¿Por qué la olvidada ‘Cisco Pike’ de Kris Kristofferson se unió al club de las películas de culto?

“Nunca había participado en una obra de teatro en la escuela, pero leí el guion y me identifiqué con este tipo, este traficante de drogas”. Kris Kristofferson en el papel de un músico en decadencia en la película de culto de 1972 ‘Cisco Pike’  (Moviestore/Shutterstock)
“Nunca había participado en una obra de teatro en la escuela, pero leí el guion y me identifiqué con este tipo, este traficante de drogas”. Kris Kristofferson en el papel de un músico en decadencia en la película de culto de 1972 ‘Cisco Pike’ (Moviestore/Shutterstock)

A principios de los años setenta, todo iba bien para Kris Kristofferson. El mundo de la música country había abrazado al esforzado cantautor y las versiones de sus canciones —‘Me and Bobby McGee’, ‘Help Me Make It Through the Night’ y ‘Sunday Mornin’ Comin’ Down’— había logrado un éxito generalizado.

Para 1971, también ocupaba un lugar destacado en las listas de Billboard como solista, y en 1970 también filmó su primera película, Cisco Pike. La película no se estrenó sino hasta 1972, pero sigue siendo una increíble cápsula del tiempo. Mientras el músico en decadencia de Kristofferson, llamado Cisco Pike, camina junto a los turbios canales de Venecia antes de la gentrificación, Los Ángeles se ve demasiado distinto al patio de recreo de millonarios que es ahora. En medio de las calles sucias y deterioradas, lo único que se ve bien en las primeras escenas de la película es el propio Kristofferson. La estrella luce impecable con una camisa de cambray, pantalones de mezclilla y botas vaqueras; su brillante cabello castaño rebota sobre los hombros cubiertos de gamuza marrón. Con un estuche de guitarra en una mano, Pike es una hermosa amalgama de los cantautores de Los Ángeles, masculinos pero vanidosos, que estaban a punto de apoderarse del mundo, desde Jackson Browne y Glenn Frey de The Eagles hasta James Taylor.

Sin embargo, a pesar de conectarse directamente con el espíritu de la época del rock’n’roll, Cisco Pike fue un fracaso gigantesco, implicó una pérdida en taquilla y obtuvo una serie de malas críticas. Ahora es más de culto que el culto, pero en ese entonces, Vincent Canby de The New York Times la criticó como “banal”, y agregó cáusticamente que “tengo que armarme de muchísima disciplina para evitar salirme inmediatamente del cine”. Al verla medio siglo después, me resulta difícil entender por qué la película provocó tanto odio, sobre todo teniendo en cuenta su fabuloso y profundamente genial elenco, que también incluye a Gene Hackman, Harry Dean Stanton y Karen Black. Evidentemente, 1972 todavía era demasiado pronto para tener como personaje principal a un traficante de drogas vestido a la moda, y el Los Ángeles tosco lleno de hippies rebeldes, fumadores de drogas, estrellas de rock y groupies todavía era demasiado para que algunos espectadores disfrutaran de esta trepidante aventura. Resulta que el personaje Pike de Kristofferson no es solo una estrella de rock esporádica, también está siendo chantajeado por el policía corrupto interpretado por Hackman para traficar un montón de marihuana.

Siguiendo la estela de la nueva ola de cine estadounidense, encabezada por Bonnie & Clyde de 1967 e Easy Rider de 1969, Cisco Pike provino de una nueva generación de jóvenes cineastas, incluido el director veinteañero debutante de Pike, Bill L. Norton, que llevaron sus ideas poco convencionales a la pantalla grande, influenciados por el cine de autor europeo y deseosos de contar historias que eran relevantes para su generación.

En una apretada hora y media, Cisco Pike se apoya en el lado más ligero de una realización cinematográfica tan innovadora, agregando un toque de cine noir a través de tomas súper elegantes de Pike conduciendo por Los Ángeles mientras las luces de neón pasan zumbando. Pike de Kristofferson sigue siendo absolutamente simpático, ya que se pasea por todos los ámbitos de la vida para traficar su material ilegal en escenas que recuerdan a la comedia hipster de traficantes de drogas de HBO High Maintenance, que llegaría casi medio siglo después. También hay una extraña familiaridad en los decorados de la película, con el apartamento de Venice Beach compartido por Pike y su novia formado por un desorden fabuloso que incluye hallazgos kitsch de tiendas de chatarra, plantas trepadoras y cerámica artesanal. El look es muy inspirado en el diseño de interiores de Instagram de 2022, al igual que la afición de Pike por las camisas western, el uniforme estilo country predilecto de los músicos contemporáneos, desde Orville Peck y Charley Crockett hasta Harry Styles y Diplo.

Cisco Pike no solo fue el primer largometraje de Norton, sino también el primero protagonizado por Kristofferson. Ya había tenido un pequeño papel en The Last Movie de Dennis Hopper, pero no se estrenaría oficialmente sino hasta ocho años después de la muerte de Hopper, en 2018. Y aunque no tuviera mucha experiencia en la pantalla, en 1970 Kristofferson ya tenía mucha experiencia de vida.

Nacido en Texas en 1936, Kristofferson no sólo era un deportista dotado, sino también un escritor publicado. Ganó una disputada beca Rhodes en la Universidad de Oxford, donde estudió literatura inglesa, y fue en esa época cuando empezó a escribir canciones. Pero en lugar de seguir una carrera musical, se alistó en las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos para apaciguar a su familia. Tras unos años en el ejército, con base en Alemania, se trasladó a Nashville para poder tomarse en serio lo de la música. Tan en serio que aterrizó un helicóptero en el patio delantero de Johnny Cash para convencer a la estrella de que grabara su canción ‘Sunday Mornin’ Comin’ Down’. Funcionó, consiguiendo así que Kristofferson dejara su trabajo de conserje en Columbia Records y que se ganase el título de compositor del año de 1970 en los premios Country Music Association Awards. Ese mismo año, Janis Joplin, amante de Kristofferson en algún momento, grabó su tema ‘Me & Bobby McGee’, que se convertiría en un éxito meses después, tras la prematura muerte de Joplin.

También fue el año en el que Kristofferson fue buscado por primera vez para actuar en pantalla. Su primera actuación en el legendario Troubadour de Los Ángeles impresionó a mucha gente, incluido el director de casting Fred Roos, que pensó que sería ideal para una película de carretera llamada Two-Lane Blacktop. En una fiesta en casa de Jack Nicholson, Roos le preguntó a Kristofferson si quería hacer una prueba. Aceptó y al día siguiente acudió a la audición. “Estaba borracho, era algo sacado de una novela de Kafka”, contó Kristofferson a Rolling Stone sobre la condenada convocatoria de casting. “El tipo me preguntó si sabía algo de coches. Two-Lane Blacktop trataba de coches, pero nadie me lo había dicho. Le dije: ‘No sé ni cambiar un neumático’, y me levanté y me fui”. Sorprendentemente, no consiguió el trabajo —fue James Taylor—, pero no mucho después le ofrecieron el papel principal de Cisco Pike.

Kristofferson como Cisco Pike y Karen Black como su novia hippie (Columbia/Kobal/Shutterstock)
Kristofferson como Cisco Pike y Karen Black como su novia hippie (Columbia/Kobal/Shutterstock)

“Nunca había participado en una obra de teatro en la escuela, pero leí el guion y me sentí identificado con este tipo, este traficante de drogas”, recuerda. “La gente decía: ‘No lo hagas, toma primero clases de actuación’. Pero a mí me parecía que la actuación debía consistir en entender un personaje, y luego ser lo más honesto posible. Debería haberme asustado, pero también debí haberme asustado la primera vez en el escenario del Troubadour y no lo hice”.

Con su voz grave, Kristofferson era perfecto para el papel e interpretar al tipo de charlatán que saluda a todas las mujeres con un beso en la boca. Tenía 34 años en el momento del rodaje y su música también tiene un merecido espacio en Cisco Pike. Está ‘Lovin’ Her Was Easier’, una balada folk-rock de ritmo lento del tipo que había dado a Johnny Cash y ‘The Pilgrim, Chapter 3’, que acabarían en el segundo álbum de Kristofferson, The Silver Tongued Devil and I, que salió en 1971, seis meses antes del estreno de la película. La película tuvo varios nombres provisionales, entre ellos Silver Tongued Devil, y también Dealer, antes de que se eligiera el menos rimbombante Cisco Pike.

Karen Black, que acababa de ser nominada al Óscar por Five Easy Pieces, pero unos años antes de la extravagancia de música country de Robert Altman, Nashville, se ve radiante como Sue, la novia hippie de Pike. Black también tiene la oportunidad de mostrar su fuerza musical en un sublime y demasiado corto dúo con Kristofferson en ‘I'd Rather Be Sorry’, cuya versión completa se incluyó más tarde en Breakaway, un álbum de Kristofferson y su pareja en la vida real, Rita Coolidge.

El resto del reparto también está impecable. Gene Hackman está en su apogeo como un detective corrupto ligeramente ridículo vestido con ropa deportiva de color pastel, mientras que Harry Dean Stanton —conocido como HD Stanton— después de Cool Hand Luke y antes de Paris, Texas, es inmediatamente creíble como miembro de la banda de Pike que ha caído en tiempos difíciles y en drogas más duras. En su primera aparición en la pantalla se le ve desnudo en una bañera agarrando un ramo de flores, pero también hay escenas retrospectivas en las que le vemos en sus días de gloria, asombrando a las multitudes y bebiendo de la botella con una hermosa rubia.

Hay cameos memorables de la estrella de la blaxsploitation (o películas de explotación negra)Antonio Fargas —que llegó a interpretar al carismático Huggy Bear en Starsky & Hutch— a quien Pike conoce en Olivia’s, el restaurante de Santa Mónica inmortalizado por Jim Morrison en ‘Soul Kitchen’ de The Doors. También aparecen Wavy Gravy —recién llegado de ser el presentador de Woodstock— y el rockero tex mex Doug Sahm, que interpreta a Rex, un músico que, a diferencia de Pike, se ha aferrado a la fama.

El personaje Pike de Kristofferson es chantajeado por el policía corrupto, intepretado por Hackman, para traficar drogas (Columbia/Kobal/Shutterstock)
El personaje Pike de Kristofferson es chantajeado por el policía corrupto, intepretado por Hackman, para traficar drogas (Columbia/Kobal/Shutterstock)

La superestrella de Warhol Viva Hoffmann —madre de la actriz de Transparent, Gaby Hoffmann— aparece como una adicta embarazada y con los ojos muertos, que se pasa por el primer restaurante vegetariano de Los Ángeles, dirigido por la secta The Source Family, para recoger a un amigo. Más tarde, vemos a su adinerada heredera en la mansión familiar, una gran casa de Hollywood que en su día fue la residencia real de la sensación del cine mudo (y amante de Rudolph Valentino) Pola Negri. Volvemos a encontrarnos con Viva en el Troubadour, tomando copas en el bar de enfrente mientras los Hare Krishna cantan con entusiasmo fuera. En un dulce momento de tranquilidad musical, un póster de Waylon Jennings cuelga de una pared fuera del local, sin que el reparto sepa que unos años más tarde Kristofferson y Jennings se unirían a Johnny Cash y Willie Nelson para formar el supergrupo country The Highwaymen.

En los años siguientes, Kristofferson interpretó papeles memorables en Alice Doesn't Live Here Anymore, de Martin Scorsese; como el infame forajido de Pat Garrett & Billy the Kid; y, el más famoso, junto a Barbra Streisand en la tercera versión para la gran pantalla de A Star Is Born.

Cisco Pike captura la crudeza de Los Ángeles de los años 70, pero también la emoción. Muestra un Los Ángeles en el que uno sale a tomar una copa tranquilamente —o a una simple expedición de venta de drogas— y acaba retozando en una mansión de estrellas de cine. También Kris Kristofferson es una prueba de que no son los años de práctica los que hacen a una estrella de cine, sino algo mucho más mágico.