La particular razón por la que Jenna Ortega no quiere tener citas románticas

La particular razón por la que Jenna Ortega no quiere tener citas románticas
La particular razón por la que Jenna Ortega no quiere tener citas románticas - Créditos: @LISA O'CONNOR

En las últimas semanas, Jenna Ortega se convirtió en el centro de todas las miradas luego del éxito indiscutido de Merlina, la serie que protagoniza en Netflix y que batió récords de audiencia. La actriz de 20 años está en plena campaña de promoción y en cada nota que brinda se abre un poco a revelar detalles de su intimidad.

En los últimos días, durante una entrevista con la revista Elle, la joven habló sobre su vida sentimental y reveló la razón por la cual actualmente no está en pareja, además de cómo se ve dentro de la industria y cómo maneja los eventos sociales. Según contó, es muy introvertida y tiene un círculo de amigos muy pequeño, la mayoría de ellos compañeros de elencos y de equipo.

Ortega sabe muy bien cómo moverse frente a las cámaras, pero todavía le cuesta el mundo de las alfombras rojas, los medios de comunicación y las apariciones públicas. “Tengo muchas ganas de hacer películas. Quiero interpretar personajes o quiero dirigir y escribir libretos. Todo esto podría hacerlo en el jardín de mi casa, no tiene que ser sí o sí a gran escala”, confiesa. “No quiero sentirme un cartel publicitario andante, eso es una sensación muy aterradora, porque a veces siento que perdés el control de tu vida. He visto mucha gente que conozco sucumbir ante esa presión y yo no quiero pertenecer a nadie ni a nada ”, explicó.

Hace poco, la actriz produjo y protagonizó su primera comedia romántica, Winter Spring Summer or Fall, que todavía no se estrenó. Mientras hablaba del largometraje, dio su visión sobre el amor. “Detesto que un chico me vuelva loca”, aseguró. “Creo que en el fondo es una cuestión de orgullo. Es un problema con muchos personajes femeninos, que muchos de ellos están orientados a los hombres o lo que expresan o emiten y se basan en la posición de un hombre y en la historia de él”, analizó, para luego aclarar que no suele tener citas.

Quizá estoy demasiado obsesionada con mi trabajo, pero la idea de las relaciones me estresa ”, explicó con sinceridad. “También la idea de ser tan vulnerable con alguien y tener que conocer a alguien tan bien y que esa persona te vea por todo lo que sos... Mi cerebro sabe que no necesito pensar en eso ahora mismo” , afirmó.

Jenna Ortega saltó a la fama por su papel en la serie Merlina, dirigida por Tim Burton
Jenna Ortega saltó a la fama por su papel en la serie Merlina, dirigida por Tim Burton

En lugar de pensar en hombres, la joven ocupa su tiempo analizando las inseguridades propias de cualquier veinteañero. “Tengo mucho miedo de decepcionar a la gente de mi vida, incluso a la gente en público”, dijo. “Quiero estar a la altura de las expectativas de la gente, que es algo que tengo que superar, pero también tengo miedo de que, no sé..., quizá alguien llegue a conocerme demasiado bien y se de cuenta de que no soy todo eso”, confesó con sinceridad.

Debido a esto, cuando recibe muchos cumplidos, Jenna tiende a no creérselos del todo. “Las palabras amables que escucho que dicen de mí otras personas me parecen increíbles. Siento que la gente de mi vida me ve de una forma en la que yo no me veo realmente”, afirmó.

Hablando de inseguridad personal, hace un tiempo Ortega confesó que de chica sufrió bullying. Según detalló, el supuesto “defecto” por el cual se burlaban de ella era su cabello. En ese sentido, sostuvo que no solo era porque su melena siempre fue muy oscura, sino porque además tenía mucho pelo en general. Incluso, detalló que el hecho de ser “latina” también le valió más de una crítica.

“Era muy peluda. Tengo el pelo oscuro. Soy latina”, sostuvo al recordar que todo esto la llevó a tener pánico de mostrarse tal y como era. “Recuerdo que estaba insegura sobre el vello de mis piernas, pero más sobre el de mis brazos”, agregó tras asegurar que llegaron hasta ponerle un apodo más que horroroso en aquellos años. “Había una chica, a la que consideraba mi amiga, que me decía que tenía brazos de gorila. Así es como ella los llamaba, porque tenía el pelo muy largo en los brazos”. Esto trajo consecuencias que todavía hoy arrastra, como depilarse los brazos todo el tiempo. “Era una inseguridad muy profunda y nadie volvió a abordarla, pero, hasta el día de hoy, me afeito los brazos a diario”, concluyó.