Perros (y gatos) en un avión

Erin Gowdy, acompañada por su yorkie, Rex, y el gato esfinge Bowie, en un vuelo de K9 Jets a Londres en el aeropuerto de Teterboro, en el condado de Bergen, Nueva Jersey, el 28 de abril de 2023. (Clark Hodgin/The New York Times)
Erin Gowdy, acompañada por su yorkie, Rex, y el gato esfinge Bowie, en un vuelo de K9 Jets a Londres en el aeropuerto de Teterboro, en el condado de Bergen, Nueva Jersey, el 28 de abril de 2023. (Clark Hodgin/The New York Times)

El viernes pasado por la tarde, mientras lloviznaba sobre la pista, diez pasajeros abordaron un Gulfstream G4 que se dirigía del aeropuerto de Teterboro, en Nueva Jersey, al de Farnborough, al suroeste de Londres. Al parecer, no notaron los lujosos asientos de cuero ni los premios colocados en copas de champaña en los descansabrazos.

Tampoco habían disfrutado mucho subiendo las escaleras de la aeronave

Se trataba del vuelo inaugural de K9 Jets, una compañía de vuelos chárter en jets privados con sede en Birmingham, Reino Unido, fundada en respuesta tanto al creciente deseo de los dueños de mascotas de viajar con sus animales como a la frustración cada vez mayor ante la dificultad de volar con ellos. El manifiesto de pasajeros incluía nueve perros, en su mayoría de gran tamaño, y un gato esfinge, además de diez humanos.

La mayoría de las personas a bordo se estaban mudando a Europa. Una de ellas dijo que su perra Jasmine (una cruza de pastor australiano) necesitaba una cirugía de corazón para salvarle la vida. Todos tenían algo en común: su aversión a meter a sus mascotas en el compartimento de carga.

Los dueños de mascotas que quieren transportarlas en vuelos comerciales deben sortear un montón de normas que varían según la aerolínea. A los animales de servicio, que no se consideran mascotas, se les permite viajar en cabina y sin transportadora, pero otros animales están sujetos a restricciones de tamaño que los obligan a viajar como carga, aunque algunas aerolíneas no transportan ciertas razas.

Los animales que pueden viajar dentro de la cabina en transportadoras, que deben caber debajo del asiento frente al pasajero, se enfrentan a juicios aparentemente arbitrarios sobre si la caja transportadora tiene el tamaño adecuado. Según la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos, los animales de apoyo emocional, que antes estaban permitidos en cabina, ya no lo están.

Nick y Michele Koutsoftas abordan un vuelo de K9 Jets con Albert, su renuente cruza de crestado rodesiano de 2 años, en el aeropuerto de Teterboro, en el condado de Bergen, Nueva Jersey, el 28 de abril de 2023. (Clark Hodgin/The New York Times)
Nick y Michele Koutsoftas abordan un vuelo de K9 Jets con Albert, su renuente cruza de crestado rodesiano de 2 años, en el aeropuerto de Teterboro, en el condado de Bergen, Nueva Jersey, el 28 de abril de 2023. (Clark Hodgin/The New York Times)

Muchos dueños de perros grandes temen lo que pueda ocurrirles a las mascotas que viajan en el compartimento de carga, donde podrían enfrentarse a temperaturas fluctuantes, una ventilación deficiente y manipulación inadecuada.

En la última década, más de 200 mascotas, la mayoría perros, murieron en viajes en avión, según el Departamento de Transporte de Estados Unidos que no especifica si las mascotas iban en el compartimento de carga. El departamento aconsejó a los propietarios de perros braquicéfalos, como los pugs y bulldogs, que consideren los riesgos de transportar estas razas como carga y citó un índice de mortalidad mucho más alto que el de otras razas de perros.

Según el Colegio Estadounidense de Cirujanos Veterinarios, los perros de hocicos chatos tienen más dificultades para respirar que otras razas.

El año pasado, siete mascotas murieron durante viajes en avión, según datos del Departamento de Transporte. De estas muertes, seis se produjeron en vuelos de Hawaiian Airlines. Cinco de estos animales eran perros de hocico chato transportados en el compartimento de carga, señaló Marissa Villegas, portavoz de Hawaiian Airlines.

Villegas afirmó que, antes de viajar en Hawaiian, los pasajeros que llevan mascotas están obligados a reconocer y aceptar los riesgos.

Las empresas privadas salen al rescate

Mientras tanto, las compañías de jets privados han tomado cartas en el asunto y ofrecen viajes aéreos para mascotas dentro del avión sin que tengan que pasar horas atrapadas en jaulas o transportadoras. Algunas empresas, como NetJets y VistaJet, tienen programas específicos para mascotas. En los vuelos de VistaJet, las mascotas reciben cortes de carne de primera calidad, juguetes y una colchoneta blanda para dormir.

Leona Qi, presidenta de VistaJet U. S., aseveró que el número de personas que viajan con sus mascotas ha aumentado de manera constante y que aproximadamente la mitad de los clientes de la empresa llevan consigo a sus animales. La mayoría son perros, pero también ha habido conejos, halcones y, en una ocasión, un camaleón. VistaJet vende membresías que ofrecen distintos niveles de acceso a los vuelos. Madelyn Reiter, portavoz de la compañía, no quiso dar detalles sobre los precios.

Qi afirmó que el programa de mascotas había sido con frecuencia “el factor determinante” para convencer a los clientes de que cambiaran a membresías más costosas que ofrecen más espacio en cabina.

Los operadores del jet privado comentaron que, en estos vuelos, los perros que pesan menos de 45 kilogramos por lo general tienen permitido sentarse en los asientos del avión, aunque deben ir sujetos con un cinturón de seguridad o en una transportadora durante el carreteo, el despegue y el aterrizaje. En algunos jets, una vez que una persona paga un asiento, no hay costo adicional por transportar una mascota ni se exige comprar un asiento. Varias compañías incluso ayudan a sus clientes a sortear las restricciones específicas de cada país en materia de mascotas y a reunir los documentos necesarios para la entrada, otro obstáculo a la hora de hacer un viaje internacional con animales de compañía.

No obstante, estos vuelos privados pueden ser sumamente caros, con un precio que puede ascender a decenas de miles de dólares, incluso para un viaje nacional de una costa a otra.

Durante años, Rusty Rueff, un asesor e inversor de 62 años que vive en la bahía de San Francisco, cruzó Estados Unidos con su perro en Pet Airways, una aerolínea fundada en 2009 que solo transportaba animales, pero la empresa cerró hace varios años.

Rueff dijo que, aunque había volado en privado con su bulldog francés Theo, de 5 años, varias veces durante la pandemia, no era algo que quisiera seguir haciendo. Cuando intentó viajar en una aerolínea comercial con un perro anterior, también un bulldog francés, a veces le prohibieron subir al avión, narró. Esa incertidumbre lo hizo reacio a volar en una empresa comercial con un animal.

En lugar de eso, su familia cruza el país en coche desde la zona de la bahía hasta Rhode Island, donde tienen una casa de verano. Rueff describió el viaje anual como “un suplicio”.

“Simplemente, no entiendo por qué las aerolíneas no reconocen la oportunidad de negocio”, dijo Rueff. “Haríamos cualquier cosa por nuestras mascotas, así como haríamos cualquier cosa por nuestros hijos”.

Perros grandes en la cabina

K9 Jets espera aprovechar ese sentimiento, ofreciendo al principio vuelos entre Nueva York y París, así como Londres y Lisboa, Portugal. De los 17 vuelos programados entre mayo y finales de septiembre, ocho están agotados. En otoño, la compañía podría ampliar el servicio a otras ciudades, entre ellas Dubái, Emiratos Árabes Unidos. Los pasajes de ida entre Nueva York y Europa rondan los 9000 dólares por asiento. Los dueños de animales domésticos pueden comprar un asiento para su mascota; de lo contrario, las mascotas pueden sentarse en el suelo sin cargo alguno. Estas no pueden volar sin un acompañante humano.

Adam Golder, fundador de K9 Jets y de G6 Aviation, una empresa de corredores de jets privados, dijo que planeaban añadir más vuelos en verano en respuesta a la demanda creciente.

“Hay cientos de personas esperando un vuelo”, afirmó Golder. “Creo que la gente no quiere meterlos en una caja y despedirse de ellos”.

En realidad, K9 no es dueña de ningún avión. Los vuelos son operados por compañías aéreas estadounidenses autorizadas, entre ellas Pegasus Elite Aviation y K9 Jets utiliza aviones Gulfstream G4 con capacidad para 10 pasajeros.

Golder aseveró que, hasta ahora, la mayoría de los clientes potenciales lo hacen porque se mudan o viajan durante periodos largos. La mayoría de los pasajeros humanos del vuelo de la empresa de la semana pasada dijeron que estaban viajando en avión privado por primera vez.

Los vuelos privados tienen un costo medioambiental. Las investigaciones han demostrado que los jets privados producen muchas más emisiones de dióxido de carbono por pasajero que los aviones comerciales. Según Transport and Environment, un grupo de defensa del medioambiente con sede en Bruselas, los jets privados son entre 5 y 14 veces más contaminantes que los aviones comerciales y 50 veces más que los trenes.

No obstante, algunos dueños de mascotas, como Ali y Mary Borzabdi, creen que no tienen elección. El viernes pasado, Mary Borzabdi y su perra, Jasmine, viajaban en el vuelo de K9 Jets a Londres. Jasmine, una perra dulce y nerviosa con una grave cardiopatía, estaba alterada y llevaba pañal a bordo del avión. Dentro de unas semanas, la someterán a una cirugía en Londres.

“No tenemos hijos. Solo tenemos un perro”, dijo Ali Borzabdi. “Lo intentas todo y con suerte saldrá bien”.

c.2023 The New York Times Company

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