La música del Chavo del 8: de una pequeña pieza compuesta por un gran músico al juicio millonario a Chespirito

La música de El Chavo tiene una larga y compleja historia
La música de El Chavo tiene una larga y compleja historia

Imposible recordar la serie El Chavo del 8 sin identificarla con su música de apertura, esa melodía juguetona, entre divertida y caricaturesca, compañera de la infancia de varias generaciones. Lo que muchos desconocen es que aquella pieza musical que se transformó en una marca de la popular saga televisiva fue creada en 1809 por el mismísimo Ludwig van Beethoven, que inicialmente la bautizó como “Variaciones sobre un tema original, Op.76″.

La melodía se estrenó recién dos años después, es decir en 1811, cuando el célebre músico y compositor alemán la volvió a utilizar al componer por encargo la música para una obra de teatro llamada Las ruinas de Atenas, de August Von Kotzebue, con motivo de la inauguración de una sala teatral en la ciudad de Pest, en Hungría.

La obra, escrita en la época en que Grecia aún formaba parte del Imperio Otomano, lleva como protagonista a la diosa Atenea, hija del poderoso Zeus, y comienza cuando ella se despierta después de miles de años y comprueba que las construcciones que alguna vez fueron espléndidas en la ciudad que lleva su nombre están en ruinas. Entonces Atenea exhorta a sus compatriotas a la rebelión contra los opresores y viaja a Budapest acompañada por el dios Hermes para pedir ayuda al emperador de la monarquía de los Habsburgo. En la capital húngara ambos dioses tienen la ocasión de asistir a la inauguración del nuevo teatro de la ciudad y son testigos del triunfo de las musas Talía y Melpómene.

La vecindad de El Chavo
La vecindad de El Chavo

Compuesto especialmente para la ocasión, el nuevo arreglo ya no era para piano solo, sino para toda una orquesta. Y como en el argumento había una parte en la que aparecían unos personajes turcos, para musicalizar esa secuencia es que Beethoven retoma aquellas variaciones y las rebautiza como “Marcia alla Turca”, más conocida como “La marcha turca (Op. 113 N° 4), el tema central de aquella pieza teatral. Se trata del movimiento Nº 4 de una composición de música incidental que consta de un total de once piezas. Técnicamente, la obra está compuesta en la tonalidad de Si bemol mayor, en compás de 2/4 y tempo “vivace” y presenta un esquema dinámico que comienza con un pianissimo hasta llegar al fortissimo, para luego retomar nuevamente el pianissimo por la coda.

Beethoven la consideraba como una “pequeña pieza divertida” que no reflejaba el estilo propio del resto de sus obras, y fueron muchos los músicos que la versionaron. Entre ellos, otro gran compositor de los más grandes pianistas de todos los tiempos, Franz Liszt, que escribió una transcripción para piano titulada “Capriccio alla turca sur des motivos de Beethoven”. Richard Strauss y Hugo von Hofmannsthal también realizaron nuevas versiones basadas en el mismo tema.

Así pasaron los años y continuaron desfilando los músicos encargados en tomar la antorcha de esta melodía para acercarla a nuestros tiempos. Luego llegó el turno del pianista, compositor y director de orquesta ruso Anton Rubisntein, un virtuoso del piano -considerado el gran rival de Franz Liszt-, que realizó una versión popular de piano en tempo allegretto, así como otro gran músico ruso graduado en el conservatorio de Moscú, Serguéi Rachmaninoff, que también lo va a versionar ya entrado el siglo XX.

Finalmente, aquella pieza original sirvió como inspiración para la melodía de “The Elephant Never Forgets” (El elefante nunca olvida), de Jean-Jacques Perrey -considerado pionero de la música electrónica-, tema de apertura de la popular serie mexicana El chavo del 8.

Músico y productor francés, Perrey era conocido en el campo de la música popular como integrante del dueto musical Perrey and Kingsley. Y fascinado por los instrumentos que comenzaban a surgir a partir de las nuevas tecnologías para crear nuevos sonidos, en 1960, a sus 31 años, se trasladó a Nueva York apoyado económicamente por Caroll Bratman, quien le construyó un laboratorio experimental y un estudio de grabación para desarrollar su investigación.

Allí inventó “un nuevo proceso para generar ritmos con secuencias y ondas”, utilizando los sonidos ambientales de la musique concrete. También en Nueva York, conoció a Robert Moog, el inventor del sintetizador modular Moog, famoso por ser el primer sintetizador analógico comercial en todo el mundo. De esa manera, Perrey se convirtió en uno de los primeros músicos en utilizar aquel instrumento, creando música electrónica y convirtiéndose en uno de los pioneros de ese género.

Fue justamente con este instrumento que, en 1970, Perrey va a grabar su séptimo álbum, Moog Indigo, donde incluye varios temas clásicos, entre ellos, “The Elephant Never Forgets”, basado en “Las Ruinas de Atenas”, de Beethoven.

Poco después, el 26 de febrero de 1973, la serie El Chavo del 8 sale por primera vez al aire, y Roberto Gómez Bolaños incorpora aquella composición del compositor francés como tema de apertura del programa, aunque no fue la única, ya que a lo largo del ciclo producido por Televisión Independiente de México (más tarde, Televisa) que finalizó sus transmisiones el 7 de enero de 1980, también se utilizaron otras composiciones de Perrey como “Country Rock Polka” y “Baroque Hoedown”, para musicalizar escenas de Chespirito y el tema de salida de El Chapulín Colorado.

Así las cosas, no fue sino hasta 2009 cuando el músico francés demandó a Bolaños por usar sus canciones sin su autorización, especialmente por los temas “The elephant never Forgets” y “Baroque Hoedown. También demandó a Televisa por difundir los programas que estaban usando sus obras sin permiso.

El Chavo del 8
El Chavo del 8

Es que más allá de la composición original, obra del genial Ludwig van Beethoven, la ejecución como tal y la grabación eran propiedad intelectual de Perrey, que a su vez compuso una segunda parte de aquel tema de su puño y letra, razón por la cual se trata parcialmente de una composición original. Finalmente, en 2010, Bolaños y Perrey llegaron a un acuerdo: Chespirito y Televisa tuvieron que compensar económicamente al francés por la evasión de pagos al usar sus canciones.

Años después, el tema volvería a ser utilizado en los videojuegos Sea Hunt (Froggo FG1009) y Mr. Do!