Ojalá en ‘MasterChef Celebrity’ se hablase tanto de cocina como de amor y sexo

VITORIA-GASTEIZ, ESPAÑA - 09 DE SEPTIEMBRE: Pepe Rodríguez asiste al estreno de 'MasterChef Celebrity' durante Festval el 09 de septiembre de 2022 en Vitoria-Gasteiz, España. (Foto de Borja B. Hojas/WireImage)
VITORIA-GASTEIZ, ESPAÑA - 09 DE SEPTIEMBRE: Pepe Rodríguez asiste al estreno de 'MasterChef Celebrity' durante Festval el 09 de septiembre de 2022 en Vitoria-Gasteiz, España. (Foto de Borja B. Hojas/WireImage)

Por enésima vez, MasterChef Celebrity ha recibido en redes sociales muchas críticas por lo tarde que acabó la entrega de este lunes. No es para menos. El programa superó las tres horas y media de duración, y no se supo hasta las dos de la madrugada que Norma Duval era la nueva expulsada. Algo que, por otro lado, era de esperar, pues a la vedet la experiencia le está superando desde el primer momento, y se estaba convirtiendo en la aspirante que más peleas estaba acumulando. Pero no solo eso: los famosos que quedan en la competición no comenzaron a cocinar en la primera prueba hasta que ya habían pasado 25 minutos. Y todo porque, como es habitual, el capítulo comenzó hablando más de amor y de sexo que de cocinados precisamente. Algo que ya cansa, demasiado.

Como ya se ha analizado en otras ocasiones en estas páginas, MasterChef parece a menudo más interesado en crear parejas y en desglosar la vida sentimental de los concursantes que en conseguir buenos platos. Que si entre María Zurita y Xavier Deltell hay una conexión especial, que ha hecho incluso que el humorista haya conocido al hijo de la prima del rey Felipe VI. Que si Manu Baqueiro utiliza o no aplicaciones para ligar como soltero de oro que es. Que si no las usa, porque él prefiere ligar en la barra del bar, aunque al final se vuelva solo a casa. Y así, con todo.

En la primera prueba regresó a las cocinas Eduardo Navarrete, participante de MasterChef Celebrity el año anterior, vestido como Cupido. Su misión era emparejar a los participantes con unos platos que debían replicar, y para ello tenía que hacerles un pequeño cuestionario previo, para conocer las filias y fobias de los aspirantes. Y entre platos, volvían a hacerse comentarios sobre amores, con preguntas trascendentales como que qué cocinarían para una primera cita.

Y luego están esos chistes que resultan casposos y repetitivos. Navarrete le preguntó a Pepe Barroso que cuál es su sueño más recurrente desde que está concursando. “Hacer y comerme un buen rabo...”, decía el actor, mientras que el diseñador exclamaba “uf” por lo bajo. “Déjame terminar, de toro”, decía. Una respuesta que tiene mucha lógica, pues lo ha cocinado dos veces en el programa. “Yo también como de toro, de toro lo que me den”, soltaba entonces Navarrete, que preguntaba a continuación. “¿Además del rabo qué metes en tu plato?”. Como Pepe le dijo que verduras, Eduardo anotaba en su libreta: “Un poco soso”. Como si esperase una salida más picante por parte del también modelo, que siempre se ha mantenido muy recto en las cocinas del programa.

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Hay que decir, eso sí, que la salida de Eduardo Navarrete tuvo un buen resultado en Pepe: le sentó muy mal que le llamase soso sin conocerlo de nada, y por eso entregó un plato espectacular, que fue valorado como el mejor de la primera prueba. Barroso nos recordó entonces que el objetivo de MasterChef Celebrity es ese, realizar elaboraciones espectaculares, y no bromear sobre rabos o huevos, como se hizo con Nico Abad.

A Norma Duval le tocó replicar un plato dulce, y a la que fuese Miss Madrid en el año 1973 se le cayó el mundo encima. No atinaba a realizar elaboraciones básicas como un merengue. Eso no impidió que, durante su cocinado, también le hiciesen preguntas que parecerían más propias de un Viernes Deluxe que de una competición culinaria. Y es que le interrogaron sobre su relación con Matthias Kühn, su tercer marido, del que se separó en marzo de este mismo año. Ella aseguró que seguían siendo muy amigos, que hablan a menudo por teléfono, y que él está muy interesado en saber cómo va avanzando en la carrera hacia el premio final. De fondo, algún compañero auguraba que Norma volvería con su ex.

A la hora de las valoraciones, los símiles iban por estos derroteros sexuales y sentimentales. En la valoración a Manu Baqueiro le aseguraron que tenía todo en su mano para triunfar, y compararon su plato con una chica con la que habla toda la noche en una discoteca y que desaparece mientras pide la última copa. Pero más terrible fue lo que le dijo Pepe Rodríguez a Isabelle Junot, que hizo un mal postre. “Tienes problemas con los polvos... ¿Qué polvos echas, perdóname la expresión, que no te suman, que no te favorecen? Porque no sube nada. O a lo mejor es un exceso de polvos”, le dijo a la coach nutricional, buscando la risita de todos los presentes.

Todo lo descrito sucedió tan solo en la primera hora de programa. Y me dejo cosas en el tintero, como la caña que le metió Eduardo Navarrete a Manu y el pico que se terminaron dando. Pero no hace falta seguir recopilando más momentos en la misma línea, que los hubo, y hasta el último momento.

Como espectador, los ojos se me vuelven blancos con cada chiste, cada cotilleo, cada posible acercamiento. Con referencias a rabos, huevos y polvos que harían adolescentes con las hormonas a flor de piel. Especialmente, me enerva esa primera conversación entre jueces y aspirantes en los primeros minutos, donde repasan las relaciones personales entre ellos. ¡Yo he puesto La 1 para ver cocinar, si quisiera ver a gente ligando pondría First Dates! ¿Se imaginan que en el programa de Cuatro los solteros hablasen constantemente de los platos que se están comiendo? No tendría mucho sentido. El exceso de amoríos y chascarrillos sexuales de MasterChef Celebrity, tampoco.

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