Los padres de Bluey no son contrabandistas internacionales, dice su creador
Esta nota fue originalmente publicada en 2022.
Como cualquier cosa en estos días que parece tocar la fibra sensible de la cultura pop, el amado programa infantil Bluey ha provocado un debate y ha ganado seguidores en todo el mundo, y ha dado origen a al menos una teoría conspirativa.
El usuario de TikTok Zach Mander, en una publicación viral hecha a principios de este año, planteó que los padres caninos del protagonista Bluey, que protagoniza un programa famoso por su facilidad para identificarse con él y su popularidad entre adultos y niños por igual, podrían ser criminales internacionales.
El padre de Bleuy, Bandit, es un arqueólogo, algo apropiado para una especie a la que le encanta desenterrar huesos. Su madre, Chilli, trabaja en seguridad para un aeropuerto; nuevamente, apropiado para un perro rastreador.
Pero Mander teoriza que la pareja no podría pagar su pequeña casa suburbana de Brisbane para Bluey y su hermana pequeña, Bingo, si dependieran simplemente en los salarios de sus dos profesiones.
“Al buscar ventas recientes de propiedades en el área, podemos establecer que la casa de Bluey vale al menos US$1 millón más”, expone Mander en un vídeo de TikTok. Agrega que el salario medio para los trabajos de los padres sería de alrededor de US$67.000, y que “no hay forma de que un banco” apruebe una hipoteca en la región, que ha vinculado por la animación con Paddington.
“¿De dónde salió este dinero?”, pregunta Mander en el vídeo. “Entonces, tenemos una pareja en el que uno de ellos tiene un conocimiento íntimo sobre cómo eludir la seguridad de los aeropuertos y el otro desentierra constantemente artículos raros y costosos.
“No quiero calumniar a un personaje animado tan querido, pero me parece que los padres de Bleuy podrían estar involucrados en algunas actividades maliciosas”.
El creador de Bluey, Joe Brumm, admitió a The Independent entre risas que ha escuchado la teoría.
“En la superficie, definitivamente sería una operación inteligente para ellos”, dice, divertido. Brumm está bien familiarizado con el mundo de la arqueología: el trabajo de Bandit de hecho se inspiró en su hermano mayor, cuenta.
“Antes de Bluey, siempre me molestaba: ‘Escucha, tengo una idea para una caricatura: un perro que se llama profesor Fleagle, y es arqueólogo y le gusta desenterrar huesos’”, relata Brumm a The Independent.
“Cuando llegó el momento y lo hice [a Bluey] y tenía que darle un trabajo a Bandit, recordé al profesor Fleagle”.
Pero a pesar de la divertida teoría detrás del trabajo de Bandit, Brumm asegura que no hay forma de que el padre de Bluey, o con suerte, cualquiera de sus colegas, recurra al mercado negro.
Él ya había consultado con su hermano mayor, dice, pues le preguntó: “Cuando encuentras un hueso o algo así, ¿por qué no te lo embolsas y lo vendes?
“Pero me aseguró que los arqueólogos son moralmente irreprochables”, se ríe Brumm.