Nueve perfectos desconocidos: así es la miniserie que se grabó en el rancho australiano de Nicole Kidman durante la pandemia
Los primeros veinte minutos del primer episodio de Nueve perfectos desconocidos, la miniserie que estará disponible desde hoy en Amazon Prime Video funcionan como una presentación de esas nueve personas del título a medida que llegan al spa y clínica de bienestar Tranquillum, ubicada en un remoto y bello paraje de California. Pero lo que no se muestra del lugar y sus nuevos huéspedes es tan importante o más aún de lo que se ve. Porque detrás de la recepción de los anfitriones tan serenos que espantan y las expectativas de los visitantes está Masha, la misteriosa directora del lugar que brilla por su ausencia hasta que, pasados los veinte minutos del capítulo, aparece brillando en toda su peculiar presencia. Esa entrada triunfal que se ve en pantalla del personaje que interpreta Nicole Kidman resultó una experiencia muy similar para el elenco en su primer día de grabación.
“Fue una primera jornada interesante. Todos nos estábamos preparando para grabar esa escena intimista en la que se reúnen los personajes por primera vez y preguntándonos dónde estaba Nicole y cómo iba a lucir y sonar, y de repente dijeron acción y entró Nicole caminando como si flotara al ras del suelo, con ese largo pelo rubio y el hermoso acento ruso de Masha. Yo no necesité actuar ese día, estaba en shock”, recuerda en una charla vía Zoom con LA NACION la actriz Samara Weaving (Hollywood) quién interpreta a la bella y complicada Jessica en la miniserie basada en la novela de Liane Moriarty, la autora de Big Little Lies, adaptada nuevamente para la TV por David E. Kelley.
Claro que si para Weaving, intérprete australiana que está en pleno ascenso en Hollywood, estar frente Kidman parecía algo sacado de sus más locos sueños de infancia, para el veterano actor Bobby Cannavale (El irlandés) ese primer encuentro resumió la esencia misma del programa y su particular proceso de producción.
“La primera vez que mi personaje, que todos los personajes, ven a Masha, fue también la primera vez que vimos a Nicole ahí. Era el primer día de rodaje y cuando apareció era como si fuera un ser de otro planeta o algo así. Como recién empezábamos no había habido muchas conversaciones entre el resto de elenco fuera de cámara. La verdad es que todos estábamos un poco nerviosos por empezar a trabajar de nuevo por primera vez desde el comienzo de la pandemia y saliendo de ese raro estado en que te pone el confinamiento de dos semanas en un hotel siendo testeado día por medio”, explica Cannavale, quien interpreta al hosco Tony, uno de los que más desconfía del poder de sanación que ofrece el idílico lugar y especialmente de los métodos de su creadora.
“Ese momento del ingreso de Masha fue intenso en vivo y así se ve también en la pantalla, porque esa combinación del carisma de ella con el trauma con el que cargan los personajes y su necesidad desesperada de ayuda explica lo que sucederá con ellos cuando avance la trama y también da cuenta de fenómenos como los de NXIVM o lo que muestra el documental Wild Wild Country. De alguna manera entendés las razones por las que ese tipo de grupos consiguen esos seguidores tan ciegamente fieles al líder ”, cuenta el actor para el que Nueve perfectos desconocidos fue una nueva oportunidad de trabajar con alguien que para él es todo lo contrario: Melissa McCarthy.
“Es la cuarta o quinta vez que trabajamos juntos, así que somos amigos. Pero la verdad es que no habíamos hecho nada como esto antes y fue divertido explorar estos personajes juntos. Nosotros no solemos hablar mucho de lo que vamos a hacer, pero siempre parecemos estar en la misma sintonía, y fue así desde que la conocí cuando trabajamos en la película Spy: una espía despistada. Tenemos la misma edad y las mismas referencias culturales además de que nos causan gracia las mismas cosas”, detalla el actor cuyo personaje empieza siendo una especie de enemigo de Francis, la novelista caída en desgracia que interpreta McCarthy, pero que a medida que avance la trama se transforma en su mejor amigo-y algo más- en el extraño paraje donde recalaron en el peor momento de sus vidas. Y no son los únicos que la están pasando mal cuando llegan al centro de Masha y sus acólitos comandados por el estoico Yao (Manny Jacinto).
A Tony, Francis, Jessica y su marido Ben (Melvin Gregg) se suman Lars (Luke Evans), un periodista con segundas intenciones y problemas de compromiso, Carmel (Regina Hall), una ama de casa con baja autoestima y alta rabia oculta apenas bajo la superficie y los Marconi, integrados por papá Napoleon (Michael Shannon), mamá Heather (Asher Keddie) y su hija de 20 años Zoe (Grace Van Patten), todos sufriendo a su manera el duelo por la muerte del mellizo de Zoe.
Como si se tratara de obras de arte del dolor reunidas por una galerista algo desquiciada, los nueve “extraños” aceptan someterse a los peculiares métodos de Masha, quien esconde tantos secretos de su pasado y del presente mismo que más que una fórmula para la sanación todo parece señalar a una receta para el desastre . Todo en medio de un paisaje tan bello y aislado del mundo que por momentos se vuelve siniestro.
Lo cierto es que el paraje que en la novela de Moriarty está ubicado en algún lugar del norte de California, en realidad, para la miniserie de ocho episodios fue recreado en Australia, más precisamente en el pueblo costero de Byron Bay donde Kidman y su marido Keith Urban son dueños de un enorme complejo en el que se pudo llevar a cabo el rodaje. Un lugar tan bello como alejado del mundo, un poblado donde, según Cannavale y Weaving, hay más surfers que autos.
“Conocía el lugar porque es donde muchos de los chicos hacen su viaje de egresados en Australia. Fui cuando me recibí de la secundaria. Grabamos y después me quedé en el país para pasar las fiestas con mi familia”, recuerda Weaving, sobrina del reconocido actor Hugo Weaving.
“En aquel momento, cuando empezamos a grabar, la atmósfera global era de miedo, de incertidumbre, no estaban listas las vacunas aun y nosotros fuimos los primeros, creo, en volver al trabajo y lo hicimos en ese lugar que es como el paraíso en la Tierra. Byron Bay estaba en otro plano, te sentías casi como si la pandemia no existiera ahí. Es un pueblo hippie, una comunidad playera que no parecía afectada, debido a los cuidados del gobierno australiano, por el desastre sanitario mundial . Con gente llegando de diferentes partes del mundo sin saber lo que iba a pasar, se transformó en un refugio para nosotros, casi un espejo de lo que significaba para los personajes ir al spa de bienestar”, concluye Cannavale, uno de esos nueve perfectamente conocidos actores que a partir de hoy serán los Nueve perfectos extraños.