"Las paredes oyen", teatro inmersivo para los que no conocen el presidio político en Cuba

Miami, 26 sep (EFE).- El actor estadounidense Robby Ramos grabó algunas conversaciones que tuvo con su abuelo, Rafael Tomé, prisionero político en un "gulag tropical" durante la crisis de los misiles cubanos en 1962, y luego las volcó en una obra de teatro que sirve para "mostrar esta verdad a los americanos que no saben nada de Cuba", como dice en una entrevista con EFE.

"Lo que queremos es contar la verdad de lo que pasó, no solo a los 'americanos' que no saben nada de Cuba, sino también a los latinos de Estados Unidos que te hablan del Che y te dicen que era muy bueno", agrega Ramos, creador de la obra de teatro "Las paredes oyen", que regresará a Miami en octubre.

El eje central de esta puesta, que agotó localidades en su temporada de estreno este año en esta ciudad del sur de Florida (EE.UU.), es un "conmovedor" relato que se desarrolla en un "gulag tropical" en los días de la crisis de los misiles, de octubre de 1962, en plena guerra fría.

Inspirada en las experiencias del propio abuelo de Ramos, un disidente cubano exiliado y fallecido en 2020, "Las paredes oyen" es también "una carta de afecto a los presos políticos cubanos y a la diáspora cubana", según un comunicado del Museo Americano de la Diáspora Cubana, encargado de la reposición.

Una obra inmersiva que se desarrolla entre las dos orillas

En esta obra, dirigida por Gabriel Bonilla y que Ramos define como "inmersiva", el espectador asiste a la conversación entre una carcelera en Cuba y un locutor de radio en Estados Unidos, mientras que "el destino de toda una familia pende de un hilo".

Estrenada en abril pasado en el Westchester Cultural Arts Center de Miami, la obra toca temas universales como los lazos familiares, la opresión y la justicia, según el museo que la presentará a partir del próximo 6 de octubre y se prolongará hasta finales de ese mes, "con posibilidad de prórroga".

El reparto cuenta con un elenco de actores cubanos encabezado por la legendaria Susana Pérez junto a Héctor Medina, Ariel Texido, Dianne Garriga y Bill Schwartz.

La obra supone el debut como dramaturgo de Ramos, nacido en Miami hace 33 años y a quien se le ha visto como actor en series como "NCIS: Hawai" y "Orange is the New Black".

Según cuenta el autor, su abuelo, que trabajaba en la empresa eléctrica cubana, fue condenado por el Gobierno castrista porque "tenía un plan para cortar la corriente en la ciudad en que vivía", en Güines, al sur de la capital cubana.

Su abuelo formó parte del Movimiento Revolucionario del Pueblo (MRP), surgido del seno mismo de la revolución castrista y convertido en opositor. Fue condenado primero a muerte, una pena que se le conmutó por 32 años de cárcel, de los que cumplió nueve prisión Modelo de Isla de Pinos, señaló el autor.

"Pasé mi niñez escuchando hablar de política, no tuve una experiencia directa de lo que se cuenta en la obra pero sí fue algo que heredé de mi familia. Por eso le pedí a mi abuelo que me contara todo lo que pasó", añade.

"Conformé un drama basado en una realidad que no es una biografía, sino diferentes ideas que fui escribiendo. Mi madre era muy niña cuando a él lo detuvieron, y cuando salió de la cárcel ya era una mujer", detalla Ramos, quien escribió la obra en 2016 mientras hacía teatro en Nueva York.

Estrenada también en inglés, "Las paredes oyen" se podrá ver ahora en español y su autor aspira a que la puedan ver "muchos jóvenes en Miami".

"Me doy cuenta de que incluso gente que actualmente llega de Cuba no sabe lo que pasó allí por la falta de información", dice.

"Aprendimos a incluir el público en la obra mediante un teatro inmersivo, en estos tiempos en que el teatro tiene que competir con Netflix", añade, y confiesa que ha invertido en este proyecto todo el dinero que ha ganado en Hollywood.

"Lo he hecho por mi abuelo. Me siento en deuda con él y con mis padres", subraya.

El Museo Americano de la Diáspora Cubana señaló que los "jóvenes creadores cubanoamericanos retan al régimen comunista de Cuba a que permita que su obra pueda mostrarse en Cuba".

"No aceptamos ponerla en ninguna instalación oficial, sino que la pondríamos en escena en alguna casa privada o institución fraternal o religiosa independiente. Confiamos en la verdad de nuestra obra y estamos dispuestos a montarla donde quiera y donde sea siempre que no se censure", remarcó la institución.

Jorge Ignacio Pérez

(c) Agencia EFE