Pasó por Cuestión de Peso, bajó 80 kilos y brilló en el Bailando, pero decidió darle un giro a su vida
En 2010, Cuestión de Peso (eltrece) estaba en su máxima popularidad, con picos de rating nunca antes vistos. Miles de familias se reunían por las tardes para seguir la evolución y las historias de los participantes que buscaban bajar de peso y cambiar sus vidas. El ciclo se convirtió en el favorito de la televisión argentina y allí se mostraba la vida de un grupo de personas con sobrepeso que recibían ayuda médica a través de un tratamiento televisado. En el camino - que se extendió durante 14 temporadas- muchos de los participantes se ganaron el cariño de la audiencia y una de ellas fue Jennifer Owczarczyn. A12 años desde su salto a la fama, le contó a LA NACION cómo es su presente y cuál es su mayor sueño.
Jennifer tenía 20 años la primera vez que apareció frente a la pantalla. Su remera distintiva del programa decía su nombre y su peso: 151,200 kg. De inmediato, recibió el apodo de “La niña bonita” por sus rasgos y por su gran simpatía. Poco tardó en ganarse el cariño del público, que querían que cada viernes quedara excluida de la nominación y posterior eliminación. Aquel apoyo fue fundamental para la joven que desde hacía años se enfrentaba a dietas y restricciones alimenticias. “Me iba a comer un alfajor y pensaba que no solo me hacía mal a mí, sino que iba a defraudar al que estaba diciendo ‘por favor que se quede, que baje de peso’. Entonces renunciaba a eso por el compromiso que tenía”, recordó, al hacer alusión a la determinante posición que tomó en ese momento.
Su exposición en televisión cambió todo. Su camino para descender de peso fue distinto al que había comenzado cuando apenas tenía 10 años. “Siempre me visualicé gorda, desde chiquita”, indicó. Sin embargo, no recuerda ninguna situación puntual por la cual tuvo su primera visita al nutricionista cuando era una niña. Ella se sentía bien, sus análisis eran correctos acorde a su edad, pero la mirada ajena fue la que hizo que visitar a un especialista. Ahí dimensionó que su físico comenzaba a ser un “problema”.
Dietas y restricciones alimenticias comenzaron a ser parte de un proceso que, muy en su interior, Jenni supo que iba a durar toda su vida. Sin conseguir los resultados que quería ya que se trataban de regímenes esporádicos y ambulatorios, fue que se decidió por formar parte del reality que recién desembarcaba en la Argentina. Allí descubrió que aquel programa combinaba los dos deseos que perseguía: ser famosa y bajar de peso.
Sin embargo, en 2006, al momento de quedar seleccionada, no pudo ser parte del reality ya que cursaba los estudios secundarios y los horarios no eran compatibles con los requeridos para ser parte del programa. Cuatro años más tarde, tuvo su revancha y comenzó lo que sería uno de los mayores desafíos de su vida.
Su sonrisa, espontaneidad y perseverancia la llevaron hacia lo más alto: ganarse el cariño de la gente. Los resultados del tratamiento comenzaron a ser visibles pero, además, tuvo un importante cambio que la marcó hasta la actualidad. “Ahí se forjó mi carácter. Había cosas que yo no quería que muestren y no se negociaba. Por ejemplo, si querían que me mostrara en ropa interior para que se vea mi cuerpo lo hacía, pero sin ropa no, por una cuestión de cuidarme. Todo se respetó”, afirmó.
Durante su participación en el ciclo bajó 83 kilos y su continuidad como participante concluyó al momento que atravesó cirugías relacionadas al descenso de peso, como la dermolipectomía abdominal en el que le retiraron la piel sobrante de la zona de la panza. Fueron tres intervenciones las televisadas las que recuerda con gran emoción, ya que simbolizan una etapa de mucho esfuerzo.
“Lloré mucho porque de verdad, después de la cirugía abdominal, me había acostumbrado a por ejemplo estar en un sillón y apoyar mis manos en la panza. Tenía como una comodidad para apoyarme como si fuera una mesa, pero era mi panza. Me pasó que cuando me retiraron esa piel yo inconscientemente agarraba un almohadón del sillón para sentarme y lo ponía alrededor de mi cuerpo. Yo no lo registraba, creí que lo hacía con una cuestión de comodidad hasta que alguien me lo marcó”, señaló sobre la inconsciencia de aquel momento de su vida.
A 12 años de su primera aparición pública, Jennifer aún lleva consigo “una caja de herramientas” que pudo recolectar al momento de terminar su tratamiento televisivo. ”Para mí la palabra dieta no existe. No es una palabra que estén en ese cuaderno en blanco que yo escribí, para mí es un tratamiento”, explicó. Y, en ese proceso que aclara que es diario y constante, tiene como base la organización y la cantidad de porciones de sus comidas de acuerdo a su rutina diaria. Una fruta nunca le falta en su cartera y la motivación tampoco. Para ella se trata de un estilo de vida; sin embargo, el pedido de ayuda también fue un aprendizaje crucial. Por su participación en Cuestión de peso, tiene cobertura total para acceder a la Clínica Cormillot.
La nueva vida de Jennifer y los sueños por cumplir
Una vez fuera de competencia, Jenni tomó un nuevo desafió y aceptó formar parte del Bailando por un sueño (eltrece), donde quedó fuera en la segunda ronda. Desde entonces, se alejó de los medios de comunicación. Para ella dejar atrás las cámaras no significó un momento crucial en su vida, sino que lo tomó como un proceso natural luego de una gran exposición. En 2016 comenzó con un emprendimiento de amueblamiento infantil que se convirtió en un gran éxito. Las demandas laborales la llevaron a buscar un nuevo camino para poder tener tiempo de calidad con su hijo, y es por esto que trabaja de forma independiente como organizadora de eventos, carrera en la que se formó.
Lejos de las luces que no la encandilaron, pero si le brindaron un momento crucial en su vida, hoy anhela volver a estar frente a un público y alegrar las tardes familiares. Pero, el deseo va de la mano del programa que le brindó herramientas de vida. “Sueño como con ser la conductora del programa y llevarlo por otro lado, un poco a mi forma claro, teniendo en cuenta más que nada la cuestión de la salud digamos”, detalló sin dejar de reconocer el gran trabajo que hicieron las conductoras del ciclo, Claribel Medina y Andrea Politti.
Amistades, hermandad y desencuentros: cómo es la relación con los ex Cuestión de Peso
Durante la emisión del ciclo, la convivencia y el acompañamiento entre compañeros fue un punto crucial al momento de formar alianzas. Cuando la competencia culminó, algunos de esos lazos perduraron en la vida de Jenni. Lo que comenzó como un tratamiento, se convirtió en la decisión de compartir la vida con aquellas personas con las que pudieron realizar un recorrido lleno de aprendizajes.
“Soy muy amiga de Marianela, una participante que es rosarina. Ella vive allá y nos vemos con mucha frecuencia. Pasamos navidades y fiestas juntas. Somos como hermanas de verdad”, destacó Jenni sobre una relación que nació frente a las cámaras. También Fran Mariano forma parte de su círculo de amigos; sin embargo, destaca que en muchos aspectos relacionados con la visión que tienen él sobre el programa, ella no lo comparte.
Gastón “El Retutu” Villagra también forma parte de la lista de participantes con los que Jenni forjó un vínculo. Sin embargo, no todas las relaciones que nacieron allí terminaron en amistad, como suele suceder en grandes grupos de personas. Pero en este caso puntual, destaca que en ocasiones la distancia se crea por las diferentes opciones de los exparticipantes del reality. “Por un segundo más de cámara salen a matar a los médicos. Dicen que no nos ayudan cuando de verdad, desde el lado del paciente, siempre siempre nos brindaron mucha ayuda”, explicó.
Parada en una vereda totalmente opuesta, remarcó que a pesar de este tipo de reacciones en contra del reality, cree que es fundamental que todos cuenten con apoyo médico profesional.
Hoy, con 32 años, Jenni tiene la vida que alguna vez imaginó. Disfruta de sus días laborales y está dedicada al crecimiento de su hijo. Sabe que su tratamiento por su peso será una cuestión que la acompañará por el resto de su vida, y recuerda al programa como uno de los mejores momentos por lo que consiguió tener una buena salud que no deja de cuidar cada día.
Jennifer y su vuelta a Cuestión de peso en su nueva edición
El 6 de mayo, Cuestión de peso volvió a la pantalla, tras cuatro años de su última emisión. Con diez participantes en juego, el ciclo vuelve a apostar al formato. Y en sus primeras semanas al aire, la primera visita en vivo fue por parte de Jennifer Owczarczyn, quien alentó a los concursantes de no dar el brazo a torcer en los primeros obstáculos que se presentan en este proceso de tratar su enfermedad.
La joven de 34 años aseguró que el pedir ayuda es uno de los lineamientos fundamentales al momento de ser conscientes sobre una “recaída” en el peso. Por este motivo, ella suele acudir a los profesionales del ciclo en cuanto necesita ayuda. Puntualmente, a los participantes les aconsejó que “tienen que dejarse ayudar por el que crees que no es tu amigo”, al hablar de los compañeros de ciclo ya que atraviesan una misma situación.
Respecto a las medidas que toma personales, indicó que el control de su peso es constate y cada día consulta a la balanza y actualmente es el momento en el que considera volver a pedir ayuda, al estar transitando un ascenso de peso, que relaciona con un duro momento que atraviesa.
“Van a ser dos años que murió mi papá. Falleció en una habitación de mi casa. Me desperté y estaba muerto; eso hizo que descontrole la situación conmigo. Por ahí elijo no hablar por respeto a él, pero fue algo que me paralizó, fue muy traumático encontrar muerto a tu papá. Puede ser que eso sea el detonante de mis kilitos de más y de querer pedir ayuda”, se sinceró entre lágrimas. Por su experiencia personal, volvió a remarcar la importancia de acudir a los profesionales del ciclo, quienes están a su disposición, independientemente a si sigue siendo parte del programa o no.