Pablo Alarcón, internado por complicaciones respiratorias: “Fue una semana muy dura”

Pablo Alarcón estuvo actuando el año pasado en las plazas con una propuesta a la gorra como modo también de alivianar su situación económica
Pablo Alarcón estuvo actuando el año pasado en las plazas con una propuesta a la gorra como modo también de alivianar su situación económica

El actor Pablo Alarcón, de 77 años, se encuentra hospitalizado desde este sábado en el Hospital General de Agudos Dr. Enrique Tornú, de la ciudad de Buenos Aires. En la noche del sábado se conoció la noticia que el intérprete se encontraba internado por un cuadro de neumonía. Fue trasladado por el servicio de emergencia de la ciudad de Buenos Aires, SAME, a partir de una llamada telefónica.

A última hora de este domingo, LA NACIÓN se comunicó con Alarcón, quien dijo que se estaba recuperando y que mañana lunes recibirá el alta. “Aca estoy, fue una semana muy dura, mañana dejo el Tornú y recomienzo mi vida poco a poco. Horas antes, este medio había podido comunicarse con su exmujer, Claribel Medina, quien dio detalles de la internación. “Pablo está con un cuadro de infección pulmonar, una neumonía bilateral. Los médicos, por el momento, le prohíben hablar para que pueda descansar y que la respiración se estabilice. Está con antibióticos, muy bien atendido por el personal del hospital”, confirmó la madre de Antonella y María Agostina, fruto de la relación entre ambos.

A mediados del año pasado, su nombre volvió ser noticia. Aunque venía de ser parte de la serie Barrabrava, de Prime Video y de hacer teatro en Mar del Plata con Rotos de amor, su crítica situación económica hizo que decidiera hacer teatro a la gorra en las plazas. Un video sobre una de esas actuaciones se viralizó en las redes sociales y su situación pasó a ser noticia. “Es un momento de mi vida en el que me toca hacer esto, quizá devolviéndole de alguna manera a la sociedad. Bueno, mejor dicho, yo no le debo nada a nadie, los gobiernos corruptos me deben a mí, los ladrones que se fueron y se llevaron todo”, contó en aquella oportunidad a LA NACIÓN.

Antes de salir a las plazas para montar su espectáculo, durante la pandemia Pablo Alarcón se había convertido en cocinero
Antes de salir a las plazas para montar su espectáculo, durante la pandemia Pablo Alarcón se había convertido en cocinero - Créditos: @PATRICIO PIDAL/AFV

Durante ese misma charla habló de su situación económica. “Soy jubilado, cobro la mínima, me ayudan mis hijas y soy un buscavidas. Mientras pueda estar de pie, no me van a voltear”, señaló el intérprete que formó parte del exitoso ciclo televisivo Alta comedia y de telenovelas como Rosa de lejos, Regalo del cielo y Mujercitas, que después de más de cinco décadas de trayectoria dio vuelta el timón y, durante la pandemia, se animó a producir un show personal de cocina y música.

El texto elegido que presentó junto Augusto Gavilán, su profesor de música, fue un retazo del libro Discurso de la servidumbre voluntaria, escrito en 1548 por el filósofo francés Etienne de La Boétie, que reflexiona sobre a corrupción. Alarcón había tomado como costumbre salir de su casa con los instrumentos, montar un mínimo escenario, ponerse unas calzas y camisetas térmicas que le había regalado una de sus hijas y presentarse los domingos por la tarde en Plaza Francia, frente a la Iglesia del Pilar y al Cultural Recoleta.

"A mí no me voltea nada. Me van a voltear el día que me entierren. Soy un luchador", afirmó Alarcón cuando montaba los domingos un espectáculo a la gorra en Plaza Francia - Créditos: @Alejandro Guyot
"A mí no me voltea nada. Me van a voltear el día que me entierren. Soy un luchador", afirmó Alarcón cuando montaba los domingos un espectáculo a la gorra en Plaza Francia - Créditos: @Alejandro Guyot

Yo soy un laburador. A mí no me voltea nada. Me van a voltear el día que me entierren. Soy un luchador”. Al mismo tiempo insistió: “No necesito laburar más, esa es la realidad. Lo que yo necesito es ganar guita para vivir -admitió en otra oportunidad-. Hago teatro en una plaza porque tengo dignidad. No tengo vergüenza. A la guita no me la fumé en pavadas, me la fumó el país. En la 1050, el corralito, el dólar. Todo. A mí me agarró desprevenido, me pasaron cosas personales, pero no soy el único”.

Pero hubo un momento en el que sí se topó con una situación económica que le jugó a su favor. “Habrá sido en el 69, con la obra de teatro de Alejandro Doria, Plaza Suite. El día que fui a comer al restaurante Pippo y, en vez de pedirme fideos con tuco, me pedí un bife de chorizo, me di cuenta de que ya podía vivir mejor. Y, después, con mi primer gran sueldo, me compré un Citroën 2CV”, recordó alguna vez. A los pocos años, vinieron, para todos, días oscuros. La Triple A [la Alianza Anticomunista Argentina] fue a buscarlo a su casa. Preguntaron por su nombre real, Rodolfo Marabotto y él les contestó que era Pablo Alarcón. Uno de ellos lo reconoció por sus trabajos en la televisión y, con el arma en la mano, le pidió un autógrafo. Le dieron un beso en la mejilla y se fueron. Al día siguiente, partió a Italia, en donde vivió durante cuatro años.

El hombre de mil vidas e historias ahora está en el Hospital Tornú reponiéndose de un cuadro de infección pulmonar.