“Panic Show”: la historia del clásico de La Renga que Javier Milei eligió como caballito de batalla
Si no fuera porque sus autores se plantaron y reclamaron su devolución, una generación entera conocería “Panic Show” de La Renga como “la canción de Milei”. El presidente electo (o su equipo, o alguien de su entorno) hizo todo lo posible por adueñarse del tema incluido en La esquina del infinito (2000), acaso por asociarlo con la retórica valiente y dominante del león que convirtió en la base de su capital político. Sin embargo, el trío de Mataderos reaccionó, primero con un comunicado en Instagram y ahora sobre el escenario: así como Guns N’ Roses, Bruce Springsteen, Phil Collins y varios más le negaron a Donald Trump el uso de sus canciones para hacer proselitismo, La Renga se puso firme y cortó todo vínculo con el libertario.
“Ojo Milei”, dijo Chizzo entre verso y verso mientras el grupo tocaba “Panic Show” como primer bis en el concierto que dieron en el Hangar Viejo Aeropuerto de Ushuaia el sábado pasado. No era la primera vez que intentaban desasociarse de La Libertad Avanza: en 2021 Milei ya había usado el tema en la campaña por la cual terminó llegando a la Cámara Baja y la banda publicó un comunicado en sus redes en el que lo instaba a alejarse de su criatura. “Quien quiera es libre de escuchar, cantar, bailar y poguear canciones de La Renga. Lo que está mal, legal y moralmente, es tomarse la libertad de usar esas canciones para una campaña política y beneficio propio. Un seguidor de nuestra banda jamás haría eso”, dijeron, para luego concluir: “Entre nosotros existen lazos y sentimientos, no queremos tener un disfrazado de amigo hablando de la libertad”. Casi al mismo tiempo, Alberto Verenzuela, de Bersuit Vergarabat, le envió al espacio político de Milei una carta documento para impedirle el uso de “Se viene” (Gustavo Cordera, el otro coautor, no se expresó). La Renga, en cambio, no recurrió todavía a la Justicia.
Aunque Chizzo no contó en detalle qué lo inspiró a escribir esa letra, basta situarla en contexto histórico (del país y de la banda) para percatarse de que no está en sintonía con lo que Milei propone. Compuesta en algún momento entre finales de 1999 y mediados de 2000, no es difícil asociarla con el clima de represión que se había iniciado en la última etapa del menemismo, se había profundizado con la llegada de Fernando de la Rúa al poder y terminaría con la masacre de Plaza de Mayo de diciembre de 2001.
El 17 de diciembre de 1999, apenas siete días después de la asunción de De la Rúa, la Gendarmería intentó aplacar una protesta en el Puente General Belgrano que une Corrientes y Chaco;. Aquel episodio dejó un saldo de dos muertos y más de treinta heridos.
No es menor que la canción se llame “Panic Show” y no “El león” o alguna otra frase tomada de su letra: aunque el rey de la selva es el protagonista del tema, en realidad el énfasis está puesto en el miedo que transmite (“todos corrieron, sin entender / panic show a plena luz del día”), una sensación generalizada al momento de publicarse La esquina del infinito, en agosto de 2000. Eso, más la contradicción de un animal feroz (usado como metáfora) que por un lado se muestra dolido por la desconfianza que genera (“por favor no huyan de mí / yo soy el rey de un mundo perdido”) y por otro promete muerte y destrucción (“soy el rey y te destrozaré, todos los cómplices son de mi apetito”). A esta última frase Milei le cambió el sentido cuando la cantó en un acto como: “toda la casta es de mi apetito”: mientras La Renga cantaba poniéndose en el lugar del establishment para denunciarlo, el ahora presidente electo se ubica del lado de un outsider “exterminador” del poder establecido.
Apenas dos años antes La Renga había editado el “disco de la estrella”, que en realidad lleva el nombre del grupo por título. Ahí está “El hombre de la estrella”, canción inspirada en el Che Guevara, una figura que rondó su imaginario desde sus inicios en forma de cántico de sus fans (“una bandera que diga Che Guevara, un par de rocanroles y un porro pa’ fumar”, con la melodía de “Quiero un sombrero”, de Los Wawancó) sin que tampoco esto reporte un vínculo auténtico de la banda con la ideología de izquierda. De hecho en ese mismo álbum está “El revelde”, cuya letra expresa: “No me convence ningún tipo de política / ni el demócrata, ni el fascista / porque me tocó ser así / ni siquiera anarquista”, un manifiesto de la misma antipolítica que, con sus vericuetos, terminó instalando al libertario en la Casa Rosada. La Renga respondía a la despolitización del rock en los 90, que a lo sumo se apoyaba en una rebeldía (o “reveldía”, para estar en sintonía con el título de la canción) discursiva y difusa que hacía foco en “aguantar” pero nunca en proponer ni mucho menos en militar. Sin embargo, años después el trío demostraría su compromiso participando en el festival por los 30 años de la democracia en Plaza de Mayo.
“No quiero ser partidario, pero a partir de un momento a esta fecha los últimos gobiernos han acercado mucho a la juventud y se notó como un resurgimiento popular que es muy importante para la Argentina”, declaró Chizzo en aquel momento, subrayando que lo suyo era una participación en un hito histórico y no un apoyo explícito al gobierno kirchnerista (al que, con todo, le reconocía sus méritos como aglutinador de jóvenes). Nada de esto le importó a Milei: “Cantaban en actos de Cristina, les molesta un liberal”, respondió para defenderse cuando el grupo le pidió que no usara “Panic Show”.