Orán, puente entre España y Argelia

Orán (Argelia), 28 ago (EFE).- La plaza de toros de Orán sigue en pie más de un siglo después del auge de la tauromaquia que vivió esta ciudad argelina, marcada por un pasado español que dejó su impronta cultural todavía reconocible en vocablos, escalas musicales y gastronomía.

Esta huella no procede de los más 200 años de ocupación militar de Orán por la Monarquía española (1509-1732), sino de la Argelia colonizada por Francia, en la que los españoles migraron en masa hasta suponer el 65 % de la población europea que residía en esta ciudad portuaria, detalla a EFE el documentalista argelino Abdelhak Abdeslam.

"Los franceses hicieron un llamamiento a las poblaciones europeas para ocupar el país y, como Europa atravesaba una crisis, recibimos de todo: malteses, italianos, españoles... al estar a solo 180 kilómetros de Almería, estos dominaron (culturalmente) la ciudad", cuenta.

De hecho, "Nouvelles Arenes" es la denominación francesa hoy impresa en los azulejos de la puerta grande de esta plaza ubicada en el popular barrio del "El Toro", un nombre que pronuncian nítidamente los argelinos.

"La cultura española estuvo muy extendida en Orán, causa por la cual el lenguaje oranés contiene varias terminologías originarias del español pero también tradiciones culinarias y algunos monumentos", añade Abdeslam, directivo de la Asociación cultural "Bel Horizon", creada para rescatar el patrimonio de esta urbe abierta al Mediterráneo.

UNA PLAZA DE TOROS DE PIEDRA

La única construida en piedra, de las tres arenas que llegó a tener Orán, fue inaugurada en 1910 y además de corridas de toros, con carteles de matadores españoles como Manolete y Dominguín, también acogió partidos de fútbol, combates de boxeo y patinaje sobre hielo.

Los bares del interior, en los que se servían caracoles, son hoy tiendas de artesanía local, desde la restauración en 2018 que recuperó la abandonada plaza que acogió la última corrida en 1959.

Los festejos se suspendieron entre 1936 y 1954, con el inicio de la guerra civil española y las turbulencias de la segunda guerra mundial (1939-45) y volvió a tener un breve periodo de actividad (toreo) hasta que Argelia, independizada de Francia (1962), nacionalizó el ruedo.

ESPAÑOLES EN ARGELIA

Santa Cruz o Rosa Casar son dos de las fortificaciones españolas que coronan la ciudad de Orán como legado de la ocupación militar entre el siglo XVI y XVIII, pero en aquella época "el único contacto que tenían con los argelinos era la guerra, por lo que no hubo intercambios culturales entre los españoles y los argelinos", aclara Abdeslam.

Si bien, por este vínculo histórico y la cercanía geográfica, los españoles migraron en masa a la Argelia colonizada por Francia, especialmente a Orán, que fue también destino del exilio republicano, con el inicio de la guerra civil.

Publicaciones en castellano -El Correo de Orán, El Correo De Estaña- y una intensa interacción con los oraneses han marcado su árabe dialectal que hoy utiliza para nombrar medios de transporte como carrico (carrito), profesiones como "abogado", utensilios de pesca, vestimentas y un sin fin de léxicos que mencionan los argelinos en los quehaceres cotidianos.

Y en la música, el flamenco suena en las escuelas del folcrore oranés, además de la gastronomía que mantiene como platos estrella la paella, el caldero, y la muy demandada "calentica", derivado del español "caliente", una especie de pastel de harina de garbanzos que se vende como comida rápida.

A diferencia de la influencia francesa identificable en el resto de Argelia, el marcado español resurge constantemente en cualquier paseo aleatorio por Orán, cuya población ha interiorizado sin conocer, en muchos casos, su historia, reconoce Abdeslam. Una historia conjunta, poco conocida también en España, que sigue uniendo a ambos países pese a la suspensión de las relaciones diplomáticas.

Laura Fernández Palomo

(c) Agencia EFE