Paola de Bélgica, la primera reina 'infiel' que habla alto y claro

La reina Paola de Bélgica ha hablado alto y claro. Por primera vez, un miembro de la realeza europea ha querido ser completamente sincera sobre su vida privada y ha concedido una entrevista a una televisión de su país en la que confiesa su deslealtad al rey Alberto II, con el que se casó en el año 1959. "No me siento culpable en absoluto. Ocurrió en un momento en el que las cosas no marchaban bien. Fue un amor un poco egoísta", ha revelado la aristócrata italiana en un documental sobre su vida que emitió la televisión pública belga.

La reina Paola de Bélgica y el rey Alberto II cuando aún eran príncipes en un evento en el año 1962. (Photo by Pix/Michael Ochs Archives/Getty Images)
La reina Paola de Bélgica y el rey Alberto II cuando aún eran príncipes en un evento en el año 1962. (Photo by Pix/Michael Ochs Archives/Getty Images)

Sin duda será una entrevista histórica y contará además con otros testimonios de sus más allegados que perfilarán cómo han sido los 83 años de vida de la que fue considerada en su juventud la princesa más bella de Europa. Esa supuesta infidelidad la cometió la que fue la reina consorte hasta 2013 en un momento en el que su matrimonio no pasaba por su etapa más feliz e incluso se planteó poder divorciarse si las cosas seguían de esa manera.

El entonces príncipe de Lieja y la hija de los de Ruffo di Calabria se dieron el sí quiero el 2 de julio de 1959 en la catedral de San Miguel y Santa Gúdula de Bruselas, después de un breve noviazgo. Algo más de una década después, Paola era fotografiada en traje de baño junto al conde Albert Adrien de Munt, un atractivo fotógrafo de la revista francesa Paris Match con quien fue fotografiada en bañador, unas instantáneas en las que aparecían abrazados en una playa de Porto Rotondo, en la costa de la isla de Cerdeña.

Boda del príncipe Alberto de Lieja y Paola celebrada el el 2 de julio de 1959 en la catedral de San Miguel y Santa Gúdula de Bruselas. (Photo by REPORTERS ASSOCIES/Gamma-Rapho via Getty Images)
Boda del príncipe Alberto de Lieja y Paola celebrada el el 2 de julio de 1959 en la catedral de San Miguel y Santa Gúdula de Bruselas. (Photo by REPORTERS ASSOCIES/Gamma-Rapho via Getty Images)

Fiestas y supuestas infidelidades por las dos partes

"Durante diez años, de 1970 a 1980, fui muy, muy infeliz. Estaba muy triste y me sentía muy sola", confiesa la hoy reina emérita sobre los primeros años de matrimonio con el entonces todavía príncipe belga. Efectivamente, desde su boda, los rumores de crisis en la pareja fueron públicos y notorios. Mucho se habló en la época del tipo de vida que le gustaba al príncipe, que prefería asistir a las mejores fiestas de la alta sociedad y a los clubes más top del momento, que atender sus responsabilidades familiares y maritales con su recién estrenada esposa. Parece que Paola no se quedó en palacio.

Rivalizando en belleza con Grace Kelly, la esposa de Rainiero de Mónaco y actriz de Hollywood que enamoró a los europeos tras su boda monaguesca, era habitual ver a la princesa de origen italiano disfrutar de largas noches en los clubes franceses frecuentados por aristócratas y aristas de la época. Además de su idilio hoy confirmado con el fotógrafo de Munt, se habló de una supuesta relación con el cantante italiano Adamo, que le dedicó incluso una de sus canciones, Dolce Paola, y que en uno de sus conciertos en el año 1965 le entregó a la princesa una rosa roja delante de miles de espectadores.

Aunque su supuesta relación fue breve, siguieron siendo amigos y en 2001, Adamo fue nombrado por Alberto II como caballero ante la mirada de Paola y, curiosamente, el príncipe heredero, Felipe, le pidió que compusiera una canción de amor a su esposa, la hoy reina consorte Matilde.

Los entonces príncipes de Lieja en una imagen de diciembre de 1977. (Photo by Central Press/Hulton Archive/Getty Images)
Los entonces príncipes de Lieja en una imagen de diciembre de 1977. (Photo by Central Press/Hulton Archive/Getty Images)

Vivían en alas diferentes del palacio

El matrimonio ya había visto nacer a sus tres hijos, el príncipe Felipe, la princesa Astrid y el príncipe Lorenzo, que habían llegado apenas un año después de la boda de Paola y Alberto. El primero de ellos nació en 1960 y los otros dos nacieron en 1962 y 1963. Quizá la rapidez con la que vivieron su amor (se casaron solo unos meses después de comenzar su romance y tras conocerse durante los actos de entronización del papa Juan XIII) y esa inmadurez que ambos hoy reconocen fueron algunos de los motivos que les llevaron a no ser felices como matrimonio. La pareja vivía en alas separadas del palacio de Belvedere y sus tres hijos prácticamente se criaron con su tía la reina Fabiola, aristócrata de origen español y que se había casado con el entonces rey Balduino en el año 1960, y que vivían en el castillo-convento de Laeken. Fabiola y Balduino no tuvieron descendencia por lo que tras la muerte del rey en 1993, su hermano Alberto ascendió al trono convirtiéndose en rey de los Belgas y Paola en reina consorte.

"De niños fuimos testigos de momentos difíciles. Fueron muy difíciles para toda la familia. Todos hemos sufrido mucho. Pero hoy sois felices", confiesa en el documental el rey Felipe I, hijo mayor del matrimonio. "Esa reconciliación y ese perdón es lo más difícil que hay, pero también lo más grande. Estoy convencido de que siempre os habéis amado”, añade el monarca sobre la relación de sus padres y cómo él lo vivió de pequeño.

Los reyes Alberto II y Paola de Bélgica con sus tres hijos, Felipe, Astrid y Lorenzo, en una imagen de 1965. (Photo credit should read STRINGER/AFP via Getty Images)
Los reyes Alberto II y Paola de Bélgica con sus tres hijos, Felipe, Astrid y Lorenzo, en una imagen de 1965. (Photo credit should read STRINGER/AFP via Getty Images)

Una hija ilegítima nacida en 1968

Esos años a los que hoy se refieren tanto Paola como su marido y su hijo primogénito, fueron complicados también porque la entonces princesa vio como su marido tenía una hija ilegítima fuera del matrimonio. Fue en 1968 cuando nació Delphine Boël, fruto de la relación de Alberto con la baronesa Sybille de Selys Longchamps (la joven fue reconocida como hija en 2020 y hoy ostenta el título de princesa Delfina de Bélgica). "​​No fui feliz durante diez años. Definitivamente no estaba bien. No sabía a dónde ir. Y existía el peligro del divorcio, pero en aquellos días la gente no se divorciaba", revela en el documental Paola al lado del jardín la ex reina consorte. Parece que el principal motivo por el que la pareja dejó de lado la idea de separarse oficialmente fue que si lo hacía, ella debía renunciar a sus hijos para siempre.

Una de las últimas apariciones públicas de Alberto y Paola de Bélgica en noviembre de 2021. ( Photo by Didier Lebrun / Photonews via Getty Images)
Una de las últimas apariciones públicas de Alberto y Paola de Bélgica en noviembre de 2021. ( Photo by Didier Lebrun / Photonews via Getty Images)

El reencuentro de un matrimonio infeliz

La vida siguió para el matrimonio con un buen número de altibajos y, según ella ha contado, se 'reencontraron' en 1984 cuando Paola organizó una gran fiesta en honor a los reyes Fabiola y Balduino que celebraban sus bodas de plata. Ahí se volvieron a ver como un matrimonio y se produjo un acercamiento entre ellos con el que llegaron a un perdón y a entenderse. En 1993, al ser Alberto coronado como rey (dicen que fue entonces cuando él rompió su relación de casi dos décadas con la baronesa de Selys Lomgchamps), la pareja empezó a vivir como un verdadero equipo, apoyándose y estando el uno para el otro en los buenos y malos momentos de sus años como reyes de los belgas, como cuando en 2018 ella sufrió un derrame cerebral.

"Hasta que Alberto en un momento dijo: "Siempre te he amado". Fue muy bueno escuchar eso de nuevo. Solo ahora me doy cuenta de lo importante que es mostrar suficiente afecto. Estoy cada vez más fascinada por el amor que siento ahora. Es el amor que quería cuando tenía 20 años, sin limitaciones sociales, sin fronteras", explica Paola en el documental. Esa nueva unión, quizá la primera que de verdad les hizo amarse y respetarse, hizo que Paola olvidara el pasado.

"Volvería a casarme con él, desde luego que sí, porque es único", afirma tajante en el documental. En 2013, el rey Alberto abdicó en su hijo Felipe y desde entonces, el matrimonio vive sus últimos años de vida más cerca que nunca el uno del otro. En los últimos meses se les ha visto ir a vacunarse contra el coronavirus y este viernes, sus súbditos comprobarán de su boca cómo ha sido la vida de una de las princesas rebeldes de Europa que vio como su cuento de hadas no fue tal al casarse con un príncipe cuando solo tenía 22 años.

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