Pajarear en la ciudad: ¿Cómo observar a las aves que habitan en el bosque de la CDMX?

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Pajarear por la Ciudad de México y descubrir las aves que habitan en la urbe es una aventura que comienza desde que amanece, cuando estos animales están más activos. 

Para observar a estos ejemplares, generalmente vamos al bosque, la selva o la montaña, pero cuando los altos edificios, plazas comerciales o casas son parte del paisaje urbano, queda acudir a las reservas naturales como Xochimilco, Tlalpan y Milpa Alta, o el Bosque de Chapultepec, para admirar a los pájaros que habitan en la CDMX.

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Pamela García, bióloga y observadora de aves en la ciudad, llevó a Animal MX a conocer las aves que habitan en el Bosque de Chapultepec. En una guía matutina observamos poco más de 15 especies que se encontraban nadando en el lago, brincando de una copa de árbol a otra, o buscando alimentos del suelo.

El parpar de los patos, el trinar de las aves y el zumbido de las alas de los colibríes fueron algunas de las experiencias que vivimos dentro de la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec.  

―Observa la rama de ese árbol. ¿La ves? Es una Perlita (Polioptila caerulea)― confirmaba la bióloga durante la mañana en que salimos a pajarear.

Mientras caminábamos, Pamela se detenía constantemente frente a un arbusto o al pie de un árbol, respetando la distancia con las aves para no perturbar su espacio y, al mismo tiempo, admirar los colores de las plumas, sus cantos y llamados.

―Apunta los binoculares hacia el centro de ese árbol, se trata de un Papamoscas Cardenalito (Pyrocephalus rubinus)― señalaba contenta.

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Pamela García nos llevó a pajarear por el Bosque de Chapultepec. Foto: Luis Madrid.

La importancia de observar a las aves de CDMX

Para García, pajarear es salir a observar atentamente el entorno y darse cuenta de las aves silvestres que viven en libertad dentro de la ciudad. 

“Eso es muy importante, tienes que observar a las aves en libertad [porque] si estas en un aviario o en un zoológico eso no es pajarear. Tienen que estar en libertad”, explicó la experta.

La observación de aves llevó a García a entender que hay otros seres con los que coexistimos, que hay variedad y diversidad pero también saber que están en cualquier lado.

Para la bióloga, la observación de aves fue un despertar para ella porque comenzó a percibir las cosas desde la existencia de las aves.

“Puedes ir al mismo parque al que has ido desde que eras niño pero empiezas a notar que hay aves y se vuelve algo completamente nuevo”, recordó.

De acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), México ocupa el undécimo lugar en número de especies de aves, con mil 124, lo que representa el 10.6% del total de especies del mundo. De las anteriores, 109 especies son endémicas, es decir, únicamente se encuentran en el territorio nacional.

De esa cifra, tan solo en la CDMX, se tienen registradas 397 especies de aves en vida silvestre, según cifras de 2023 de la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema).

Los Tiranos Urbanos de la ciudad

Los tiranos (Tyrannuss) son un pájaro de la familia de los tiránidos y es la más grande que hay. Según la plataforma Naturalista México, estos ejemplares llegan a medir entre 19 y 24 cm de longitud. Comúnmente se les conoce como tiranos o tijeretas.

Pamela García se inspiró en los tiranos para ver nacer su proyecto de observación de aves en la ciudad. Fue en la universidad cuando comenzó a prestar mayor atención en estos ejemplares, al identificar las diferentes especies de pájaros que existen.

Esta curiosidad por los pájaros la motivó a investigar y conocer más sobre ellos. Así nació Tiranos Urbanos, un proyecto enfocado en la observación que busca concientizar y compartir el amor por las aves en zonas urbanas y el mundo.

En sus redes sociales, la bióloga comenzó a crear contenido de lo que veía durante las pajareadas. Además de compartir consejos y fotografías de las aves que avistaba.

“Comencé a pajarear con una cámara. Quería hacer algo con todas las fotos que estaba tomando y decidí hacer una cuenta de Instagram para subir las fotos y mantener mi registro.

En este 2024, Tiranos Urbanos cumplió siete años de pajarear por la ciudad y contagiar en la gente tanto de México como del mundo, su amor por las aves.

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El proyecto para observar las aves de CDMX lleva 7 años. Foto: Luis Madrid.

Pajarear al amanecer

Un día normal para pajarear debe comenzar desde muy temprano, desde que sale el sol hasta el mediodía. García recomienda que esta actividad se realice al amanecer porque es la hora en la que las aves están más activas, porque al mediodía es cuanado los pájaros se resguardan del calor.

Pajarear implica tener los sentidos en alerta y caminar mientras observas todo el tiempo a tu alrededor. Te detienes unos instantes para mirar fijamente a las ramas o las copas de los árboles en busca de movimiento. La escucha es muy importante porque a través del sonido puedes identificar a las aves y encontrar algunos individuos que estén por ahí, cantando.

Esta actividad implica pasar largas horas en el exterior, la bióloga cuenta que si quieres pajarear un poco puedes hacerlo en la mañana y tomarte entre 2 y 3 horas para agarrar el momento con más actividad. Aunque, también puedes pajarear hasta el atardecer, por ser la segunda hora más activa para las aves que regresan a dormir y siguen buscando comida.

“Las horas en las que más he estado pajareando son alrededor de 16:00 o 18:00 horas. Lo que más disfruto de pajarear es sentir que estoy teniendo momentos con las aves, que puedo conocerlas, que puedo conocer su comportamiento, sus entornos y también, a través de ellas, conocer dónde estoy”, relató la observadora.

Sé paciente cuando pajareas

Salir a observar aves también implica retos importantes como la paciencia y no frustrarse si en un primer momento no logras ver las que pasan frente a ti, saltan de rama en rama o están en el suelo buscando su alimento.

“Les recomiendo ser pacientes porque la observación de aves puede ser complicada si estás empezando, puede ser desesperante no poder identificarlas o no verlas porque las aves son muy activas, entonces recomiendo mucha paciencia”, aconsejó.

El sentido de la vista es uno de los que más se desarrolla al pajarear. Por ello, Pamela sugiere ser muy observadores y poner atención a los detalles porque eso puede ayudar mucho para identificar a las aves.

“También recomiendo que no se sientan aislados hacia una idea de lo que debe ser un observador de aves porque, cualquier forma de observar aves es válida. Hay gente que no le gusta identificar, hay gente que nada más le gusta venir a sentarse al parque y ver patos, eso también puede ser observar aves”, añadió.

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Foto: Luis Madrid.

¿Qué necesito para pajarear?

Si estás pensando en salir a observar los pájaros de la CDMX es importante que tengas listas algunas herramientas que te ayudarán a conocer más de las aves endémicas y migratorias que vuelan por la urbe.

“Para pajarear necesitamos, idealmente, binoculares porque nos van a permitir identificar a las aves por sus marcas de campo que son algunas características que nos hacen ver qué ave es, algunas barras en las alas, colores en el cuerpo, en el cuello, en el pecho, patrones, etc”, señaló.

Además, si te gusta la fotografía puedes salir con una cámara o un telescopio, en caso de tener uno. Será vital que cuentes con guías de campo que son cuadernillos de consulta específica.

Algunas guías las encuentras en formato físico como Aves de humedales Ciudad de México de Miguel Angel Aguilar Gomez, Gerardo Aguilar Anzures, Rafael Calderón Parra y Rubén Ortega Álvarez, en la que muestran las aves de la ciudad con abreviaturas y simbología para saber si son ejemplares endémicos, residentes, visitantes de invierno o de verano, transitorias o invasoras.

Si prefieres guías digitales, están eBirds o el manual aVerAves de la Conabio, donde puedes compartir información de tus observaciones en Aves Guardianes Tláhuac e Ihuitl. 

La vestimenta es importante cuando sales a pajarear porque puede influir en el comportamiento de las aves. 

“Lo ideal para salir a pajarear es que traigas colores neutros para que las aves no se sientan aturdidas, amenazadas o las puedas espantar por usar colores llamativos. Trata de usar colores neutros, tranquilos como beige, verde, gris, cualquier color que no sea fosforescente”, pidió la experta.

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Cualquiera puede aprender a observar las aves de la CDMX. Foto: Luis Madrid.

¿Las aves cantan o llaman?

Para saber si una ave está cantando o llamando a otras aves, García explicó que todos los pájaros son aves pero no todas las aves son pájaros.

“Los pájaros son los que pueden cantar y todos pueden hacer sonidos aunque no todos cantan, por ejemplo, los patos hacen llamados, los gorriones pueden cantar, los orzales pueden cantar y esto se debe a un órgano que se llama siringe”, explicó.

De acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española, la siringe es el aparato de fonación que tienen las aves en el lugar en que la tráquea se bifurca para formar los bronquios, y que está especialmente desarrollado en las aves cantoras.

Este aparato, describió García, es muy similar a las cuerdas bucales en los seres humanos. “Entonces, dependerá de cómo está organizado o qué tan desarrollada está su siringe, es que será su capacidad de cantar [en las aves]”

La bióloga comentó que las aves tienen varios cantos y llamados. Estos van a variar de especie y por región. Muchos tienen diferentes funciones, por ejemplo, los cantos pueden servir para cortejo, comunicación, incluso para defender territorio y los llamados sirven para alertar y comunicarse a través de ellos.

“Hay colibríes que son zumbadores y que ellos no cantan necesariamente sino que hacen zumbidos o sonidos con las alas, los carpinteros aunque sí cantan y llaman el sonido que hacen al picar a los troncos es tamborileo”, añadió.

Un café para las aves

Otro de los proyectos alternos a Tiranos Urbanos fue Tiranos Café, una cafetería que se creó para observadores de aves y personas que les interesara el arte y la naturaleza. 

En la cafetería, lo que más destacó fueron las bebidas de su menú, ya que todo estaba diseñado para que los visitantes aprendieran y conocieran de las aves.

“Su sello especial era que en alguna bebida que pidieras yo podía dibujarles la especie que quisieras en el café y a través de eso conozcas las especies que hay. Era mezclar y compartir el café con tus aves y abrir el tema de conversación con la comunidad acerca de lo que son las aves. Era un punto de encuentro para observadores de aves y creo que tomó bastante importancia en la comunidad pajarera de México y el mundo”, comentó la observadora.

El proyecto duró casi dos años. En el 2024 se mudaron a la CDMX permitiendo que tuvieran más visitantes y conectar con más gente de diferentes sitios, logrando tener diferentes panoramas e intereses que abrieron la conversación sobre las aves de la ciudad.

Sin embargo, al iniciar el mes de diciembre, la cafetería se vio obligada a cerrar sus puertas para evitar una situación que les pusiera en riesgo debido a la inseguridad que actualmente se vive en la Ciudad de México.

Por cuestiones de seguridad, señaló Pamela, es que decidieron dejarlo por la paz. Pese a esto, no descarta retomar el vuelo, como las aves que observa, pero en otro momento.

“Las aves no solo brindan servicios ecosistémicos como es la dispersión de semillas, polinización, control de plagas o limpieza como las aves carroñeras, sino que también nos dan servicios culturales donde son parte de la identidad cultural de algunos lugares o de las personas y su vida cotidiana. [Dan] la inspiración para salir, dibujar, tomar fotos, nos dan algo recreativo para hacer”, compartió.

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