaron a tener lugar el ocultismo, la masturbación masculina, clases de sadomasoquismo y aceptación de la violencia como parte de la liberación masculina. No solo lo revelan exmiembros, sino también que recurren a grabaciones que así lo demuestran y una charla en particular donde Nicole Daedone decía que la violación no existe si la mujer está excitada. “Si quieren saber la forma real de desviar la violación es excitarte al 100%. De esta manera no hay nada que violar” dijo en una lección de OneTaste.

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Según los testimonios, Nicole Daedone desvió su imperio wellness en ideas de otras religiones y creencias, sobre todo de la cienciología. Sin embargo, el asunto fue torciéndose hacia el ocultismo con rituales en donde nombraban “sacerdotes del orgasmo”, practicando la “meditación orgásmica” como si se tratara de un ritual épico donde los hombres pasaban de mujer a mujer. Se habla de unos 200 asistentes, de un evento que duraba cinco días y una entrada que valía unos $15.000 con ganancias finales estimadas en un millón.

Daedone enseñaba que mientras más se practicaba la Meditación Orgásmica más se liberaban los traumas, hilando su mensaje wellness con la venta de sus lecciones sobre sexualidad femenina. Y digo venta porque así lo muestran en el documental, con toda una estrategia para captar futuros miembros en las charlas abiertas al público, planes de pago y una técnica de venta empática pero agresiva centrada en empoderar al cliente hasta que no le quedaba más remedio que creer que se trataba de la mejor opción para su vida.

Pero todo se derrumbó en 2018 cuando Bloomberg publicó una historia sobre la compañía, alegando que los empleados eran presionando por sus jefes a tomar cursos costosos que no podían afrontar. Otros acusaron a OneTaste de ser una “red de prostitución” donde pedían a los empleados que tuvieran sexo entre ellos como método para solucionar conflictos o tensiones labores, o participaran de las meditaciones orgásmicas con los clientes. OneTaste mantiene que las acusaciones son falsas, y si bien no se han presentado cargos contra la empresa o su fundadora, existe una investigación del FBI abierta.

A pesar de todo la empresa sigue activa bajo otro nombre -Institute of Om- y ofreciendo cursos de OM por $525. Mientras que Nicole Daedone desapareció un tiempo del radar para regresar a Instagram justo después del estreno del documental. Y lo hizo con un vídeo, y su única publicación tras borrar todo el historial en su perfil, donde repite su mantra del poder independiente de cada persona. No está muy claro si se trata de una declaración de intenciones en contra del documental, pero no creo estar equivocada en inclinarme a creer que sí lo es.

La industria del orgasmo: La historia de OneTaste está disponible en Netflix y si bien carece de la contundencia de otros documentales similares como El timador de Tinder, Bikram: Yogui, gurú, depredador o Wild Wild Country, nos ofrece una mirada íntima hacia el nacimiento de una idea interesante. Una idea que dejaba caer el velo del tabú sobre el orgasmo femenino, pero que terminó distorsionada por el aparente abuso de poder de una misma mujer.

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