Patricia Reyes Spíndola y el miedo que tuvo que tragarse para cuidar a su familia

La actriz Patricia Reyes Spíndola durante la presentación de la cinta La calle de la amargura en el Festival de Venecia en 2015 (Crédito: Elisabetta A. Villa/WireImage).
La actriz Patricia Reyes Spíndola durante la presentación de la cinta La calle de la amargura en el Festival de Venecia en 2015 (Crédito: Elisabetta A. Villa/WireImage).

Aunque el haber sido diagnosticada con cáncer de mama supondría uno de los episodios más dramáticos en la vida de la actriz Patricia Reyes Spíndola, lo fue pero no por la enfermedad per se, sino por la reacción que tuvo su familia que, en un primer momento, no supo cómo acompañarla.

Reyes Spíndola ha hablado de su experiencia a través de un libro (La vuelta da muchas vidas), un documental (La teta de Botero), charlas, campañas y hasta un stand up, y en casi todas la abordó con sentido del humor, "aclaro que el cáncer no es nada de risa, pero yo lo traté de una manera muy divertida", dijo en 2016.

De hecho, cuando la cuatro veces ganadora del Ariel se los comunicó a su familia, intentó aligerar la noticia con un juego de palabras que no les causó gracia y le reprocharon su actitud. La actriz prefirió guardarse sus emociones para no seguir sumando al miedo de sus parientes.

Reyes Spíndola se ha identificado como una mujer de fe en el esoterismo.

En 2011 acudió con el astrólogo Mario Vannucci para que le leyera el tarot por un asunto sobre una propiedad que buscaba adquirir, pero en la consulta este le habló sobre una enfermedad peligrosa y hereditaria, "pero estás en un supermomento, vas a salir perfecta", le habría dicho. Sin embargo, ella insistía en conocer qué debía hacer con la nueva casa, "me las vuelve a echar (las cartas) y me dice 'perdón, Patricia, pero solo hablan de que te atiendas'", contó recientemente en el podcast La Cueva de Álvaro.

Su visita coincidió con la cita médica que la hermana de la también directora y productora le había conseguido para realizarse un chequeo médico. "Yo me doy cuenta desde que me hacen la mastografía porque traía el cartomanciano acá (en la cabeza), entonces cuando veo que la señorita se acerca a ver mi mastografía, le digo 'Dianita, ¿tengo algo?', 'no, señora'; me pasan a hacer lo de los huesos y regresa Dianita por mí y me dice 'que la doctora le quiere volver a hacer del…', y dije 'es cáncer y del lado izquierdo', ¡porque ya me habían dicho!".

Los médicos le insistieron en no adelantarse ni preocuparse y que los resultados de sus exámenes tardarían un par de días. No tuvo que esperar mucho tiempo.

Por el relato de Reyes Spíndola sabemos que fue su hermana quien recibió la llamada del doctor que pedía la presencia de la actriz al día siguiente, y que fue ella misma la primera en temer lo peor. Tampoco estaba equivocada pues una vez frente al médico se confirmó el cáncer de mama.

La protagonista de La calle de la amargura salió del consultorio para despejarse y autocastigarse por no haber llorado cuando le dieron la noticia, se lamentó que siendo la primera y reconocida actriz que es, no hubiese derramado ni una sola lágrima mientras su hermana no podía contenerse. "En ese momento no fumaba, había dejado de fumar, porque yo fumo y dejo de fumar, y me salí, tomé aire, pero cuando vi cómo estaba mi familia tan deshecha, me dediqué a querer calmar a todos".

Entonces le hablo a mi sobrina Jimena, y le dije 'pues fíjate que dice que ni es Sagitario, que ni es Leo, pues que es cáncer'. Así. Pegó un grito del otro lado y le digo 'cálmense, estoy bien, está empezando', '¿cómo sabes que está empezando?', 'porque me lo dijeron en el tarot', '¡ay, no me digas estupideces!', 'pues sí te digo, así me dijo el tarot, voy a estar bien, voy a estar bien'.Patricia Reyes Spíndola

Ocultó su diagnóstico a su madre para no preocuparla y trató de seguir su vida, con algunos cambios en su forma de vestir y siempre alentando a su familia para no sumirlos más en depresión, "todo el mundo lloraba cuando me veía", pero Patricia tampoco la estaba pasando bien. "Un día me llamó el doctor y me dijo 'déjate de preocupar por los demás, preocúpate por ti'".

"Yo en las noches..., mira, me acababa de hacer una casita en San Miguel, y ya cuando se dormían yo caminaba en el patio y entonces era cuando me permitía llorar. Lloraba y decía 'diosito, déjame disfrutar mi casa, por favor. Tanto esfuerzo para hacerla, déjame disfrutar mi casa, diosito'. Pero luego, cuando quería llorar, me metía a bañar y lloraba en la regadera, y salía yo como si nada", le contó a Cueva.

Actualmente se somete a revisiones periódicas y en una de ellas realizada en 2022 le quitaron la matriz y los ovarios al encontrarle unos pólipos que corrían el riesgo de ser malignos. No requirió de mayor cuidado y regresó a trabajar.

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