Novia se alquila: la triste historia de una promisoria carrera que quedó trunca
Un nerd flaco y desabrido, la porrista más popular y hermosa de la escuela, los típicos conflictos de una secundaria, un trato de mil dólares y una historia de amor. Novia se alquila -Can´t Buy Me Love, como la canción de los Beatles, según su título original- se convirtió, muy a pesar de los críticos que la destruyeron, en una de las comedias románticas juveniles más taquillera de finales de la década del 80 y, posteriormente, en un clásico de la televisión por cable. Sin embargo, lo que podría haber sido un trampolín perfecto para una carrera exitosa en Hollywood, fue el principio del fin para Amanda Peterson, quien murió el 3 de julio de 2015 a los 43 años: en 1987, el mismo año que alcanzó la fama internacional a través de este film de Steve Rash, un terrible episodio, aún hoy atravesado por el misterio, la cambió para siempre.
La historia del film es simple. Ronald Miller y Cindy Mancini viven en la misma cuadra, pero son de mundos totalmente diferentes. Cansado de ser un nerd, Ronald aprovecha que Cindy, la chica más popular de la escuela y su amor imposible, está en problemas. A cambio de un monto de dinero que ella necesita con desesperación, él le pide que se haga pasar por su novia por un mes. “Salir conmigo no te hará popular”, le dice ella. “Bueno, tengo mil dólares que dicen que sí”, le retruca él. A partir de ese momento, todo se sale de control. Como reza la voz en off del trailer, “es la comedia que demuestra que mil dólares pueden comprar popularidad, pero no pueden comprar amor”.
El film se llevó a cabo con un presupuesto de 1.8 millones de dólares. Filmada y ambientada en Tucson, Arizona, la productora logró que los mismos estudiantes de la escuela local que funcionó como ambientación hicieran de extras las veces que fuera necesario. El Sindicato de Actores intentó disuadir a los jóvenes, pero no consiguió más que el aval del Club de Drama del colegio. Este conflicto y las malas críticas que despertó la historia tras su estreno, el 14 de agosto de 1987, no tuvieron el más mínimo impacto en el resultado: la película protagonizada por Amanda Peterson y Patrick Dempsey logró recaudar 31 millones de dólares y se convirtió en una de las historias de amor más recordadas de la época .
El brillo que no fue
Durante el rodaje de la película, Dempsey tenía 20 años y Peterson 15. Patrick logró trascender la fama de su personaje de nerd y ganarse un lugar en la industria del entretenimiento: su papel más importante llegó de la mano de la multipremiada serie Grey’s Anatomy, donde le dio vida al doctor Derek Shepherd. Coleccionista de autos y piloto de carreras, el cachet que obtuvo por Novia se alquila le sirvió para comprar su primer coche, un Porsche 356 convertible de 1963.
La suerte de Peterson tomó el camino opuesto. Antes de ponerse en la piel de Cindy, en 1985, protagonizó Los Exploradores con Ethan Hawke y compartió cartel con River Phoenix. Luego encabezó la miniserie Un año en la vida, fue nominada a los premios Young Artist Awards y se alzó con la estatuilla a Mejor Actriz Joven Protagonista en una serie de Drama en Televisión el año 1987. Después de convertirse en la “novia de América”, Peterson participó del film Listen to me, tuvo una aparición en Doogie Howser y fue parte en 1994 del elenco de Windrunner, protagonizada por Jason Wiles. Luego se retiró de la industria. La gran pregunta es: ¿Por qué la carrera de Amanda Peterson no despegó como la de su colega?
Luego de su trágica muerte en julio de 2015 a causa de una sobredosis accidental de morfina, fue la misma familia de la actriz la que reveló que los problemas que enfrentó la joven durante su vida fueron consecuencia de una experiencia traumática que vivió en el set de Novia se alquila. Dentro de sus conductas erráticas, la familia destacó su adicción a las drogas y sus reiterados arrestos en Greeley, Colorado, su pueblo natal, por tenencia de drogas, por asaltos y por manejar drogada. En 2005 pasó casi tres meses en la cárcel.
Según contó su madre, Sylvia Peterson, dos meses después de su muerte en un especial del programa de TV The Doctors, Amanda fue violada cuando tenía 15 años. “Ella se sentía tan avergonzada... No quería que la gente supiera”, reveló. “Después de lo que pasó ella vivía a la defensiva y se volvió desconfiada. Gran parte de su chispa se había ido”, agregó el padre de la actriz, James Peterson, y agregó que desde muy joven Amanda comenzó a sufrir “problemas bipolares significativos” y días oscuros que la llevaron a convertirse en adicta a la heroína y a las metanfetaminas .
Amanda se casó dos veces y tuvo dos hijos con David Hartley, su último marido. Según su familia, pasó limpia los dos años previos a su muerte. La autopsia confirmó que la actriz falleció de sobredosis; en su cuerpo se encontraron restos de benzodiacepinas, opiáceos y fenotiazinas. Muchas de esas sustancias se las habían recetado por una reciente histerectomía. La combinación de todas ellas fue letal. Si bien la noticia de su violación cuando era aún una menor generó impacto, no se supo mucho más de aquel traumático suceso. Solo trascendió que el violador tenía más del doble de su edad.
Un título sexista que terminó con un pago al Rey del Pop
Can’t Buy Me Love no fue el título original de la película. Según contó Garin Pirnia en el portal Mental Floss, el guion que Michael Swerdlick presentó a la productora llevaba impreso en su primera página Boy Rents Girl, que en español significa “Chico alquila chica”. “Descubrimos que muchas personas sentían un resentimiento inmediato por las implicaciones de esas palabras”, explicó Rash en un especial que reunió al elenco de la película. “No creo que haya un momento sexista en la película, pero el título Boy Rents Girl así suena”, agregó. Fue Michael Eisner, el ex CEO de Disney, quien sugirió utilizar el título de la famosa canción de Los Beatles.
“Can’t Buy Me Love” fue parte del furor que desató el disco A Hard’s Day Night, en 1964. Sin embargo, para usar esa frase como título de la película y el tema musical como cortina, Disney no tuvo que lidiar con ninguno de los tres integrantes de la banda con vida aquel entonces: la productora tuvo que pagarle 100 mil dólares a nada menos que a Michael Jackson, el Rey del Pop, quien había comprado los derechos de la mayor parte del material editado por la banda de Liverpool .
Si bien para muchos el título de la canción insinúa una situación de prostitución, el mismo Paul McCartney, se mostró en desacuerdo, aunque siempre se ha mostrado abierto a las distintas interpretaciones que se han hecho. “Cuando alguien sugiere que ‘Can’t Buy Me Love’ trata sobre una prostituta, trazo la línea”, le dijo el cantante y bajista británico a un grupo de periodistas estadounidenses en una conferencia de prensa en 1966. “Eso es ir demasiado lejos”, aseveró.
“¿Por qué compramos esta película?”
Antes de cambiar de nombre, la película casi queda a la deriva porque una mujer advirtió que la trama podía dar a entender una situación de prostitución. El guion fue inicialmente vendido a TriStar Pictures. Según recordó Swerdlick en la reunión del elenco en 2011, durante el primer encuentro con los ejecutivos una mujer levantó la voz: “ No sé por qué compramos esta película, es casi prostitución de la forma en la que tratan a esta chica”. Como consecuencia, el guionista recordó que TriStar la mandó a revisar y luego rechazó la historia.
Una vez disuelto ese vínculo, el guion llegó a las manos de Jere Henshaw, fundador de Apollo Pictures, quien quedó tan encantado que financió la película. Terminada la filmación, un extra de la película y amigo de Mark Burg -uno de los productores- consiguió trabajo como Jefe de Adquisiciones en Disney. Fue él quien le acercó el film a Michael Eisner y Jeffrey Katzenberg, dos altos mandos de la compañía en aquel momento que decidieron pagar por la historia 6 millones de dólares. Según explicó Swerdlick, Novia se alquila fue una de las primeras adquisiciones externas en la historia de Walt Disney Company.