La hiperbreve "twitteratura" seduce a cada vez más autores

La hiperbreve "twitteratura" reivindica su lugar en la historia literaria, pero este ejercicio en el sitio de microblogs, que impone al usuario un límite de 140 caracteres, es visto por muchos como un artilugio digital efímero. (AFP | Yasuyoshi Chiba)

La hiperbreve "twitteratura" reivindica su lugar en la historia literaria, pero este ejercicio en el sitio de microblogs, que impone al usuario un límite de 140 caracteres, es visto por muchos como un artilugio digital efímero. Twitter vio la luz en 2006. En el origen, esta plataforma gratuita, que reúne ahora a unos 500 millones de personas, está concebida para difundir textos o mensajes que tienen un máximo de 140 caracteres. Pero, poco a poco, la llamada "twitteresfera" ha sido invadida por un uso alternativo, más creativo, de este medio, con fórmulas que se asemejan a los textos japoneses keitai shosetsu (un término que proviene de "novela /shosetsu - y "móvil"/keitai), que son redactados y enviados por SMS. Los escritores de "twitteratura" reivindican su lugar en una historia que está jalonada de límites impuestos a escritores, como fue el caso de los "cadáveres exquisitos", los juegos en los que artistas surrealistas, entre ellos André Breton y Paul Eluard, ensamblaban colectivamente un conjunto de palabras o imágenes. Los haikus japoneses, poemas breves formados generalmente por siete versos, sin rima, forman también parte de esta historia, así como los cuentos en tres líneas del crítico y periodista francés Félix Fénéon. Este género es "antes que nada un guiño a la idea de que los límites son fecundos", como ha demostrado también la poesía, observó el autor de twitteratura Jean-Yves Fréchette (@pierrepaulpleau), para quien "el origen de la literatura es lapidario, se inscribe en la piedra". En 2010, este ex profesor de literatura de Quebec cofundó con Jean-Michel Le Blanc (@centquarante), de Burdeos (sur de Francia), el Instituto de twitteratura comparada (ITC) Burdeos-Quebec, destinado a promover el género. Este Instituto organizó a fines de marzo el segundo Festival internacional de "twitteratura", cuya primera edición se celebró en Quebec en 2012. Microcuentos eróticos, "twiller" (thrillers en Twitter, inventado por el estadounidense Matt Ritchell), microrrelatos, han visto el día en Twitter, explicó Gefen, que menciona incluso la propuesta de escribir una opera interactiva en Twitter, que fue lanzada por la Royal Opera House de Londres. La primera novela española en Twitter fue "Serial Chicken", sobre una gallina asesina. Su autor es el escritor y periodista Jordi Cervera, que la incluyó en el certamen de novela negra de Barcelona en 2010, y la divulgó en microcapítulos diarios. La intriga protagonizada por la gallina mala puede seguirse en castellano en el sitio twitter.com/bcnegracast. El "estilo corto, breve, incisivo, es muy antiguo", explicó el experto Alexandre Gefen, que evocó la tradición moralista. Y no olvidemos al guatemalteco Augusto Monterroso, autor de un brevísimo cuento. "Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí". La twiteratura "es un espacio de libertad donde diferentes formas de expresión son posibles", señala Jean-Yves Fréchette. En México también se ha escrito una novela en twitter en forma colectiva, según fuentes de internet. Y el mexicano Mauricio Montiel Figueiras escribe "El hombre de tweed" a través de su cuenta en Twitter, bajo su nombre. Algunos escritores afirman que el Internet los ha hecho escribir de otra forma, y consideran que este nuevo género tiene futuro. Pero hay otros, como el novelista estadounidense Jonathan Franzen, que resisten y rechazan la literatura escrita en los medios sociales. El escritor Thierry Crouzet, que ha escrito una novela negra en 5.200 tweets, que luego fue publicada por la editorial Fayard, expresa sus dudas sobre la capacidad de este género de subsistir a largo plazo. Para él, el principal aporte de Twitter radica en "la interacción" con los lectores, que participan en la escritura en tiempo real mediante sus tweets. "Creo que este instrumento puede producir cansancio", constató Alexandre Gefen, que cree sin embargo que "corresponde a una tendencia muy profunda de la literatura". La hiperbreve "twitteratura" reivindica su lugar en la historia literaria, pero este ejercicio en el sitio de microblogs, que impone al usuario un límite de 140 caracteres, es visto por muchos como un artilugio digital efímero.