Gloria Camila desafía a Telecinco con esta actitud en 'Pesadilla en el paraíso'

Gloria Camila en 'Pesadilla en el paraiso' (Luis Miguel Gonzalez, Mediaset)
Gloria Camila en 'Pesadilla en el paraiso' (Luis Miguel Gonzalez, Mediaset)

Era uno de los momentos más esperados y no defraudó. La expulsada de esta semana, Gloria Camila, hacía su entrada, no precisamente triunfal, en el plató de Pesadilla en el paraíso lista para poner en su lugar a quien le llevara la contraria. Tenía mucha ropa que planchar, tanto del reality como de lo que ha pasado fuera de él. A la defensiva y muy selectiva con los temas a tratar, la hija de Ortega Cano mostró una cara que ya nos adelantó dentro de la granja e hizo un pulso peligroso a Telecinco con un comportamiento que contradice la necesidad del programa.

Cuando se anunció la entrada de Gloria Camila al nuevo reality muchos pensamos que había sido un gran acierto. Con todo lo que estaba pasando con su hermana Rocío Carrasco, Ana María Aldón, su padre y demás asuntos pendientes, esperábamos ver y escuchar alguna que otra exclusiva. O al menos, conversaciones que nos sacaran de dudas. Pero nos quedamos con las ganas.

Hasta Lucía Bosé y Víctor Janeiro, que han sido bautizados como los muebles de la granja, han dado información más jugosa sobre sus vidas y familiares que la que se supone que iba a ser la gran protagonista de la edición. Lo que sí ha hecho ha sido discutir y enfrentarse a quienes no le caían bien y, sobre todo, los que no le bailaban el agua. Un comportamiento, al menos en mi opinión, un tanto caprichoso y poco acorde a lo que se esperaba de ella.

Durante su entrevista con Carlos Sobera en Pesadilla en el paraíso dio una de cal y otra de arena. Si bien es cierto que pidió disculpas por los descalificativos que usó para su compañero Israel, al que llamó repugnante y asqueroso, y sus explosiones de carácter, también dejó claro que quien allí controlaba la entrevista era ella y solamente ella. Cada una de sus palabras transmitían la sensación de estar preparadas, o sabiendo muy bien hasta dónde llegar.

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Si no me equivoco, pude contar hasta cuatro las veces que el presentador le insistió sobre la situación de su padre y los diferentes frentes que el torero tiene abiertos. Gloria Camila no quiso soltar prenda y se mostró tajante con Sobera. Fue educada pero firme en sus respuestas, y dio igual las veces en que se le pidió algún comentario, ella cortó por lo sano y con contundencia. No iba a hablar de nada de su vida personal, y punto.

Una actitud que se torna incoherente cuando evaluamos su paso dentro del concurso donde sí habló de temas personales, como el aborto que tuvo durante su relación con Kiko Jiménez, entre otras cosas. Es como si ella eligiera de qué hablar y de qué no, cuando le conviene y como le conviene, algo que me lleva a preguntar si probablemente no ayude a la relación con Telecinco. El pasado mes de agosto fichó por el programa Ya es mediodía donde, precisamente, no se habla de astrología. Así que, tarde o temprano, tendrá que hablar más de lo que hizo en el debate de este domingo pero ¿lo hará en el programa de otra productora y lejos del reality que también la contrató y que, además, necesita ayuda de sus implicados para levantar sus audiencias?

Gloria Camila se amparó en el pobre argumento de que allí había ido para hablar de su paso por la granja, no de sus temas familiares. Y yo me pregunto, ¿por qué piensa que fue elegida para entrar en Pesadilla en el paraíso? ¿Por sus diseños? Pues no lo creo. En medio de la crisis de su padre con Aldón y con su hermana Rocío hablando lo más grande en la serie de Telecinco, todos esperábamos que diera a conocer mucho más de lo que siente, vive y piensa de todos esos temas de primera línea en la prensa del corazón.

Vuelvo y repito, nos quedamos a dos velas. Su forma desafiante, vestida de cordialidad, de enfrentar las preguntas en plató nos ha dejado claro que ella es quien maneja sus tiempos. Ahora no quiere hablar de nada, pide respeto a su privacidad y se niega a dar declaraciones puntuales. Quizá, cuando se reincorpore a su programa, cambie de opinión y decida soltarse más porque, si no lo hace, no tendría mucho sentido verla como colaboradora de un programa de entretenimiento en esta cadena donde su familia es protagonista del contenido cada dos por tres.

Para mí, lo que pasó ayer en Pesadilla en el paraíso con Gloria Camila, de quien puedo entender que esté sobrecogida por todo lo que rodea a su familia, no es de recibo ni con el programa, ni con el público, ni con ella misma. Como muy bien le apuntó Nagore Robles, hay formas y formas de decir las cosas. Podría haber compartido su sentir de una forma cuidadosa y sin entrar en detalles, pero no cerrarse en banda con tanta frialdad ante un presentador que estuvo de diez con ella.

Daba la sensación de estar sacando a flote la misma soberbia que demostró en diferentes momentos del reality. No mostró ni un ápice de debilidad a pesar de los ataques que recibió por parte de los colaboradores que criticaron su paso, era como ver a una persona con la lección muy bien aprendida. Lo curioso es que horas antes la escuchábamos llorar desconsoladamente durante una llamada con el programa Sálvame. Nadie pone en duda su sufrimiento, pero no se entiende su manera de procesar.

Es obvio que Gloria Camila es una pieza clave en estos momentos para Telecinco, un testimonio que les interesa por todo lo que arrastra, pero creo que si su intención es regresar a su programa, esta no es la mejor manera de hacerlo. A nadie le interesa escuchar a una persona decir 'no voy a hablar de eso'. Pierde el interés, la gracia y la razón por la que fue contratada.

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