Qué es la niebla mental que sufren personas con Covid-19 persistente

Uno de los síntomas más comunes de la Covid persistente que más angustia y discapacidad causa es la niebla mental. [Foto: Getty Images]
Uno de los síntomas más comunes de la Covid persistente que más angustia y discapacidad causa es la niebla mental. [Foto: Getty Images]

No puedo leer ni dos líneas; es muy difícil de explicar. Trabajo fundamentalmente con el cerebro y no soy capaz de hacer las cosas básicas y normales del día a día”. Es el calvario por el que está pasando Silvia, investigadora y bioquímica, tras haber contraído el coronavirus.

No es la única. Andrea, una joven, cuenta que antes “estudiaba 12 horas diarias para opositar. Pero hace más de 215 días que no consigo ni leer”. Sus casos se replican por todo el mundo.

Tras la avalancha de síntomas físicos provocados por la Covid, algunas personas no logran vislumbrar la luz al final del túnel. Meses después de que sus pruebas indicaran que habían pasado el virus, no logran recuperarse: padecen Covid persistente.

El malestar que experimentan les impide retomar su vida cotidiana. Aunque el cuadro sintomatológico es muy amplio, uno de los síntomas más comunes que más angustia y discapacidad causa es la niebla mental.

El síntoma que impide pensar, planificar, recordar, vivir…

El 86 % de las personas con Covid persistente sufren secuelas neurológicas y psicológicas. [Foto: Getty Images]
El 86 % de las personas con Covid persistente sufren secuelas neurológicas y psicológicas. [Foto: Getty Images]

Durante la primera ola de la pandemia se hablaba en términos binarios: pasas un cuadro leve y te recuperas rápidamente, o te enfermas de gravedad y terminas en una UCI. Meses después estamos descubriendo que las consecuencias y secuelas de la Covid-19 son mucho más complejas.

Una encuesta realizada por la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia reveló que las alteraciones neurológicas y los problemas psicológicos y emocionales afectan al 86 % de las personas con Covid persistente. La astenia, la falta de concentración, el déficit de atención y los fallos de memoria son algunos de los síntomas más comunes.

La niebla mental es una condición en la cual mengua el funcionamiento cognitivo. El cerebro no trabaja a su ritmo habitual, sino que funciona a cámara lenta, como si encontrara obstáculos constantemente a su paso. La persona experimenta confusión mental y no puede pensar con claridad.

Los síntomas más comunes asociados a la niebla mental son:

  • Confusión o fatiga mental

  • Dificultades o incapacidad para concentrarse

  • Pensamiento demasiado lento

  • Problemas de memoria, olvidos y despistes

El resultado es una reducción de la energía mental y un estado de conciencia disminuido marcado por la confusión y desorientación. Aunque se trata de un deterioro cognitivo leve, puede tener un gran impacto en la calidad de vida de una persona.

De hecho, quienes padecen niebla mental afirman que es una condición paralizante ya que no pueden pensar con la claridad suficiente como para hacer algo. No logran trabajar más de una o dos horas al día y tareas tan simples como salir de casa, hacer la compra en el supermercado o incluso escribir un correo electrónico se convierten en un desafío colosal.

La niebla mental afecta sus funciones ejecutivas, la capacidad para tomar decisiones, la memoria e incluso el recuerdo de palabras. A algunas personas les resulta difícil recordar las tareas que deben hacer, confunden las palabras e incluso olvidan el nombre de familiares y amigos.

La niebla mental y el resto secuelas neurológicas que está dejando a su paso la Covid ha hecho que muchas personas sientan que se han convertido en una sombra de su antiguo “yo”. Se limitan a sobrevivir, con la esperanza de que esos síntomas vayan desapareciendo con el paso del tiempo.

¿Por qué la Covid-19 causa niebla mental?

El SARS-CoV-2 se ha detectado incluso en las neuronas corticales. [Foto: Getty Images]
El SARS-CoV-2 se ha detectado incluso en las neuronas corticales. [Foto: Getty Images]

La niebla mental puede estar causada por diferentes factores. Afecciones médicas como la fibromialgia o enfermedades autoinmunes como el lupus se han asociado a este síntoma. También puede deberse a cambios hormonales como los que se producen durante la menopausia o el ciclo menstrual. Y es relativamente habitual en trastornos psicológicos como el estrés y la ansiedad.

Ahora también se ha vinculado a los casos de Covid persistente. De hecho, aunque el SARS-CoV-2 causa una enfermedad eminentemente respiratoria, afecta a múltiples sistemas de órganos, incluido el sistema nervioso central, por lo que termina causando complicaciones neurológicas.

Una investigación desarrollada en el Reino Unido y publicada en The Lancet reportó desde casos de encefalopatía y encefalitis hasta un síndrome neurocognitivo similar a la demencia en personas que han pasado la Covid-19.

Otro estudio de la Facultad de Medicina de Yale encontró “una clara evidencia de infección con cambios metabólicos en las neuronas infectadas y vecinas”. Estos investigadores detectaron SARS-CoV-2 incluso en las neuronas corticales, lo cual demuestra la capacidad neuroinvasiva del virus.

Todavía no se conoce exactamente cómo el virus llega al cerebro. Investigadores de la Universidad de Edimburgo y el University College de Londres explican que pueden existir tres vías. Un primer mecanismo sería a través del torrente sanguíneo al infectar células endoteliales o leucocitos. También podría llegar por vía neuronal retrógrada, en cuyo caso el virus accedería al sistema nervioso central infectando las neuronas periféricas que se encuentran en los nervios y ganglios nerviosos. Una tercera vía de acceso al cerebro sería a través de la ruta olfativa mediante los nervios que se extienden entre la cavidad nasal y el cerebro.

Una vez en el cerebro, tampoco está claro el mecanismo de acción a partir del cual este coronavirus provoca los síntomas neurológicos que se han constatado en los casos de Covid persistente. Una posibilidad es que el virus infecte las células cerebrales y bloquee el suministro de oxígeno a las células adyacentes. No obstante, el daño también podría estar causado por un proceso de neuroinflamación cuando el cuerpo responde de manera desproporcionada ante la infección desencadenando una respuesta inflamatoria dramática que termina dañando las células nerviosas.

Consejos prácticos para lidiar con la niebla mental

La niebla mental no es una condena, con las estrategias adecuadas puedes aprender a gestionarla. [Foto: Getty Images]
La niebla mental no es una condena, con las estrategias adecuadas puedes aprender a gestionarla. [Foto: Getty Images]

Lidiar con la niebla mental es complicado, sobre todo porque las personas con Covid persistente también experimentan otros síntomas debilitantes como malestar generalizado, dolores de origen neuropático y un comprensible desgaste emocional tras meses lidiando con las secuelas de la enfermedad.

Sin embargo, los factores emocionales pueden agravar esta condición, por lo que es importante replantearse el estilo de vida. Ante todo, comienza con una rutina de ejercicio físico. Si experimentas fatiga, dolores musculares y abulia, será complicado ponerte en marcha, pero no tienes que plantearte sesiones maratonianas. Un paseo corto basta para comenzar. Recuerda que las endorfinas que se liberan con el ejercicio pueden ayudarte a despejar esa niebla mental y sentirte mejor.

Un cambio en la dieta también podría ayudarte. Aunque todavía no se conocen los efectos de la alimentación sobre las secuelas de la Covid, un estudio desarrollado en Bélgica reveló que una dieta enriquecida con ácidos grasos omega-3 mejora el síndrome de fatiga crónica ya que estos facilitan las conexiones neuronales y protegen las células cerebrales.

Otro estudio publicado en la revista Neurology reveló que incluir en la dieta verduras de hoja verde como las espinacas previene el deterioro cognitivo. A la vez, debes evitar aquellos alimentos que producen inflamación, como las grasas trans, los carbohidratos procesados, el alcohol, las carnes procesadas y el azúcar.

También es importante que elimines todas las distracciones posibles, de manera que puedas concentrarte solo en una tarea a la vez, lo cual implica apagar el móvil para que los mensajes y avisos no te desconcentren.

Para retomar tu rutina con cierta normalidad, te ayudará tener sistemas de recordatorios redundantes. Por ejemplo, puedes tener varios calendarios en casa donde anotes las citas importantes, además de la agenda del teléfono. Así podrás revisarlos frecuentemente para que no olvides nada.

Usar temporizadores también puede ser de gran ayuda. Los relojes de alarma, las alarmas de teléfonos móviles o incluso un temporizador de cocina te permitirá no perder la noción del tiempo y le recordarán a tu cerebro que debe actuar.

Para lidiar con las actividades abrumadoras, divídelas en tareas más pequeñas que puedas gestionar con relativa facilidad. Si te preocupa perderte, haz una lista de verificación antes de comenzar que te sirva como guía. El uso de papel y lápiz para programar y registrar las rutinas diarias añade estructura y apoyo a tu memoria, así que no dudes en recurrir a este recurso cada vez que lo necesites.

Por último, es importante que cedas a la desesperación. La niebla mental puede ser un síntoma muy insidioso y es complicado aceptar que ahora mismo no tienes las mismas capacidades cognitivas que antes. Sin embargo, la frustración solo generará más estrés, que terminará empeorando tu funcionamiento mental.

Date tiempo para sanar. Descansa. Llega hasta donde puedas. Y felicítate por cada pequeño paso que des. Recuerda que no estás en una carrera de velocidad sino de resistencia.

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