Penny Knatchbull, el nombre de mujer que incomoda a Reino Unido tras fallecer Isabel II

El nombre de Penélope Knatchbull quizá no nos suena a simple oída pero, la cariñosamente apodada, Penny Knatchbull habría sido la amiga más especial del duque de Edimburgo y eso es algo que, inevitablemente, incomoda.

Con el reciente fallecimiento de la longeva monarca Isabel II y la futura coronación oficial del ya rey Carlos III y su reina consorte Camilla Parker-Bowles, el pueblo no está para polémicas y menos aún, para líos de faldas.

Se avecina tormenta con nombre de mujer y es que la nueva temporada de la serie ‘The Crown’ (que llega el 9 de noviembre) va a reavivar un fuego del que siempre han quedado brasas subyacentes: las múltiples presuntas amantes de Felipe de Edimburgo.

Felipe de Edimburgo e Isabel II fueron leales el uno al otro hasta el último día de sus vidas. Su matrimonio fue pleno y no fue un paripé como se dice siempre que sucede en la monarquía española entre Juan Carlos I y doña Sofía, sin embargo, eso no significa que la unión entre Isabel II y Felipe, estuviese exenta de polémicas.

El libro ‘La Reina. La increíble vida de Isabel II’, escrito por la periodista Ana Polo Alonso, repasa la vida de la monarca desde jovencita hasta convertirse en la reina más icónica y duradera de la Europa moderna.

La lectura también se adentra en aspectos menos amables que el triunfo de Isabel II y es que, al igual que sucederá en esta nueva temporada de ‘The Crown’, narra el secreto a voces que han sido a lo largo de los años las múltiples conquistas de su marido.

La serie no se ha emitido pero ya ha levantado ampollas con la filtración del contenido en la que se asegura que se verá a Felipe cogiéndole las manos a Penny y contándole las penas de su matrimonio. Ante ello, Dicky Arbiter, ex secretario de prensa de Isabel II, tacha dicha emisión de “basura muy desagradable y, francamente, cruel”.

Mediáticamente, Felipe siempre se mantenía discreto y cercano, sonriente incluso, con la prensa. Supo vender esa imagen sumisa tras la reina pero la realidad era muy distinta según la biógrafa que dibuja un hombre de carácter implacable, fuerte e infiel.

De entre sus varias amigas íntimas destaca un nombre que ya se ha oído con anterioridad y que ahora incomoda más que nunca, Penny Knatchbull. Esta mujer de clase alta e innegable belleza es hija de un magnate de la hostelería que empezó como comerciante de carne y se hizo millonario con su cadena ‘Angus Steakhouse’.

Desde pequeña Penny lo tuvo todo, estudió en el mejor colegio, un internado en Suiza y después en la prestigiosa London School of Economics. Creció en la alta sociedad y en 1979 se casó nada menos que con el ahijado del duque de Edimburgo, Dicky Mountbatten.

La complicidad entre Penny y Felipe siempre fue muy comentada, les hemos podido ver juntos en infinidad de ocasiones y sus carcajadas eran habituales cuando se reunían en distintos planes como montar en carruaje, bailar, ir en moto o disfrutar de un torneo de polo, una de las grandes pasiones de Felipe.

Hay quien dice que Penny solo tenía una estrecha amistad con Felipe y también conocía a toda la familia real pero siempre se ha rumoreado que eran algo más. De hecho, en su funeral, estaban todos los miembros de sangre y la única invitada del funeral íntimo (que contó solo con 30 invitados) que no era familiar directa, fue Penny según se publicó en los medios.

Este gesto final denota la importancia que tenía esta mujer en la vida del rey consorte y es que él fue quien la habría sacado del pozo cuando su vida se hundió al morir su hija Eleonora debido a un cáncer en 1991.

La tragedia afianzó aún más la unión entre ambos que duró hasta el fallecimiento de él, pero, una pregunta es inevitable, ¿qué opinaba Isabel II de esta estrecha amistad de su marido? Pues la citada autora tiene una respuesta muy reveladora.

“La reina Isabel conocía esta amistad especial. Y por lo que se sabe, no le importaba. La monarca fue educada en una generación y una clase social en donde estaba perfectamente aceptado que los matrimonios, tanto hombres como mujeres, tuvieran amantes siempre que se respetaran una serie de reglas. Básicamente, que el matrimonio no se rompiese ni se forzara una ruptura de otros matrimonios.”, revela.

Por lo visto lo que siempre le pidió la reina Isabel II a su marido fue lealtad (que no fidelidad al uso) y eso, Felipe, se lo entregó con creces durante sus 80 años juntos.

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