Yahoo Estilo One Piece: productor revela cómo convencieron a Eiichiro Oda para adaptar su manga y mantenerse cerca de la producción
One Piece (90%) es todo un éxito y a un par de semanas de su estreno mantiene su lugar dentro del Top Ten de lo más visto en el catálogo de Netflix. De hecho, la compañía ya dio luz verde para nuevos capítulos, lo que por ahora mantiene activos los planes de los creadores que esperan llegar, al menos, a 6 temporadas. Los fans del manga y el anime quedaron especialmente satisfechos con este trabajo, lo que es bastante especial porque siempre observan estas adaptaciones listos para despreciarlas y con justa razón. Trasladar una obra así a live action siempre suena ambicioso e interesante, pero rara vez da buenos resultados, y es por eso que los creadores o prefieren no entregar los derechos o prefieren alejarse por completo de la producción. Eiichiro Oda hizo justo lo contrario y uno de los productores de la serie reveló cómo fue que llegaron a un acuerdo con él que terminó beneficiando la adaptación.
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La adaptación de One Piece tenía todo en contra
Eiichiro Oda se ganó un gran lugar en el mundo del anime y el manga con One Piece, y es que su obra se convirtió en una de las sagas de aventuras más especiales de los últimos años. Considerando la gran cantidad de creaciones que se estrenan al año en Japón, el que un título realmente logre establecerse entre el público a nivel mundial es un logro increíble. En el caso de esta historia es todavía más interesante porque ha durado varios años y todavía faltan más para que llegue a su fin. Con el paso de los años, el interés que ha despertado la trama va en aumento, lo que permite recolectar nuevos fanáticos de distintas generaciones, como ya han hecho series como Dragon Ball, Sailor Moon, Caballeros del Zodiaco y hasta Naruto.
Así como sucede con los cómics de superhéroes en Occidente, algunos creen que lo que se ve en papel es fácil de trasladar a la gran pantalla y es que asumen que se puede copiar sin mayor esfuerzo el producto y con eso hacerle justicia a la obra. Lo cierto es que el proceso de adaptación es bastante complicado y en el caso de One Piece era hasta arriesgado, pues claramente requería muchos millones, un elenco increíblemente dedicado y grandes creadores que entendieran el mensaje de la historia para no fallar a los fans; todo esto sin dejar algo seguro para la productora que ya había fracasado con Death Note (40%) y Cowboy Bebop (67%).
La revelación del elenco y los detrás de cámaras parecían indicar que la adaptación seguía un buen camino a nivel visual, pero todos tenían muchas dudas sobre la narrativa y cómo en 8 capítulos podrían hacer avanzar la historia. Con los primeros avances, Netflix comenzó a enfocarse en la promoción del live action, haciendo lo posible para levantar su estreno, algo que funcionó muy bien porque se mezcló con el fandom natural del anime y el manga que ha crecido en varias partes del mundo. Pero lo que realmente sirvió para vender la idea a los seguidores fue la promesa de que Oda estuvo involucrado en cada paso de la adaptación, y se mantendría así si One Piece tenía éxito en la plataforma.
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Además de ayudar a elegir a los actores principales, Oda también supervisó los cambios a su historia, y aunque hubo algunos con los que no estuvo de acuerdo al inicio, pronto comprendió que debía ceder para poder desarrollar una serie de calidad y no sólo una adaptación de su trabajo. De esta forma, las conversaciones entre el creador y los productores fueron indispensables para llegar a buen puerto y dejar a todos satisfechos, rompiendo así una maldición de años sobre este tipo de trabajos. En entrevista con Deadline, Marty Adelstein habló sobre esta conexión y cómo lograron convencer a Oda de entregar los derechos y mantenerse cerca de la producción.
Adelstein explicó su deseo de adaptar este manga como serie de televisión:
Nic Louie, que era mi asistente en ese momento, y yo nos entusiasmamos mucho con la posibilidad porque habíamos visto que muchos de estos animes tardaban entre 10 y 15 años en convertirse en películas y nuestra opinión era que podríamos hacerlos mucho más rápido como series de televisión y más gente las vería que las películas. Contratamos a dos personas en Japón que trabajaron para nosotros y facilitaron las relaciones. Íbamos tres o cuatro veces al año y nos reuníamos con ellos. Y finalmente logramos abrirnos paso.
El productor luego explicó cómo lograron convencer al creador, y todo indica que fue más sencillo cuando se reveló que Oda era fan de su trabajo en cierta serie de televisión:
Fue muy divertido, Oda inicialmente no iba a hacerlo pero cuando supo que yo estuve involucrado en Prison Break, se emocionó mucho, nos dejó obtener los derechos. Especialmente en Asia y Japón, no se puede hacer nada por teléfono. Tienes que presentarte en persona cara a cara. Es muy importante para esa cultura.
El productor también reconoció que el gran error de otras producciones es no acudir al creador original para establecer una conversación sobre el trabajo, pues en muchos casos los escritores ceden los derechos con gusto pero no quieren involucrarse con la visión de la adaptación. Al darle esa posibilidad, Oda también aprendió cómo se trabajaba una serie live action de esas proporciones, entrando en una dinámica muy positiva para ambas partes que seguramente tomará más fuerza con el desarrollo de la segunda temporada.
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