Si notas que estás ante un pico de estrés, sigue estos útiles consejos
Todos hemos vivido, en mayor o menor medida, momentos de estrés, "una respuesta normal del cuerpo a situaciones que percibimos como amenazantes o desafiantes, detalle importante, no necesariamente tienen que serlo, basta con que las percibamos así”, tal y como nos detalla Marc Rodríguez, Psicólogo Especialista en Inteligencia Emocional, que matiza además un aspecto importante: sufrir un pico de estrés no siempre es necesariamente negativo, nos ayuda a movilizar los recursos necesarios para afrontar el reto. “Sin embargo, el problema viene cuando mantenemos ese pico durante demasiado tiempo”, nos cuenta.
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Señales de que estamos ante un pico de estrés
Tal y como nos detalla el experto, algunas señales comunes que pueden indicar que estamos sufriendo un pico de estrés son:
Sentirnos muy nerviosos o ansiosos. Esto puede manifestarse como una sensación de inquietud, tensión o preocupación constante.
Dificultad para concentrarnos. Puede afectar nuestra capacidad de atención y memoria, lo que puede hacer que nos cueste concentrarnos o recordar información. Este aspecto suele asustar mucho, pero es totalmente normal en períodos de estrés.
Problemas para dormir o dormir demasiado. El estrés puede afectar nuestro patrón de sueño, lo que puede llevar a dificultades para conciliar el sueño, despertarse temprano o dormir demasiado. Incluso a no sentirnos recuperados después de dormir las horas necesarias, dormimos pero no descansamos.
Dolores de cabeza o dolores musculares. El estrés puede manifestarse físicamente, y es común experimentar dolores de cabeza, dolores musculares o incluso problemas digestivos, el sistema digestivo es el segundo cerebro del cuerpo y es de los primeros afectados por el estrés prolongado.
Fatiga o cansancio. El estrés puede agotar nuestra energía, lo que puede hacer que nos sintamos cansados o fatigados, incluso habiendo descansado correctamente.
Cambios en el apetito. En este caso puede causar exceso o defecto de apetito, según cada persona se da uno u otro.
Cambios en el estado de ánimo. Es muy frecuente pasar por períodos de irritabilidad con episodios de estados depresivos.
“Bajo mi propia experiencia estas son señales muy frecuentes en personas que sufren altos picos de estrés. La autoconciencia siempre es un paso indispensable para poder abordar todo este tipo de problemáticas”, nos cuenta.
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¿Es complicado de gestionar?
Marc Rodríguez nos explica que gestionar el estrés puede ser un desafío para muchas personas, especialmente si experimentan un nivel alto de estrés de manera constante. Sin embargo, existen muchas estrategias y técnicas que pueden ayudarnos a manejar el estrés de manera efectiva. Algunas de estas estrategias pueden requerir tiempo y práctica para dominarlas, mientras que otras pueden ser más fáciles de implementar. Importante recordar que cada persona es diferente y que lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra. "¿Lo que recomiendo? Hacer una breve reflexión y probar diferentes métodos, encontrar la solución perfecta para nosotros es la clave para mantenerlo en el tiempo", nos dice.
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Gestionar un pico de estrés
¿Cómo debemos abordarlo, qué tenemos que hacer para tratar de gestionar un pico de estrés?
“Como en la mayoría de casos, el mejor abordaje es la correcta prevención y no llegar a esos picos de estrés, eso es lo ideal. Pero si hemos llegado a ese punto en el que no podemos evitar experimentar estrés intenso”, sugiere el psicólogo, que nos resume, a continuación, algunas formas efectivas de abordar y gestionar un pico de estrés:
Identificar la causa del estrés y tratar de solucionar o reducir su impacto: A menudo, el estrés puede ser el resultado de una situación particular en nuestra vida. Identificar la causa subyacente del estrés puede ayudarnos a desarrollar estrategias efectivas para manejarlo. Primero debemos identificar la raíz y luego, si es posible, mirar de reducir esa fuente de estrés.
Hacer actividades que nos relajen y nos ayuden a reducir la tensión: existen muchas actividades que pueden ayudarnos a reducir el estrés, como meditar, hacer yoga, escuchar música, leer un libro o dar un paseo. Es importante hacer tiempo para actividades que nos gusten y nos ayuden a sentirnos más relajados. En este caso el ejercicio físico es un excelente bálsamo, nos ayuda a canalizar ese exceso de energía derivado de la activación de estrés a través de una actividad saludable, es lo que diríamos un win-win.
Practicar técnicas de respiración profunda y relajación muscular: estas técnicas pueden ayudarnos a reducir la tensión física y emocional. Tomarse unos minutos para respirar profundamente y concentrarse en relajar los músculos puede ser muy efectivo para manejar el estrés. Recomiendo personalmente la relajación progresiva o la respiración diafragmática, son las que mejores resultados he observado en mis clientes.
Establecer límites y priorizar: es fundamental aprender a decir "no" y establecer límites claros para evitar sentirnos abrumados. Recomiendo hacer un ejercicio de priorización con la matriz de Eisenhower, tener claro a que podemos y no podemos atender nos ayuda a tomar mejores decisiones y reducir la presión autoimpuesta.
Buscar apoyo social: hablar con amigos, familiares o un profesional de la salud mental puede ser muy útil para manejar el estrés. El simple hecho de poder externalizar lo que nos ocurre es un relajante mental muy potente.
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¿Hay estrategias útiles para afrontar estos picos de estrés?
En opinión del psicólogo sí que hay muchas estrategias útiles para afrontar los picos de estrés, incluyendo las mencionadas anteriormente, como identificar la causa del estrés, practicar actividades relajantes, establecer límites y buscar apoyo social.
También hemos comentado la importancia de la prevención, debemos asegurarnos de cuidar nuestra salud física y emocional.
Dormir lo suficiente.
Una correcta nutrición.
Practicar ejercicio a diario.
Evitar el consumo de sustancias como alcohol o tabaco.
Además de las estrategias mencionadas anteriormente, existen muchas otras técnicas y estrategias que pueden ayudarnos a afrontar los picos de estrés. Algunas de estas estrategias incluyen:
Técnicas de respiración: La respiración profunda y controlada puede ser muy útil para reducir la ansiedad y el estrés. Una técnica de respiración efectiva es inhalar profundamente por la nariz, sostener la respiración por unos segundos y luego exhalar lentamente por la boca. Existen muchas técnicas de respiración diferentes y podemos probarlas hasta encontrar la nuestra.
Meditación: La meditación es una técnica que puede ayudarnos a enfocarnos en el presente y reducir la ansiedad y el estrés. Existen muchas aplicaciones y videos en línea que ofrecen meditaciones guiadas para principiantes. "Personalmente recomiendo la aplicación de Calm", sugiere.
Mindfulness: Muy relacionado con la meditación, nos ayuda a conectar con el presente y acceder a nuestros propios recursos de afrontamiento.
Terapia cognitivo-conductual (TCC): La TCC es una forma de terapia que se centra en cambiar patrones de pensamiento y comportamiento negativos que pueden contribuir al estrés y la ansiedad. Puede ser muy efectiva para aquellos que experimentan un nivel alto de estrés y ansiedad.