Oscar 2023: mucha más camaradería que competencia entre los cinco directores nominados al Oscar internacional

Photo © 2023 A.M.P.A.S. via The Grosby Group
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LOS ÁNGELES.- Este año, la única alfombra roja de verdad que puede mostrar el Oscar está a seis kilómetros de distancia del lugar de la ceremonia de este domingo. Ese rojo intenso casi escarlata que decora la totalidad del imponente David Geffen Hall, el auditorio más grande del Museo de la Academia de Hollywood, fue el color excluyente de la escenografía del encuentro que mantuvieron en el atardecer del viernes los cinco directores de las películas nominadas al Oscar internacional de este año.

Este panel, ya convertido en una tradición de la semana previa de la fiesta del Oscar, fue la primera actividad pública para Santiago Mitre y la delegación más importante de Argentina, 1985 llegada hasta aquí en la antesala del momento culminante de una exitosa temporada de premios para la película.

Mitre tuvo la palabra en el escenario, compartido con sus cuatro colegas nominados: el belga Lucas Dhont (Close), el alemán Edward Berger (Sin novedad en el frente), el irlandés Colm Bairéad (The Quiet Girl) y el polaco Jerzy Skolimowski (EO). Los anfitriones fueron la directora sueca Susanne Bier y el curador Rajenda Roy, corresponsables del área internacional de la Academia de Hollywood. Y en la platea se sentaron Ricardo Darín (acompañado de su esposa Florencia Bas), Dolores Fonzi (pareja de Mitre), Peter Lanzani, los productores Agustina Llambí Campbell, Victoria Alonso, Federico Posternak y Axel Kuschevatzky, el director de fotografía Javier Juliá y Pedro Osuna, compositor de la música del film. Asistencia perfecta.

El saludo de los anfitriones en todos los idiomas hablados en los cinco títulos nominados (inclusive la “lengua del burro”, en alusión al personaje central de EO) fue todo un anticipo. En un momento de la conversación, Bier invitó al quinteto a reflexionar sobre el lenguaje de cada película a partir de su convicción de que ninguna de ellas tendría sentido si estuviese hablada en inglés.

“El cine es un idioma universal –respondió Mitre a la consigna-. Me pasé toda la vida viendo películas, la mayoría habladas en idiomas extranjeros. En principio el idioma es lo que define a un lugar. Pero en el caso de Argentina, 1985 tuvimos en cuenta un idioma particular porque es una película de abogados. En ese sentido fue interesante poder usar las mismas palabras que se utilizaron en el verdadero Juicio a las Juntas”.

El aporte de los otros realizadores al tema fue igual de valioso. Berger reconoció que la única razón que lo llevó a hacer una remake de Sin novedad en el frente fue que estuviese hablada en alemán. Bairéad dijo que el irlandés (que por primera vez en la historia se incluye en un film nominado al Oscar) es una lengua olvidada “que se parece mucho al silencio” (la conducta principal de la niña protagonista), y Dhont habló de su intención de que coexistieran en Close “los dos lados” de la eterna tensión idiomática característica de Bélgica.

El panel empezó con una propuesta atípica. Bier propuso que cada director, en vez de hablar de su propia película, se refiriera a alguna de las otras nominadas. En el reparto, Argentina, 1985 le tocó a Skolimowski. “Creo que fui elegido porque en mi país, Polonia, tuvimos una experiencia parecida en materia de dictaduras. No resultó tan trágica como la que vivieron los argentinos pero la atmósfera de la vida bajo una dictadura y la destrucción de las almas la hacen muy parecidas”, explicó con calma el veterano realizador.

“Por todo eso –agregó- vi Argentina, 1985 con todo el conocimiento de lo que pasó y me sorprendió la rapidez con que Santiago filmó y editó una historia tan extensa y compleja. Cada detalle está mostrado con enorme precisión y lo que más me atrajo es el modo en que se narra la vida privada de los personajes. Los actores suelen elegir a personajes muy intensos y prefieren las partes más emotivas, pero aquí se trata de la cuestión principal y se resuelve muy bien por más que no sean vistos como momentos excitantes o de gran tensión”.

A Mitre le dijeron que hablara de Sin novedad en el frente, película que aparece en casi todos los pronósticos como gran favorito de esta categoría. “Fue una gran experiencia verla, aunque tenía poco conocimiento previo de la novela que la inspiró. Además, como director me interesa mucho detenerme en la observación de los distintos oficios. Y quedé impresionado en este caso por los resultados en materia de fotografía, música, maquillaje. Y los actores son excelentes”, contó.

También aludió a las conexiones entre la película y la situación política en el mundo. “Sin novedad en el frente es una obra importante en este momento de la humanidad, donde encontramos mucho sufrimiento y dolor. Muestra la crueldad de la guerra, lo insano de ciertos comportamientos políticos, la ingenuidad que muestran algunos de los jóvenes que van a la guerra sin saber lo que implica aceptar ese desafío.

El clima de enorme camaradería que se vive entre los directores no es nuevo. Desde hace tiempo, inclusive antes de que todas estas películas resultasen nominadas al Oscar, sus realizadores se encontraban en alguna muestra, festival o entrega de premios con la expresa intención de compartir experiencias y hacer preguntas sobre el cine que hace cada uno de ellos. El encuentro más reciente previo a este compartido por todo el quinteto tuvo lugar en febrero y también dentro de California, en el Festival de Cine de Santa Bárbara.

Por eso a nadie extraño que Mitre cerrara su participación (y el encuentro mismo) con una respuesta dentro de esta línea a la pregunta de cuál fue el recuerdo más intenso o interesante que cada uno de los realizadores tiene de su película: “Lo que siempre voy a recordar es la posibilidad de compartir muchas experiencias con los otros cuatro directores”.

Después del panel Mitre se reencontró con sus compañeros de Argentina, 1985 y todos juntos participaron más tarde en el mismo Museo de una comida de agasajo a los nominados del Oscar internacional. Lejos del rojo, que quedó en ese lugar, en pocas horas todos atravesarán una nueva alfombra color champagne, camino de acceso a la gran fiesta de una industria cada vez más global.