Un patrullero “fantasma” y un mes de agonía: el trágico accidente de Adrián Ghio que paralizó a la farándula argentina

Adrián Ghio junto a su hija Florencia: el accidente de tránsito lo dejó internado y en una larga lucha de 39 días, que terminó con su muerte
Adrián Ghio junto a su hija Florencia: el accidente de tránsito lo dejó internado y en una larga lucha de 39 días, que terminó con su muerte

Había terminado la función del viernes 3 de mayo de 1991 a sala llena en el Teatro Empire y Adrián Ghio le ofrecía a la otra gran protagonista de la obra Pareja Abierta, Cecilia Rosetto, alcanzarla hasta su casa:

-Te llevo Ceci, dale.

-Te agradezco Adrián, pero justo me voy a encontrar con amigas a cenar.

-Bueno, acostate temprano, yo también, mañana sábado tenemos dos funciones agotadas y antes quedé en salir a pasear un poco con mi hija Florencia…

Adrián le dio un beso afectuoso a su colega y fue a buscar su Peugeot 504 para regresar a su casa. Pero pasadas las dos y media de la madrugada cuando circulaba por la calle Honduras, en el cruce con la avenida Scalabrini Ortiz, sucedió lo más absurdo e inesperado: un patrullero proveniente de la comisaría 25ª cruzó a contramano el semáforo en rojo, sin hacer sonar la sirena, con las luces apagadas. Ni siquiera tenía encendidas las balizas reglamentarias, y a una velocidad aproximada que luego se determinó en la investigación judicial de entre 85 y 90 kilómetros por hora, lo embistió.

El Peugeot, irreconocible: el patrullero lo tocó detrás y lo hizo "volar" contra otro auto
El Peugeot, irreconocible: el patrullero lo tocó detrás y lo hizo "volar" contra otro auto

El móvil tocó de atrás al coche de Ghio que voló contra un Ford Taunus estacionado. Por el fuerte impacto, el volante del auto se incrustó en su tórax y le provocó fracturas múltiples y contusiones pulmonares varias. Un testigo declaró que el actor salió despedido y permaneció cuarenta minutos en el piso hasta que llegó la ambulancia. Fue internado en estado grave en la sala de terapia intensiva del Hospital Fernández y, los policías, en el Churruca.

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El cabo Juan Carlos Aguerre era quien conducía con apuro el patrullero que terminó incrustado en el frente de una zapatería. Con él viajaba el subinspector Fabián Salemme y una travesti que había sido detenida, al parecer sin causa que lo ameritara. Eran tiempos en que las personas pertenecientes a ese colectivo padecían la persecución indiscriminada de esa fuerza.

Cecilia Rosseto y Adrián Ghio: juntos interpretaban en el teatro la obra "Pareja Abierta"
Cecilia Rosseto y Adrián Ghio: juntos interpretaban en el teatro la obra "Pareja Abierta"

“En lugar de llevarla a la comisaría, que estaba un poco atrás de esa esquina, recuerdo que la trasladaron a una galería donde había un local al que concurrían travestis, situado en Scalabrini Ortiz y Santa Fe”, le explicó a hace unos años, a este diario, el doctor Pedro Dátoli, quien representó a la familia Ghío en la causa penal. El letrado estaba sorprendido porque jamás pudo saberse el motivo y la velocidad que justificara la urgencia para transportar a la detenida a un sitio que no era una dependencia policial.

Ghio estuvo 39 días batallando en estado crítico: le extrajeron el bazo, estuvo conectado a un respirador artificial, le suturaron el estómago y le practicaron varias transfusiones. Además, los especialistas que lo asistían detectaron gérmenes en su sangre que le provocaron una infección general y problemas respiratorios severísimos que derivaron en una contusión pulmonar bilateral.

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Más allá de su grave estado llegó a mostrar una leve mejora que le permitió reconocer a una de sus hijas en el momento en que ella lo agarró fuerte de la mano. Un amigo muy cercano lo visitó tres días antes de morir, le alcanzó una pizarra y Adrián llegó a escribir “Vivo” por sus propios medios. Pero lo inevitable ocurrió: el 12 de junio de 1991, murió con apenas 45 años luego de 39 días de pura agonía.

Su mujer, la actriz Ana Ferrer, con quien se había reconciliado luego de alguna que otra separación y con quien tuvo dos hijas -Florencia, periodista y locutora, y Carolina, actriz-, se puso no solo al frente del reclamo de justicia, sino también de una campaña para que el Hospital Fernández tuviera un tomógrafo propio, ya que cada vez que al actor debían realizarle una tomografía tenían que trasladarlo a una clínica privada pese a su delicadísimo estado de salud.

El propio Diego Armando Maradona se enteró de todo lo que había pasado, se acercó a la familia, aceptó la invitación de Ana Ferrer y organizó un partido solidario en homenaje a su esposo para recaudar fondos para que el Hospital Fernández tuviera su tomógrafo. El encuentro se jugó el sábado 3 de agosto en un estadio de Ferro colmado, bajo el lema: “Adrián en el cielo y Diego en la tierra”. Dijo Maradona en aquel momento: “Que no se convierta en el show de Maradona y eso haga olvidar el objetivo. La agonía de Adrián coincidió con mi peor momento. Yo no sé si podría haberse salvado o no, pero en el hospital no había un tomógrafo y tal vez podamos ahora salvar a otros”.

Dijeron presente Carlín Calvo, Ricardo Darín, Diego Torres, Guillermo Francella, Miguel del Sel, Pablo Codevila, Rubén Green, Aldo Barbero, Adrián Suar, Claudio Checho Batista, Marcelo Araujo, Daniel Dátola y tantos otros. El resultado fue un éxito: no sólo alcanzó para donar el tomógrafo sino también otros elementos indispensables para el hospital.

Maradona reunió a un equipo de actores para homenajear a Adrián Ghio y juntar fondos para el Hospital Fernández
Maradona reunió a un equipo de actores para homenajear a Adrián Ghio y juntar fondos para el Hospital Fernández

Su vida, su historia, el escenario

Hijo de los artistas Lidia Rosen y Carlos Montalbán, Adrián Ghio nació el 23 de marzo de 1946. Trabajó como taxista, vendedor ambulante, estudió derecho, pero terminó dedicándose a ser actor. De muy joven se las rebuscaba vendiendo artículos para bebés y haciendo teatro; también le encantaba la música y tocar la guitarra.

En teatro comenzó en 1968 con una obra para niños. Trabajó en numerosos ciclos en la televisión, haciendo novelas y ficciones: La novela mensual, Teatro como en el teatro, El calor de tu piel, Alta comedia, ¡Gracias doctor!, La historia de Celia Pirán, Los Miserables, Sin miedo a quererte, Su comedia favorita, De fulanas y menganas y tantos más.

Los gauchos judíos: Adrián Ghio al frente, detrás asoma China Zorrilla
Los gauchos judíos: Adrián Ghio al frente, detrás asoma China Zorrilla

Le fascinaba el teatro independiente y estuvo prohibido durante la dictadura militar cuando actuaba en Doña Flor y sus dos maridos porque se consideró obscena para el público. Ghio aparecía desnudo tapándose con un sombrero. Cuando llegó la democracia la obra pudo reponerse.

En 1971, fue Revelación Masculina por su papel en Madre Coraje. En cine participó en gran cantidad de películas: Heroína con Pepe Soriano; El profesor Tirabombas, con Luis Sandrini; La Revolución, con Lautaro Murúa, Graciela Borges, Federico Luppi y Oscar Ferrigno; Yo gané el PRODE y usted?, Con Ricardo Bauleo y Erica Wallner; La Malavida, con Víctor Laplace; Los golpes bajos, con Aldo Barbero; La balada del regreso, La Madre María, con Tita Merello; Gente en Buenos Aires, con Luis Brandoni y Arturo Maly; Los gauchos judíos, con Víctor Laplace; The Stranger, Proceso a la infamia, con Rodolfo Bebán; Sola con Lautaro Murúa, Luis Brandoni y Graciela Borges; Los taxistas del humor, El camino del sur…

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En teatro, logró en 2008 el Premio Podestá a la trayectoria honorable post mortem. Además de su última actuación en Pareja Abierta con Cecilia Rosetto, formó parte de los elencos de Taxi, Made in Lanús, Camino Negro, Lucifer, el último enemigo, El invitado, Arsénico y encaje antiguo, Fedra, Si tocan timbre, no abras, Lo que mata es la humedad, Helmer en la casa de muñecas, El pibe de oro, El zoo de cristal, Historia de un soldado, Un tranvía llamado deseo, ¿Quién le teme a Virginia Woolf?, Equus, Rehenes, El inmortal, Los de la mesa diez, Historias para ser contadas…

Otra injusticia y van…

Más allá de la movilización social que generó el reclamo de justicia de la familia de Adrián Ghio, el juez Hugo Lezama condenó al policía que manejaba el patrullero, Juan Carlos Aguerre, a dos años de prisión en suspenso por homicidio culposo y fijó las indemnizaciones correspondientes: 271 mil pesos para la hija mayor de Ghio y 405 mil para la menor. Increíblemente a Ana Ferrer, su mujer, le asignaron mil pesos por daño psicológico. Lo insólito fue que tras varias apelaciones, veinte años luego del accidente, en agosto de 2011, la Sala D de la Cámara Civil redujo los montos en un 30 por ciento.

Hoy, a más de treinta años de su pérdida irreparable, su exmujer, Ana Ferrer y sus hijas, lo recuerdan como un hombre extraordinario y “el mejor papá de todos”, sin dudas el reconocimiento más importante para la memoria de Adrián.

Ana Ferrer, su entonces esposa, sufrió el dolor de su muerte y el revés de la Justicia
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