Pepa Flores (Marisol): su vida de ama de casa alejada de la fama

Pepa Flores, Marisol, actress Seated on a chair in the neighborhood of the Sacromonte (Granada)  (Photo by Aurora Fierro/Cover/Getty Images)
Pepa Flores, Marisol, vive una vida familiar en Málaga (Photo by Aurora Fierro/Cover/Getty Images)

A Pepa Flores le dan el Goya de Honor en pocos días pero sigue siendo un misterio si irá o no a recogerlo. La niña prodigio del franquismo dejó la fama atrás y ahora tiene una vida completamente distinta.

Pepa Flores fue, hace mas de 60 años, Marisol, la niña de melena rubia (teñida) y ojos azules que enamoró a pequeños y mayores en la España del franquismo a través de la pequeña pantalla, siempre rodeada de hombres y cantando canciones inocentes.

Pero cuando ella creció, se hartó de que le vendaran los pechos para seguir pareciendo una cría que ya no era y quiso hacer otro tipo de cine, la industria le dio la espalda. Antonio Montiel, su amigo de toda la vida, explica a Vanity Fair que “Ella intentó crear otra carrera y no le hicieron ni caso. Cuando se unió a Juan Antonio Bardem haciendo otro tipo de películas, le dieron la espalda, quizá por eso cuando yo la veía y le daba recuerdos de algunos ex compañeros de profesión, ella decía: ‘No me des recuerdos de gente que me quiere mucho porque ya no estoy en activo’”.

Al margen de todas las malas vivencias y abusos que le conllevó ser una niña estrella en aquel momento, llegó un tiempo en el que Pepa Flores dijo basta. Cuando se alejó de los focos nadie creyó que fuera para siempre pero, coherente y fiel a sí misma, ha mantenido su valiente postura.

En la actualidad Pepa vive en el barrio malagueño de La Malagueta, en el Paseo de la Falora. Su hogar tiene hermosas vistas al mediterráneo y Pepa ha encontrado allí la paz interior que tanto había ansiado en su pasado.

Que se retirara de la fama no significa que sea una monja de clausura en su terreno sino que Pepa vive una vida casera y familiar alejada de la prensa y también de la vida social. No acude a eventos ni se la ve con grandes grupos de gente, sin embargo, es fácil encontrarla en el supermercado, tomando café en un bar o de paseo con su perra.

Las personas que la arropan y acompañan en su día a día como ama de casa son su compañero de vida, Máximo Stecchini, con el que lleva más de 20 años y su hermana Vicky además, por supuesto, de sus hijas.

Según Montiel relata al citado medio: “La vocación de Pepa nunca fue ser artista, se divertía cantando pero nunca fue su vocación. A ella le encanta cocinar, hacer potajes y ese tipo de cosas.” Hoy en día se ve realizada siendo ama de casa y, sobre todo, cuidando a sus animales, concretamente a sus gallinas.

De aquel vaivén de niña estrella le quedó el resquemor a los viajes porqué dice que en su día ya pasó demasiado tiempo de acá para allá cargada de maletas y ahora no necesita hacer más viajes.

En Málaga se la quiere, sus vecinos la respetan y no la incordian sino que la tratan como a una vecina más, en plena naturalidad. Ella es muy agradecida y le encanta que la gente la recuerde con ese cariño, pero sin agobios ni artificios.

Su hermano Enrique afirma que verá los Goya por la tele sin asistir a la gala pero se niega a desvelar si ‘Marisol’ irá o no a por su premio. La verdad es que, conociendo su personalidad, dudo mucho que lo recoja pero si lo hiciera, ¡sería una emotiva sorpresa para todos!

Aunque ella haya optado por una vida de campo, meditación y familia, sería un hermoso homenaje a sus todavía fans verla por última vez sobre el escenario en honor a la que un día fue la alegría de muchos hogares, la pequeña Marisol, hoy en día, la gran Pepa Flores.

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