Otra oportunidad: de John Travolta a Daryl Hannah, cinco actores que Quentin Tarantino rescató del olvido
Además de experto en escenas violentas, secuencias homenaje, bandas sonoras memorables, tomas que se convirtieron en íconos de la historia del cine y diálogos célebres, Quentin Tarantino es reconocido por rescatar actores del baúl de los recuerdos. Desde su debut como director con Perros de la calle, el también productor, escritor y guionista estadounidense se preocupó por contar, en cada una de sus películas, con algún intérprete caído en desgracia para ofrecerles un trampolín para encauzar su carrera y volver al centro de la escena.
De John Travolta a Daryl Hannah, la historia de cinco de los grandes rescatados de Tarantino y los inolvidables personajes que los reconciliaron con Hollywood.
John Travolta
“Vincent Vega”, dice Uma Thurman en la piel de Mia Wallace con voz grave sobre la pista de baile del Rabbit Slim’s, un restaurante de Los Ángeles con decorado de los años 50 y 60. De inmediato, se acomoda frente a John Travolta. Apenas comienzan a sonar los acordes de “You Never Can Tell”, de Chuck Berry, la pareja -un sicario y la mujer de su mafioso jefe- despliega una serie de pasos. Además de alzarse con el premio del famoso concurso de twist, la pareja construyó una de las escenas más icónicas de la filmografía del director.
Si bien el éxito le llegó muy rápido a Travolta gracias a su participación en películas como Fiebre de sábado por la noche (1977) y Grease (1978), el actor no pudo mantenerse en pie dentro de Hollywood. Cuando parecía que nunca más iba a protagonizar un film de nuevo, apareció un joven Tarantino, le dio un papel principal en Pulp Fiction (1994), su segunda película como director, le hizo un guiño a la cultura pop y lo puso a bailar otra vez. A partir de ese momento, Travolta volvió al centro de la escena y protagonizó una seguidilla de films de acción que lo convirtió en uno de los mejores pagos de Hollywood.
David Carradine
El papel de Bill llegó a las manos de David Carradine luego de que Warren Beatty -conocido por dejar pasar grandes oportunidades en la gran pantalla, como El Padrino (1972) y Boogie Nights (1997)- desistiera de ser parte de Kill Bill (2003). Sin intención de pasar una temporada filmando en Asia, Beatty tuvo la deferencia de proponerle a Tarantino un nombre para el rol: el del protagonista de Kung Fu, que se convirtió en el jefe de la banda de asesinos sobre la que La novia (Uma Thurman) quiere cobrar venganza.
Dentro de su extensa trayectoria en televisión y en el mundo del cine clase B, Carradine construyó una carrera prolífica. En sus más de cien apariciones, le puso el cuerpo a Kwai Chang Caine, el monje Shaolin experto en artes marciales de la exitosa serie de televisión de principios de los 70 Kung Fu. Si bien Carradine no era un maestro de la destreza china, su desempeño en ese show le alcanzó a Tarantino para darle el protagónico de Kill Bill, un papel que multiplicó exponencialmente su fama, que lo hizo conocido para las nuevas generaciones de cinéfilos y que le valió una nominación al Globo de Oro.
Kurt Russell
Si bien Los ocho más odiados (2015) parece a priori haber sido la película que supuso el regreso triunfal de Kurt Russel a la gran pantalla, fue A prueba de muerte (2007) el film con el que Tarantino renovó la fama del actor, que empezó su carrera cuando era apenas un niño, a finales de los años 60, y brilló en los 80 en producciones como Escape de Nueva York (1981), Silkwood (1983), Rescate en el Barrio Chino (1986) y Tango & Cash (1989).
“Para la gente de mi generación, él es un verdadero héroe, pero ahora hay toda una audiencia que no sabe lo que Kurt Russell puede hacer. Cuando abro el diario y veo que dice ‘Kurt Russell en Dreamer,’ o ‘Kurt Russell en Miracle’ no menosprecio esas películas, pero pienso: ‘¿Cuándo volverá Kurt Russell a ser un tipo malo?’”, dijo Tarantino cuando decidió darle el papel de Mike McKay, un asesino serial que acecha mujeres y las mata haciendo estrellar su auto. A partir de ese momento, el actor brilló en Guardianes de la Galaxia Vol. 2 (2017), en las últimas entregas de la saga Rápido y Furioso, y sobre todo en Los odiosos ocho (2015) y en Había una vez... en Hollywood (2019), también de Tarantino.
Don Johnson
El nombre de Don Johnson fue, durante muchos años, sinónimo de Miami Vice (1984). Con algunos pocos éxitos después de la icónica serie de televisión que lo lanzó a la fama y lo convirtió en una estrella internacional -Nash Bridges es el otro ejemplo-, su figura rápidamente quedó relegada y los 90 no le sentaron nada bien. Luego de una fugaz carrera como músico y algunos papeles olvidables en cine y TV, llegó su renacimiento artístico de la mano de Tarantino.
El director convocó al actor para un papel en Django sin cadenas, el tributo a los spaghetti westerns de los años 60 que estrenó en 2012, y Johnson aprovechó de principio a fin la oportunidad: se lució como “Big Daddy”, un adinerado esclavista blanco que porta un eterno bigote y que con su marcado acento sureño desparrama racismo desde el balcón de su finca.
Daryl Hannah
En la piel de Elle Driver, Daryl Hannah camina por el solitario y largo pasillo de un hospital. Enfundada en un trajecito blanco y con un parche que tapa su ojo izquierdo. Silba “Twisted Nerve”, de Bernard Herrmann. Es la novia de Bill, una joven y tuerta asesina sin escrúpulos que busca por todos los medios deshacerse de La Novia (Uma Thurman). La escena, que es una de las más recordadas de Kill Bill (2003), también marcó el regreso de la actriz a las grandes ligas.
La carrera de Hannah comenzó de la mejor manera: su primer papel fue en La Furia (1978) de Brian De Palma. Luego fue Pris en Blade Runner (1982) y enamoró a Tom Hanks en Splash (1984). Pero su brillo se apagó y quedó relegada a papeles con menos importancia, hasta la llegada de su enorme Elle Driver, la antagonista perfecta de Uma Thurman. Su última aparición importante fue en la serie de Netflix Sense8.