¿Qué niños son más vulnerables a sufrir una neumonía y cómo debes actuar?
La neumonía es la enfermedad infecciosa que ocasiona más fallecimientos infantiles, según UNICEF. La mayoría de estos ocurren en países en vías de desarrollo, y se podrían evitar. No obstante, en países desarrollados es una causa frecuente de hospitalización y de otros problemas de salud. En Europa, la incidencia es de 10 a 40 casos por cada mil niños al año.
Teresa García-Barredo es fisioterapeuta respiratoria y fundadora de Neumogym Salud Respiratoria. Hemos charlado con ella para que nos explique las implicaciones de esta afección en niños y cómo favorecer una buena recuperación.
El periodo más vulnerable
En la neumonía hay una inflamación de los sacos aéreos, como cuenta la experta. "Es decir, donde debería haber aire, hay sustancias, como por ejemplo, moco". Esto afecta negativamente a su capacidad respiratoria y el niño se muestra cansado, aumenta esa frecuencia al respirar y puede aparecer la fiebre.
La neumonía suele estar originada por virus, bacterias y hongos, y algunas pueden ser mixtas, cuando conviven virus y bacterias. "Lo normal es que en menores de dos años sean por virus", aclara. "Aunque existen otro tipo de factores como los ambientales o nutricionales que pueden favorecer el desarrollo de la misma".
En general, los niños menores de cinco años, y especialmente los de dos años, son los más vulnerables a la neumonía.
Esto puede ocurrir por distintos motivos, pero es clave la inmadurez tanto de su sistema inmunitario como de su sistema respiratorio. "Tienen menor protección ante determinados agentes", señala la especialista.
Hay niños que presentan alguna condición adversa de salud que favorece la aparición de neumonía. Es el caso de displasia broncopulmonar, disciniesia ciliar primaria, reflujo gastroesofágico, fibrosis quística, bronquiectasisas o asma, por ejemplo. También los que tienen problemas neuromusculares, hipotonía o alteraciones en su desarrollo, como es el caso de la parálisis cerebral o el síndrome de Down.
Cuando hay neumonías recurrentes
Hablamos de neumonías recurrentes cuando el niño "tiene dos episodios en un año o tres episodios en cualquier periodo de tiempo. En estos casos hay que valorar el origen de esta circunstancia", aclara la responsable de www.neumogym.com.
Tras una neumonía no es habitual que aparezcan secuelas graves, especialmente en niños que no tienen otras condiciones adversas de salud asociadas. Pero sí hay que tener en cuenta que una vez que el niño ha tenido un episodio de neumonía, "los bebés que ya de por sí generan mucha secreción van a generar ahora más cantidad y por causas anatómicas y fisiológicas van a movilizan peor ese moco. Por tanto, es más fácil que los conductos se obstruyan y hagan peor sus funciones, entre otras la oxigenación".
Siempre hay que analizar por qué ha sucedido la neumonía. "A menudo me encuentro con bebes o niños que han pasado por varios procesos. A veces estos son muy encadenados sugiriendo que el proceso inicial no terminó con una adecuada recuperación del parénquima [tejido funcional de los pulmones], favoreciendo así la complicación de nuevo en la zona que era más susceptible (donde tuvo la neumonía anterior)", subraya Teresa García-Barredo.
Los bebés están más expuestos a la neumonía por la inmadurez de su sistema inmunitario y de su sistema respiratorio
¿Cómo ayuda la fisioterapia respiratoria?
"En una neumonía hay presencia de un material purulento que puede ser moco en los espacios aéreos. Las técnicas actuales de fisioterapia respiratoria ayudan a eliminar esas sustancias dejando los espacios preparados para una mejor ventilación, mejorar el intercambio de gases y así también se puede reducir el trabajo respiratorio e incluso evitar complicaciones como por ejemplo atelectasias [obstrucción del tejido pulmonar]", comenta la fisioterapeuta respiratoria.
En niños que presentan neumonías repetidas o que tienen factores de riesgo respiratorio, la fisioterapia es un elemento clave para evitar más complicaciones o que el cuadro se agrave. "No podemos permitir infecciones de repetición que dañen el sistema respiratorio de forma constante y entonces sí esto repercuta en su función pulmonar en la edad adulta", advierte.
Hay que tener en cuenta la historia previa del niño y sus circunstancias, buscando la completa recuperación de la zona afectada, tanto en ese momento como de cara al futuro, lo que será muy importante para evitar recaídas.
Tras una neumonía es más fácil que los conductos se obstruyan y hagan peor su función
La importancia de la familia
La implicación de la familia es esencial, por lo que es muy importante que conozcan por qué se ha producido el proceso y sepan reconocer las señales de alarma, los síntomas y saber anticiparse para actuar a tiempo, aprendiendo pautas para llevarlas a cabo en casa o requiriendo la ayuda especializada del fisioterapeuta respiratorio.
En todo caso hay una serie de normas que ofrece la fundadora de Neumogym, que son:
Cuidar la higiene de manos, haciendo hincapié al llegar a casa de fuera (sobre todo cuando los niños están escolarizados y hay más pequeños en casa).
Asegurar una correcta hidratación.
Mantener en el hogar una ventilación adecuada, y protegerlo "de sustancias irritantes como puede ser el humo".
Seguir el calendario vacunal (donde hay vacunas que van a proteger al menor de las infecciones respiratorias).
Nutrir adecuadamente al niño y asegurar una microbiota restablecida y fuerte.