El pasado artístico olvidado de Rosario Flores cuando tenía otro nombre

Este miércoles, a pesar de ser festivo, Antena 3 estrenó en abierto la segunda entrega del programa Joaquín, el novato, el programa de entrevistas en el que el futbolista Joaquín Sánchez busca una nueva profesión. Según el hilo conductor del espacio, está pensando ya en colgar las botas, y por ello quiere encontrar un nuevo oficio al que dedicarse, para lo cual charla con los mejores profesionales de nuestro país. En esta ocasión, su mentora (y entrevistada) fue Rosario Flores, y en un momento dado Joaquín destapó un pasado artístico muy olvidado de la cantante, cuando era una niña y era acreditada con otro nombre artístico.

La conversación comenzó con lo dura que es la profesión de cantante, los sacrificios que hay que hacer para salir adelante teniendo hijos, y recordando, evidentemente, la figura de Lola Flores. Como espectador, me resultó muy simpático el momento en el que Joaquín rescató la famosa cita que se atribuye al New York Times que decía de La Faraona eso de “ni canta, ni baila, pero no se la pierdan”. Algo que Rosario desmintió, no ya porque nunca se haya encontrado esa crítica de prensa, sino porque “mamá cantaba y bailaba divinamente”.Y que alguien le lleve la contraria.

A continuación, Joaquín preguntó si debería ponerse algún nombre artístico, como por ejemplo, El Niño de la Bahía, para su nueva etapa como cantante. Y entonces le preguntó a Rosario por aquella época en la que no la conocíamos como Rosario Flores, o Rosario a secas (sus discos los firma como Rosario, aunque en películas como Hable con ellas aparece como Rosario Flores). Así, se puso sobre la mesa aquella breve etapa profesional en la que Rosario se llamó artísticamente Rosario Ríos, por consejo un productor de cine.

“Fue porque de pequeñita yo era muy artista, hacía más o menos lo que hacía ahora”, relataba Rosario, contando cómo su padre tocaba la guitarra y ella improvisaba todo tipo de bailes y cantes. Y echando flores, y nunca mejor dicho, a su madre, que le enseñaba mucho “porque estaba muy orgullosa de su hija”. Fue entonces cuando apareció en acción el productor Luis Sanz, “que me quería contratar para una película y para que no me llamara Flores me puso Rosario Ríos”. Hay que destacar que Luis tenía mucho ojo en eso de los niños prodigio, pues había sido, por ejemplo, el descubridor de Rocío Dúrcal. Además, tenía una relación excelente con Lola Flores, y él fue el encargado de dirigir El coraje de vivir, aquella serie documental de varios episodios en el que Lola contaba a cámara cómo había sido toda su vida, y que se emitió en Antena 3.

La memoria, sin embargo, falló ligeramente a Rosario, pues habla de que aquello sucedió cuando tenía unos seis años. Y no es así: con unos seis años participó en el largometraje El taxi de los conflictos, en la que aparecía como hija de Lola Flores, y en los créditos figuró como Rosarito, sin apellidos. La película en la que trabajó como Rosario Ríos, y en la que Luis Sanz fue productor ejecutivo, fue Al fin solos, pero..., cuando tenía unos doce o trece años, y que estuvo dirigida por Antonio Giménez-Rico. Allí tuvo una de sus primeras actuaciones como cantante, interpretando un tema de lo más llamativo y que tiene letras que ahora escandalizarían.Y es que, como decimos, siendo una niña, cantaba cosa como “me gustaría ser una fumadora, un tanto sexual, mujer muy fatal” o“me gustaría ser una vampiresa, la pierna enseñar, por el mundo triunfar, libre volar”.

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Según la protagonista de la noche, ese nombre artístico de Rosario Ríos le duró solo esa película, y que ya después “se puso a lo suyo”, a bailar, y empezó a hacer más cine y que gracias a esto conoció a Enrique San Francisco, que fue su primer gran amor. Que, por cierto, ambos trabajaron en la película Colegas, dirigida por Eloy de la Iglesia, fue acreditada como Rosario González. Pero de nuevo, la memoria de la intérprete de ‘Mi gato’ se difuminó un poco, porque el nombre de Rosario Flores también lo utilizó para lanzar primer single, que vio la luz en 1976, el mismo año que llegó a los cines Al fin solos, pero… El tema principal fue ‘¿Qué querrá decir esto?’ y es una auténtica rareza que contó con la letra de Gloria Fuertes y música de Honorio Herrero. La cara B fue la canción ‘Como en un sueño’, compuesta por Óscar Gómez. Ninguno de los dos temas fue, sin embargo, el que cantó en la mencionada película.

No fue hasta los años 90 en los que Rosario se convirtió en la artista que conocemos hoy. La que triunfó con temas como ‘Mi gato’, ‘De mil colores’, ‘Muchas flores’ y otros hits que todos hemos bailado y podemos cantar, o al menos, tararear. Como Joaquín en el programa de anoche, que remató la entrega subiéndose al escenario con la hija de La Faraona y El Pescaílla, demostrando que, de momento, es mejor que se siga dedicando al fútbol y no al mundo de la canción.

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