Yahoo Estilo 'Los Bridgerton' cambia de rumbo y la idea no me termina de convencer
Si hay una serie de Netflix que tiene su futuro asegurado en plena época de cancelaciones, renovaciones y nuevas estrategias ante la pérdida de usuarios, esa es Los Bridgerton. Después de que la segunda temporada superara el récord de la primera como la serie de habla inglesa más vista de la plataforma (acumuló 656 millones de horas visionadas en sus primeros 28 días en la plataforma, mientras la primera obtuvo 625 millones), resulta evidente imaginar que tenemos romance de época para rato.
Sin embargo, los responsables de la serie han decidido cambiar de rumbo con un giro radical que no termina de generarme ningún tipo de entusiasmo, y al que solo le puedo encontrar una explicación.
Como es bien sabido entre los fans, la serie está basada en una saga de novelas escrita por Julia Quinn que relata en cada entrega la historia de amor de uno de los hijos de la familia Bridgerton en el período regencia británico. Hasta ahora, la ficción seguía el orden cronológico del papel con la primera temporada basada en ‘El duque y yo’, que contaba el romance entre Daphne Bridgerton (Phoebe Dynevor) y Simon (Regé-Page Jean), mientras la segunda partía de la novela ‘El vizconde que me amó’ y la tensión amorosa entre Anthony Bridgerton (Jonathan Bailey) y Kate (Simone Ashley). De esta manera, muchos dábamos por sentado -fans incluidos- que la siguiente tanda de episodios adaptaría ‘Te doy mi corazón’, haciéndonos testigos del arco dramático de Benedict Bridgerton (interpretado por Luke Thomspn) por fin sentando la cabeza.
Pero no. Han decidido dejarnos con las ganas y optar por otro rumbo, saltándose un libro y adaptando el cuarto. Es decir, la historia de amor entre Colin Bridgerton y Penelope Featherington que se cuenta en ‘Seduciendo a Mr. Bridgerton’. Sin embargo, no veo que esta historia pueda mantener el listón de romance pasional y tensión sexual que tanto le funciona a la serie.
Los espectadores sabemos que Penelope es Lady Whistledown desde el final de la primera temporada, cuando se reveló la identidad secreta de la columnista que tiene enloquecida a la alta sociedad con su crónica social. La actriz que la interpreta, Nicola Coughlan, supo ganarse un lugar especial en la historia gracias a un personaje que divaga entre sentimientos de culpa al ver cómo su mejor amiga, Eloise Bridgerton (Claudia Jessie), se desvive por investigar la identidad de la escritora; y de orgullo propio como mujer de negocios cuando el mundo que la rodea la hace sentir menospreciada.
A lo largo de segunda tanda de episodios la vimos sentirse desplazada e invisible mientras Eloise se obsesiona con su investigación y descubre que Colin solo la ve como una amiga y confidente. Y es que Penelope siempre estuvo enamorada del joven hermano Bridgerton, pero al final de la segunda temporada lo escucha decir que nunca se casaría con ella.
El cuarto libro que adaptarían en la próxima temporada relata la historia de amor entre ambos mientras Colin va desarrollando nuevos sentimientos hacia ella, a medida que descubre la identidad de Lady Whistledown. Sin embargo, algo no me cuadra.
Por un lado, no sé ustedes pero personalmente no veo química alguna entre Colin y Penelope. No todavía. Ni en las actuaciones ni en las interacciones de los intérpretes en sus escenas. Y, por otro, porque las dos primeras temporadas crearon un estilo narrativo que se ha convertido en la baza principal del éxito de Los Bridgerton: historias de amor con tensión sexual. Solo hay que ver el furor que se vive en redes sociales con las insinuaciones del Duque de Hastings y las miradas pasionales (y virales) de Anthony Bridgerton para darnos cuenta. Y en el caso de Penelope y Colin esa tensión brilla por su ausencia. Son personajes en desarrollo que, en mi opinión, necesitan más tiempo para encontrarse en un punto amoroso convincente.
Penelope está en su propio camino de empoderamiento como mujer de negocios a raíz del éxito de su rol como Lady Whistledown y, sinceramente, esperaba ver un desarrollo independiente para ella, en el que rompiera con las reglas sociales que tanto le impone su madre y se diera cuenta que no necesita del matrimoni para sobrevivir por sí misma, quizás llegando a ese romance con Colin de manera más libre, sin prejuicios ni cargas sociales. Mientras Colin acaba de regresar de viaje, tiene historias que contar y muchas ganas de seguir viviendo sus propias aventuras. Llegó con el corazón roto y creo que ambos necesitan más tiempo para madurar, ganar confianza en sí mismos y llegar a un punto de tensión y romance que mantenga el listón que tanto le funciona a la serie. Algo que, seguramente, hubieran podido adaptar más fácilmente con Benedict y su propia historia de amor.
Colin y Penelope son dos personajes que tienen el potencial para independizarse primero y encontrar el amor sin necesidades ni urgencias en el camino. Por eso, que la próxima temporada se centre en unirlos románticamente a priori se antoja apresurada.
No obstante, si imaginamos qué podría haber motivado a la nueva showrunner Jess Brownell a cambiar de rumbo (el creador original, Chris Van Dusen, dejó el puesto vacante al terminar la segunda temporada), podría llegar a la conclusión de que quizás no quieren desgastar la mejor baza de la serie. Es decir, de todos los hermanos Bridgerton, las historias que más interés parecen generar en redes serían las de Benedict y Eloise. Por eso, se me ocurre que probablemente prefieran saltarse un libro y dar un respiro al fenómeno con el propósito de no quemarlo. Si Benedict fuera el protagonista de la tercera temporada, entonces probablemente se queden con pocos eslabones que cautiven de la misma manera.
Y es que más allá de Benedict y Eloise, el resto de hermanos Bridgerton todavía son muy pequeños, y para contar sus historias tendrían que saltar varios años en el tiempo. Y si ambos son los personajes con mayor potencial de enganche en las próximas temporadas, quizás estemos ante algún tipo de estrategia que sirva para darse una pausa con una historia de amor menos sexual y más romántica, y así no exprimir todas las bazas potentes del tirón.
Fuente de la noticia: Variety
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