Nikki Glaser siente 'más presión' para vestirse como una 'celebrity' desde que llegó a la fama

Nikki Glaser ha sentido "más presión" para vestirse como una "celebrity" desde que llegó a la fama.

La monologuista de 40 años llevaba varios años en ascenso constante, pero fue 'The Roast of Tom Brady', de Netflix, lo que la hizo viral el año pasado, y acaba de recibir más elogios como presentadora en solitario de los Globos de Oro.

Nikki admitió que la parte "más molesta" de estar en el centro de atención es sentir que tiene que lucir lo mejor posible en todo momento y poner más esfuerzo en su presencia en línea.

En declaraciones a GRAMMYs.com, habló del momento en que se dio cuenta de que era alguien importante: "Para mí fue como de la noche a la mañana. Pensé: 'Oh, Dios, tengo que poner más esfuerzo en mi apariencia. Tengo que esforzarme más en mis redes sociales. Tengo que esforzarme más en todo'. Esa ha sido una de las partes más molestas, tener que aparentar ahora. Ahora tengo que tener glamour cada vez que aparezco en televisión, porque hay un nivel que la gente espera de ti. Ya no puedes comprar ropa en Target, y si lo haces, tiene que ser de prendas mínimas, y ya no puedes llevar esa mochila sucia".

Sin embargo, la humorista no lo cambiaría por nada del mundo, ya que tiene una vida increíble.

Y añadió: "Es difícil, porque, aunque a todo el mundo le gusto por mí, es como : 'Oh, pero también les gustan los famosos que parecen famosos'. Es más presión en ese sentido. Pero definitivamente no me quejo. Mi vida es genial".

La actriz de 'I Feel Pretty' cree que no se ha "ganado el derecho" a que la vean sin maquillaje, como la estrella de 'Baywatch', Pamela Anderson, de 57 años, que hace poco abandonó el glamour para mostrar su belleza natural.

Dijo: "Es una observación astuta, porque, sí, lo empeora. A lo largo de mi carrera he aprendido que gran parte de la culpa la tiene la estética. Puedes ser todo lo graciosa que quieras, pero a la gente le gusta mirar a una chica guapa, y me ha servido para esforzarme en ello. Por mucho que me gustaría que no se tratara de eso, sigue importando, y aún no me he ganado el derecho a no llevar maquillaje. Pamela Anderson se lo ha ganado. Yo acabo de llegar, así que tengo que entrar un poco más en el juego".

Nikki insiste en que no desea ser una gran estrella de Hollywood, y por eso no se ha mudado a Los Ángeles.

Señaló: "Mientras tengas gente buena a tu alrededor que no te diga todo lo que quieres oír todo el tiempo, por eso vivo en San Luis. Sólo quiero alejarme de la gente que está tan obsesionada con el mundo del espectáculo y que sólo vive de eso. La gente a la que intento entretener no vive en Hollywood. Y eso no es lo que quiero ser de todos modos".