Yahoo Estilo Oppenheimer: conoce a las mujeres que formaron parte del Proyecto Manhattan
Oppenheimer (95%) se ha convertido en el éxito comercial más importante en la carrera de Christopher Nolan, y es que además de obtener grandes ingresos también rompió récords para películas con clasificación para adultos. A diferencia de las obras sobre superhéroes que desde hace años pueden contar con ciertas expectativas en cartelera, una cinta biográfica tiene más problemas para llegar al público. Por un lado, no todos están interesados en el ritmo de este tipo de proyectos, mientras que otros que sí están interesados no necesariamente se sienten atraídos a la forma en la que los directores quieren abordar sus vidas. En muchos sentidos, estas historias son difíciles de lograr en el cine, pero el contexto en esta ocasión fue diferente. Contando con el apoyo de Barbie (88%), la presencia de Cillian Murphy y muchos fans decididos a ver el corte final de una propuesta que retrataría la bomba atómica con efectos prácticos, su estreno fue todo un éxito, aunque no estuvo libre de controversias.
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A pesar de que Nolan es uno de los directores más respetados de la industria, y uno que genera mucha confianza entre las productoras de renombre, su obra no es perfecta en lo absoluto. Para muchos, la mayor gracia que tiene como creador es su perspectiva visionaria para la tecnología que necesita para cumplir con su trabajo, lo que lo acercaría más a James Cameron con su Avatar (83%) que a otros directores más sensibles y complejos. Otros consideran que su mayor debilidad está en el guion mismo, pues superficialmente son muy complejos, pero en realidad siguen siempre una tendencia muy básica que él repite una y otra vez en sus historias. Pero la crítica más constante parece ser sobre su forma de escribir mujeres, especialmente cuando trabaja un libreto sin ayuda de su hermano Jonathan Nolan .
El director de Tenet (83%) ha sido acusado de no saber escribir mujeres y siempre dejarlas de lado como esposas o figuras maternales que sirven para el desarrollo del protagonista, sacrificando en el camino su propia evolución. Lo que más molesta a algunos especialistas es que Nolan ha contado con grandes actrices que simplemente no logra aprovechar como Scarlett Johansson, Rebecca Hall, Anne Hathaway, Jessica Chastain , y ahora en Oppenheimer, Emily Blunt y Florence Pugh, quienes dan vida a la esposa y la amante del protagonista, respectivamente.
El estreno de Oppenheimer puso una vez más sobre la mesa este debate, pues buena parte del público se decepcionó de que Blunt sólo apareciera borracha en la película, mientras Pugh se presentó en la mayoría de sus escenas desnuda. Lo que también causó mucho conflicto para los conocedores fue que Nolan ignoró por completo a la fuerza femenina que estuvo presente en la creación de la bomba atómica, dejando a una sola científica en el elenco. De inmediato salieron algunos a hablar del machismo de la época y de que no se debía cambiar una película que retrata hechos reales para seguir con las “tendencias woke” del momento, pero la verdad es que muchísimas mujeres participaron en ese evento que cambió a la humanidad.
Es verdad que Nolan buscaba retratar la visión tan subjetiva y personal de Oppenheimer, quien tomó la creación de la bomba atómica como reto personal y luego se arrepintió de su uso militar, pero sus relaciones laborales y personales fueron parte importante de eso. Su novia y luego amante, Jean Tatlock, fue una psiquiatra que pasó por muchos tormentos antes de quitarse la vida; mientras que su esposa Kitty realmente se convirtió en una alcohólica, pero no por los amoríos de su esposo, ya que ella también tuvo los propios. La complejidad de estas mujeres queda en segundo plano para enfocarse en la de otros hombres como Lewis Strauss (Robert Downey Jr.), quien tenía su propia misión oculta contra el científico, y Leslie Groves (Matt Damon), quien buscaba manipular a Oppenheimer para mantener el control sobre la aplicación de la bomba atómica.
Ante todo esto, es una verdadera lástima que la película pase por alto a las mujeres que estuvieron presentes en el proceso, especialmente cuando sí vimos a otros científicos como Ernest Lawrence, Richard Feyman y Edward Teller. En Oppenheimer, se habla de que las esposas de los involucrados eran usadas como secretarias, enfermeras y maestras dentro de Los Álamos, pero no se limitaron en lo absoluto a estas tareas. Antes de sentenciar que la película es fiel a la historia, aquí te contamos un poco de las mujeres que también hicieron posible el éxito militar del llamado Proyecto Manhattan (vía Atomic Heritage Foundation):
Leona Woods Marshall Libby
A la edad de 23 años, Leona Woods se convirtió en la científica más joven y la única mujer en participar en un proyecto para crear un reactor nuclear junto a Enrico Fermi, en la cinta interpretado por Danny Deferrari. A pesar de que varios científicos de renombre la rechazaron y le dijeron que como mujer en esa medio se moriría de hambre, ella siguió estudiando y encontrando buenos aliados, lo que eventualmente la llevó a dar clases en la Universidad de Colorado. Su participación en el Proyecto Manhattan fue fundamental pues su contador de trifluoruro de boro ayudó a la estabilización del plutonio que eventualmente se usó para las pruebas nucleares.
Elizabeth Graves
Elizabeth Graves fue una de las primeras físicas en dedicarse a los neutrones, e hizo grandes avances en este tema. Su esposo, Alvin Graves recibió una invitación para trabajar en Los Álamos y él pidió como condición que ella lo acompañara en calidad de científica. Eventualmente se unió al equipo de trabajo de Fermi ayudando con los complicados cálculos sobre la esperada reacción nuclear en cadena, además de ser una de las pocas personas que podía manejar el acelerador Cockcroft–Walton gracias a su experiencia en el campo de los neutrones. Graves tuvo que estar lejos de la prueba inicial porque estaba embarazada, pero a pesar de eso logro monitorear con éxito la llamada lluvia radioactiva mientras vigilaba sus contracciones para dar a luz.
Lilli Hornig
Hornig sí aparece en unas cuantas escenas de la película interpretada por Olivia Thirlby, pero queda desdibujada entre los otros científicos del lugar. Como acompañó a su esposo a Los Álamos se le pidió que trabajara como secretaria, pero ella pidió que tomaran en cuenta sus estudios en Harvard como química para tener una participación más relevante. Al principio trabajó en la división que estudiaba y controlaba el plutonio que se usaría en la bomba, pero luego se consideró que era un riesgo para las mujeres fértiles y fue trasladada a la división de explosiones. Ella promovió una petición para probar la bomba en una isla desierta como demostración de su poder antes de priorizar su uso militar.
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Charlotte Serber
Robert Serber era uno de los asistentes de Oppenheimer, pero Charlotte Serber encontró un lugar propio en Los Álamos gracias a su puesto como bibliotecaria, pues su trabajo no era simplemente el de ordenar los expedientes, sino evitar que la información se fugara. Ella creó un sistema propio para manejar los documentos más importantes, algo que el propio Oppenheimer reconoció como un esfuerzo enorme y exitoso para mantener el orden entre todos los datos científicos de alta seguridad que se manejaban día a día, y que muchos otros gobiernos buscaban robar en la carrera por crear la primera bomba atómica.
Floy Agnes Lee
Floy Agnes Lee fue una bióloga que trabajó en el Proyecto Manhattan y que ha creado un legado propio para las mujeres científicas gracias a sus raíces nativas. Gracias a sus estudios en la Universidad de Nuevo México, ella fue reclutada para trabajar en Los Álamos para hacer pruebas de sangre a los que estaban más cerca del material radioactivo. Sus estudios hematológicos debían ser muy precisos para reconocer el peligro en el que se encontraban los científicos. Ella hizo las pruebas tras un accidente que comenzó una reacción de fisión inesperada y que eventualmente mató a Louis Slotin e hirió a Alvin Graves.
Joan Hinton
Hinton fue una física nuclear encargada de calibrar los detectores de neutrones que se usarían en las primeras pruebas para lanzar la bomba. A pesar de que se pidió a las mujeres alejarse del evento por su seguridad, ella estuvo presente durante la prueba Trinity y su descripción del suceso es una de las más conocidas por los expertos. Hinton comparó la explosión con un mar de luz que inundó todo cuanto veía. Ella fue de las más decepcionadas cuando Estados Unidos lanzó las bombas en Japón, pues al igual que muchos colegas consideraba que la creación misma de la bomba bastaba para espantarlos y llegar al fin de la guerra. Conociendo el conflicto que se desataría entre Estados Unidos y Rusia, Hinton abandonó su interés en temas nucleares y se mudó a China.
Maria Goeppert-Mayer
Maria Geoppert-Mayer fue una física teórica que nació y creció en Alemania. Impulsada por su padre, ella luchó por ser aceptada en la Universidad de Göttingen, algo que logró y marcó una gran diferencia para las mujeres que buscaban metas similares. Durante el Proyecto Manhattan, trabajó en el laboratorio de la Universidad de Columbia donde estudió la separación de los isotopos, promoviendo la teoría de que se podía lograr esto por medio de reacciones fotoquímicas. Ella trabajó muy de cerca con Edward Teller, en la cinta interpretado por Benny Safdie, quien inventó la llamada super bomba, luego conocida como la bomba de hidrógeno. En 1963 ganó el premio Nobel en Física por su teoría sobre los modelos de capas nucleares.
Naomi Livesay
Livesay se graduó como matemática en Cornell College y luego obtuvo un grado mayor en la Universidad de Wisconsin. En 1943 recibe una oferta de trabajo para participar en un proyecto enfocado en la guerra, pero sin más detalles sobre su estancia o lo que tendría que hacer en el lugar. A pesar de esa incertidumbre acepta la oferta y se traslada a Los Álamos en 1944 donde comienza a trabajar bajo el mando de Richard Feynman, interpretado por Jack Quaid en la cinta, para hacer los cálculos necesarios para predecir el choque de ondas de la explosión. El trabajo de Livesay consistía en mantener en forma el equipo de cómputo que hacía las operaciones y que luego ella misma debía revisar a mano para detectar errores.
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