La noche más larga: thriller carcelario que renuncia a la verosimilitud en pos de brindar grandes dosis de acción y adrenalina

La noche más larga (Netflix).
La noche más larga (Netflix). - Créditos: @CARLA OSET/NETFLIX

La noche más larga (España, 2022). Creadores: Xosé Morais y Víctoriano Sierra Ferreiro. Elenco: Alberto Anman, Luis Callejo, Bárbara Goenaga, José Luis García Pérez, Daniel Albaladejo, David Solans, Lucía Diez, Cecilia Freire, Laia Manzanares, Robert Álamao. Disponible: Netflix. Nuestra opinión: buena.

En la víspera de Navidad, Simón Lago (Luis Callejo) comete el último de sus crímenes en libertad. Minutos después, las noticias anuncian la captura del asesino en serie más temible de España: El Caimán. Pero Simón ya había recibido el alerta de su detención y, con una serie de llamados también en serie, su destino de encierro resulta ser el Hospital Psiquiátrico Baruca, una institución ya obsoleta, situada en las afueras de la ciudad, y construida como una vieja fortificación medieval, dotada de puertas blindadas, pasadizos secretos y puntos ciegos a las cámaras. Allí llega El Caimán a esperar la última vigila antes del juicio por sus crímenes, también a vivir la noche más larga de su vida.

La serie creada por Xosé Morais y Víctoriano Sierra Ferreiro, oriundos de Galicia y creadores también de otros éxitos como Néboa (2020) y Serramoura (2014-2017), comienza con lo que podría ser el final de un relato policial sobre los crímenes seriales de un psicópata. El rostro pétreo de Simón ante una copa de vino, el rostro ensangrentado de su víctima a la vuelta del encuadre. Pero, en realidad, ese es solo el comienzo. Lo que importa, en definitiva, es que así como Simón parece tener un plan para burlar su prisión, también un grupo de sicarios profesionales parece estar dispuesto a ir en su búsqueda. Es entonces cuando La noche más larga se transforma en un thriller carcelario: una prisión-hospital habitada por pacientes con diversas patologías y convertida en un campo de batalla por el destino final de un asesino despiadado.

La noche más larga (Netflix).
La noche más larga (Netflix). - Créditos: @CARLA OSET/NETFLIX

Lo mejor que tiene La noche más larga es su punto de partida, y he aquí el rol de su director, Hugo Roca (Alberto Ammman), quien en pleno festejo de la Nochebuena con sus hijos es convocado a su lugar de trabajo para recibir al Caimán. En ese trayecto se decide su inminente misión: su hija Laura (María Caballero) será secuestrada y convertida en pieza de cambio para proteger a Simón de las manos de sus captores. Pero, ¿quiénes son ellos? ¿Y quiénes los que quieren garantizar la presencia de Simón en los tribunales? ¿Y quién es en realidad El Caimán, con tantas disputas y elucubraciones detrás de su encierro? Lo que uno espera enseguida son algunas respuestas, pero lo que interesa a Morais y Sierra es situar la acción en la cárcel, sumar personajes y tramas secundarias, expandir esas horas nocturnas en un calvario interminable.

Es cierto que la historia no deja de ser entretenida, pero a medida que avanzan los minutos acumula sus vicios; no solo incomodan las resoluciones inverosímiles o los agregados novelescos, sino la dilación interminable de un nudo que resultaba el verdadero atractivo de la trama para sustituirlo por las variadas relaciones entre los detenidos (con romances incluidos), flashbacks del pasado de los pacientes (algunos relevantes y otros absolutamente prescindibles), armas por doquier y una serie de idas y vueltas sobre la misma geografía de la prisión como en las trampas de Mi pobre Angelito; eso sí, sin aire alguno de comedia. El pecado mayor es la acumulación: no basta con un secuestro, sino que se suma un accidente; no alcanza con el motín de los presos, sino que hay detrás un plan de fuga; no es suficiente el secuestro de una hija del director, sino que los otros dos niños deambulan perdidos por la prisión (a la que habían ido con su padre a… festejar la Navidad).

La noche más larga (Netflix).
La noche más larga (Netflix). - Créditos: @CARLA OSET/NETFLIX

Pese a ello, lo que sostiene el relato es la sombra oscura de Simón Lago. No solo Luis Callejo le brinda al personaje un rictus inquietante y una sonrisa macabra, sino que su presencia permanente en la periferia de las disputas alcanza para asegurar una dimensión perversa que no aparece en otros elementos de la puesta en escena. Es su enigma el que resulta el anzuelo definitivo para el espectador; el secreto de su poder, el que parece expandirse con su silenciosa mirada. Es él quien desata el progresivo caos que invade a la cárcel y su apariencia inmutable, el germen de la bestialidad que se esparce a su alrededor. Detrás de él aguarda el entramado que lo persigue o protege en las afueras: por un lado, los jefes de esos profesionales enfundados en trajes negros, yuppies preocupados por las declaraciones judiciales; y por el otro, los artífices del secuestro de Laura, diletantes entre el amateurismo y la mala suerte.

La noche más larga es efectiva pero limitada, invita a suspender el rigor del verosímil a cambio de acción y adrenalina. Quizás sea demasiado pedir, pero puede ser suficiente para unas pocas horas de entretenimiento.