Si las paredes de Neverland hablaran… Rancho de Michael Jackson acapara la atención en rodaje de biopic
Dos de las personas más famosas del mundo condujeron en un carrito de golf por la noche californiana, entre un pequeño parque de atracciones de parques iluminado, inspeccionando un rancho de 2.700 acres bautizado con el nombre de la fantasía de un niño y diseñado por un rey... del pop.
Michael Jackson estaba dando a Oprah Winfrey un recorrido por Neverland tras concederle una histórica entrevista en directo en 1993. El dúo abandonó el carrito durante el evento televisado y entró en el teatro del rancho, donde había un mostrador de golosinas, un escenario, estatuas de Pinocho y el extraterrestre ET... y camas de hospital juveniles empotradas en las paredes.
“Hay niños que vienen con medicamentos de intravenosa; están muy enfermos y postrados en cama”, compartió Jackson a Oprah en la que fue la entrevista más vista de la historia de la televisión. “No pueden sentarse. Y con estas camas... sí pueden mirar. Tenemos un espectáculo de magia, proyectamos las películas del momento, dibujos animados... cualquier cosa para que puedan escapar a ese mundo de magia que no tienen oportunidad de vivir. El mundo del que me privaron”.
Neverland ya se había anidado en la conciencia de la cultura pop desde que Jackson compró el rancho californiano cinco años antes. Sin embargo, la entrevista de Oprah transmitió el excéntrico país de las maravillas directamente a las salas de estar de 90 millones de telespectadores de todo el mundo, consolidando aún más su lugar en la historia y el legado de Jackson.
Con el paso del tiempo, Neverland quedaría inextricablemente ligado a los altibajos de la vida de la estrella del pop y, en cierto sentido, se convirtió en un personaje más de la historia de Jackson. Tras la muerte del cantante hace 15 años a la edad de 50, el atractivo del rancho comenzó a desvanecerse mientras su futuro pendía de la incertidumbre, al igual que el mundo lidiaba con las acusaciones póstumas y el legado del propio MJ.
Sin embargo, recientemente se reanudó la actividad en Neverland, con restauraciones y rumores que animan la propiedad en medio del rodaje de una próxima película biográfica respaldada por la familia Jackson. La biopic Michael, que se prevé que se estrene en 2025, estará protagonizada por el sobrino del cantante, Jaafar Jackson, mientras que la dirección correrá a cargo de Antoine Fuqua.
Y Neverland, dado no solo su papel como lugar de rodaje sino también su importancia en la vida de Jackson, ocupará un lugar destacado en la esperada producción.
La primera vez que Jackson se topó con esta propiedad fue en la cima de su fama, cuando colaboró con Paul McCartney en Say Say Say y rodaron juntos el video en California en otoño de 1983. La hermana de Jackson, La Toya, también participó en el rodaje y recordó que McCartney se alojaba en un lugar llamado Sycamore Valley Ranch, a las afueras de Los Ángeles.
En sus memorias de 2011 Starting Over, escribió: “Nos reunimos en la casita para hablar del video. Todo el tiempo, Michael estuvo cautivado por el paisaje salvaje que nos rodeaba”.
“‘Algún día voy a ser dueño de esta propiedad’, me susurró Michael”, escribió, y le contestó: “¿De verdad quieres esto, Mike? Está muy descuidado”.
“Ya verás”, le dijo.
“No dije nada más porque no quería herir sus sentimientos”, continuó La Toya. “Michael siempre fue un visionario. Fiel a su promesa, más tarde compró el terreno por USD 17 millones y lo convirtió en la casa de sus sueños, Neverland”. Jackson compró el rancho Sycamore Valley en 1988 por una suma supuestamente superior a la que ella cita, posiblemente de hasta USD 30 millones.
Architectural Digest escribió un artículo en 2009 acerca de la historia de la propiedad. Sycamore Valley Ranch se creó después de que el empresario de campos de golf William Bone descubriera y se enamorara de una “extensión de tierra de vaqueros” a finales de la década de 1970 en el valle de Santa Ynez, y se dispusiera a convertirla en su “mundo de ensueño”.
Incluía “una casa principal de 13.000 pies cuadrados y múltiples dependencias, jardines espectaculares y un lago de cuatro acres con una cascada de metro y medio y un puente de piedra”, continúa la publicación.
“Tenía ganas de expresar todo lo que había aprendido en 15 años de construcción de casas”, detalló Bone, que aportó fotografías para el artículo de AD.
El mobiliario se incluyó cuando Bone vendió la finca a Jackson cinco años después de que el cantante la viera por primera vez, y los interiores se mantuvieron igual, según AD.
Pero las excéntricas modificaciones y adiciones al resto de la propiedad fueron lo que primero haría famoso Neverland; Jackson trató de diseñar un paraíso de juegos, básicamente para recrear una infancia que sentía que nunca había tenido.
“Recuerdo cuando iba al estudio de grabación, y había un parque al otro lado de la calle, y veía a todos los niños jugando y se me salían las lágrimas”, reveló Jackson a Oprah en 1993. “Me entristecía tener que más bien ir a trabajar”.
“La gente se pregunta por qué siempre estoy acompañado de niños. Es porque a través de ellos encuentro lo que nunca tuve. Disneylandia, los parques de atracciones, los juegos de maquinitas... Me encantan todas esas cosas porque, cuando era pequeño, siempre era trabajo, trabajo, trabajo”.
Jackson lo instaló todo en Neverland, que llegó a incluir un “arsenal de atracciones que, en su momento, habría sido la envidia de varios operadores de parques más pequeños”, escribió Park World, tras entrevistar a algunos de los ayudantes de Jackson en el proyecto. “También tenía un zoológico, un zoológico interactivo, un establo de reptiles y un estanque de caimanes para entretener a los invitados”.
“La primera fase del proyecto de parque de atracciones de Michael comenzó en junio de 1990, cuando el terreno para el nuevo parque estaba ‘desnudo’, y trabajamos juntos hasta junio de 1993 para desarrollar este sueño de muchos años”, declaró a Park World Rob Swinson, “asesor personal de atracciones” de Jackson, que trabajaba con un proveedor de atracciones de Kansas.
Jackson compró 18 atracciones entre 1990 y 1997, según la publicación; su favorita era “la Chance ‘Zipper’ porque era salvaje”, confirmó a Park World Lance Brown, encargado del rancho de Jackson desde 1989 hasta 1993.
“A Michael le gustaba girar en la cima hasta tres veces si le daba bien. La atracción de Michael más popular entre los niños era el Sea Dragon porque podían subirse juntos. Levantaba las manos con todos los niños en la bajada y volvía a subir con todos chillando”.
Además de las atracciones, los huéspedes podían subirse a trenes al estilo Disney o disfrutar de la mansión de estilo normando de seis dormitorios, el lago de cuatro acres con cascada, la parrilla al aire libre, la casa de piscina, las casas de invitados, la cancha de tenis y el teatro y escenario de 5.500 pies cuadrados.
Jackson contó a Oprah cómo, cada tres semanas, invitaban a niños con enfermedades terminales de programas como Make-A-Wish a disfrutar de las atracciones de Neverland. También organizaba un día familiar cada año para los empleados del rancho, según declaró Brown a Park World.
Asimismo, la propiedad también era un lugar perfecto para fiestas más adultas. En 1991, la atención se centró en Neverland con motivo de la boda de Elizabeth Taylor, amiga íntima de Jackson, con el obrero de construcción Larry Fortensky. Era el séptimo matrimonio de la actriz (que no duraría mucho) y el frenesí mediático fue tal que un paparazzi se lanzó en paracaídas a la celebración; Taylor vendió las fotos a People por un millón de dólares. Utilizó el dinero para poner en marcha su fundación contra el sida y fomentó aún más la fama en la cultura pop de la mística de Neverland.
El rancho sería también el lugar que Jackson elegiría para criar —y resguardar del público— a sus dos hijos y su única hija, el primero nacido en 1997. Paris Jackson, su hija de en medio, describió cómo fue crecer los primeros siete años de su vida en Neverland en una entrevista de 2017 con Rolling Stone.
“No podíamos subirnos a las atracciones cuando quisiéramos”, narró. “En realidad teníamos una vida bastante normal. Teníamos clases todos los días y teníamos que portarnos bien. Y si nos portábamos bien, cada dos fines de semana o así, podíamos elegir si íbamos al cine o a ver a los animales o lo que fuera. Pero si te portabas mal, no podías ir a hacer todas esas cosas”.
Sin embargo, las investigaciones sobre el presunto comportamiento del propio Jackson mancharían para siempre la relación del cantante con su querido país de las maravillas personal, y lo llevarían a huir de él para siempre.
A raíz de una investigación policial de 2003 sobre acusaciones de conducta sexual inapropiada de Jackson con menores —en 1993 se hicieron acusaciones similares, aunque no se presentaron cargos—, las autoridades hicieron una redada en Neverland ese noviembre. Más de 60 agentes realizaron y grabaron en video el cateo; finalmente acusaron a Jackson de múltiples cargos, pero fue absuelto tras un juicio de cuatro meses en 2005. Muchos de los supuestos incidentes ocurrieron en Neverland o estaban relacionados con el rancho.
Jackson nunca regresó y vivió con sus hijos en el extranjero, en Bahréin, Irlanda y otros lugares, mientras la finca se iba deteriorando. El cantante estuvo a punto de perder la propiedad en 2008 tras dejar de pagar los USD 24,5 millones que debía por el inmueble y se enfrentaba a una ejecución hipotecaria, pero una sociedad de inversión inmobiliaria con sede en Los Ángeles llamada Colony Capital compró su préstamo y lo sacó del apuro en noviembre. Parte del acuerdo obligaba a Jackson a volver a hacer giras para recaudar más fondos.
En aquel momento, “incluso la parte acicalada” de Neverland “se estaba yendo a pique”, escribió New York Magazine en 2010. Los “275 empleados de Jackson se habían reducido a cuatro. Las atracciones del parque y el tren de vapor (que solo podía manejar el único maquinista de trenes de vapor autorizado de California) se vendieron para recaudar fondos. Grupos de rescate de animales retiraron a los animales del zoológico interactivo; a las serpientes del establo de reptiles las liberaron en la naturaleza”.
Mientras Jackson se preparaba para dar un nuevo impulso a su carrera, Colony Capital trabajaba para revitalizar Neverland, pero en junio de 2009, 18 días antes del primer concierto previsto para el regreso de Jackson, el cantante fue hallado muerto en la casa donde vivía en Beverly Hills.
Los fans acudieron en masa a Neverland y dejaron memoriales improvisados entre lágrimas, y la propiedad ha seguido siendo una especie de lugar de peregrinación para recordar al rey del pop. Inicialmente hubo rumores de convertir el rancho en un museo al estilo Graceland, aunque la idea nunca se materializó, y la finca salió al mercado en 2016 por USD 100 millones, solo para que el precio de venta cayera a USD 67 millones al año siguiente.
Hubo que esperar hasta 2020 —más de 11 años después de la muerte de Jackson— para que un comprador se comprometiera finalmente con Neverland. El empresario multimillonario Ron Burkle, socio del cantante y accionista mayoritario de SoHo House, pagó USD 22 millones por la propiedad, WSJ informó.
Cuatro años después, a medida que aumenta la expectación en torno a la película biográfica, también lo hace la actividad en los 2.700 acres de Neverland.
“Nuestro personal ha estado en el lugar varias veces durante los últimos cuatro a seis meses”, indicó Errin Briggs, un planificador supervisor del condado de Santa Bárbara a SFGATE en febrero de 2022. “Todavía no tenemos ninguna solicitud de permiso para nuevas estructuras, pero han sacado permisos para tejados, estructuras existentes, electricidad... cosas bastante menores, pero podemos confirmar que se está trabajando”.
Más recientemente, se obtuvieron permisos de filmación para el rancho y la carretera adyacente entre abril y el 1 de mayo para “diálogos, zoológico interactivo, acrobacias" en horario diurno, incluido el uso de efectos especiales y helicópteros, con más de 300 personas en la lista, informó SFGATE.
En abril se dio un primer vistazo a Michael de Lionsgate a los propietarios de salas de cine en CinemaCon, evento durante el cual el productor Graham King llamó al cantante “un enigma lleno de excentricidades”.
“Hay biopics y luego está Michael”, observó King.
Y luego está Neverland... y las historias que pueden contar sus paredes. A medida que el público y los fans corran a ver la biopic el año que viene, no faltará la curiosidad sobre Jackson, el rancho y los muchos tejemanejes que ocurrieron, como proclamaban las puertas de Neverland, “érase una vez”.
Traducción de Michelle Padilla