Ni Penélope Cruz ni otros nombres consagrados, los Goya miran hacia las nuevas estrellas

Por Miguel Ángel Pizarro.- Ya conocemos las nominaciones a las 37ª de los Premios Goya, los más importantes de la industria cinematográfica española. Y, como todos los años, hay algunas sorpresas, tanto para bien como para mal. En este caso, vamos a centrarnos en mejor actriz principal, en la que llama poderosamente la atención un dato: ni Penélope Cruz ni otras actrices consagradas como Aitana Sánchez-Gijón o Marta Etura han logrado entrar en la terna de las cinco aspirantes al Cabezón, dejándonos una categoría que abre las puertas más que nunca a las nuevas estrellas.

Las nominadas a mejor actriz principal son Anna Castillo por Girasoles silvestres, Laia Costa por Cinco lobitos, Marina Foïs por As bestas, Bárbara Lennie por Los renglones torcidos de Dios y Vicky Luengo por Suro. De las cinco, solamente una había sido nominada anteriormente en esta categoría, Lennie, por Magical Girly María (y los demás), llevándose el galardón por la cinta de Carlos Vermut. Las otras cuatro aspiran por primera vez a alzarse con el reconocimiento mayor del cine nacional sin que ninguna estrella consagrada les haga sombra.

Llama especialmente la atención que Penélope Cruz, que ha obtenido nominaciones en esta categoría con títulos como Ma Ma, Loving Pablo o Dolor y gloria, no haya conseguido entrar en la terna de las cinco aspirantes con Competencia Oficial, con la que había logrado magníficas críticas. A pesar de ser la actriz con mayor número de nominaciones, 12 en total, en esta edición, su presencia se ha quedado reducida a la categoría de mejor actriz de reparto, pues opta a premio por En los márgenes.

Precisamente, parece que este año los grandes nombres han quedado relegados a la categoría de reparto, al menos en lo que actrices nos referimos. En esta categoría, encontramos grandes nombres como el de Cruz, Carmen Machi por Cerdita y Susi Sánchez por Cinco lobitos. Las tres compiten junto con Marie Colomb por As bestasy Ángela Cervantes por La maternal, ambas debutantes en la sección.

El caso de Machi es similar al de Cruz, puesto que la Academia parece haber olvidado su maravillosa interpretación en La voluntaria, que obtuvo también muy buenos comentarios tras su paso por el Festival de Málaga. También otros grandes nombres como el Aitana Sánchez-Gijón por La jefa, Pilar López Arnaiz por La cima, Ariadna Gil por La casa entre los cactus o Marta Etura por El color del cielo han quedado fuera, a pesar de ser actrices muy reconocidas dentro de la industria española.

El ver a actrices de la nueva generación, como Laia Costa o Vicky Luengo, que debutan en los Goya, nos hace ver que la Academia habría optado tal vez por reconocer el nuevo talento, ese que hace tiempo viene abriéndose camino en la industria nacional y que podría coronarse como las futuras abanderas del clamor popular artístico.

Las cinco podrán brillar como nominadas y por trabajos más que reconocidos. El caso de la más veterana del grupo, Lennie, con su Alice Gould que ha conquistado a millones de espectadores en taquilla. Se le suman Costa y Luengo. La primera, junto con Susi Sánchez, es el alma de Cinco lobitos, con una interpretación que sabe representar a las madres de la generación millennial.

Similar el caso de Luengo con Suro, trabajo muy alabado tras su proyección en el Festival de San Sebastián, que es el culmen de una carrera en constante impulso, tras Antidisturbios y Chavalasy con la serie Reina Roja como estreno potente de cara al año que viene.

Por su parte, Anna Castillo es uno de los símbolos de la nueva cantera de actores de la industria española, cuyo nombre es sinónimo de prestigio y talento. Ganadora ya del Goya a la actriz revelación por El olivo, la nominación de la catalana la vemos como un paso lógico en este continuo ascenso en su carrera. En el caso de Foïs, la intérprete de As bestas, una estrella consagrada en su Francia natal, vuelve a ser una demostración del carácter internacional de los premios, como pasó en su momento con Naomi Watts con Lo imposible, Juliette Binoche con Nadie quiere la noche o Emily Mortimer con La librería.

Ante un año en el que otros nombres consagrados como Blanca Portillo, Lola Dueñas o Carmen Maura, no han hecho acto de presencia, da gusto ver que los Goya, en lugar de optar por nominar a rostros conocidos (eso ya lo ha hecho en la categoría de mejor actor principal), opte por apostar por las nuevas generaciones en lo referente a las actrices. En cierta forma, es un recordatorio de cómo el talento se va renovando y cómo este lo está siendo en clave femenina.

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