No, el pescado de piscifactoría no es peor que el salvaje (puede ser hasta mejor)

Un pequeño letrerito que pasa casi inadvertido sobre la cabeza del pescado. Así podemos distinguir en pescaderías las lubinas, doradas y corvinas de "Crianza de nuestros mares", un sello de acuicultura de calidad creado por Apromar, la Asociación Empresarial de Acuicultura de España. "Nosotros la llamamos la 'transformación azul' porque es una manera de obtener de forma controlada lo que los mares y ríos ya no pueden ofrecer en sus ecosistemas y ciclos naturales", explica Javier Ojeda, gerente de Apromar.

Una dorada de acuicultura. Foto: Crianza de nuestros mares
Una dorada de acuicultura. Foto: Crianza de nuestros mares

Es precisamente ese pequeño letrerito el que marca la diferencia: la nueva acuicultura en España ya no tiene la connotación negativa de antaño, cuando se la llamaba (y todavía hay quién lo hace así) "piscifactoría". "Buscamos un mayor aprovechamiento de los recursos naturales y hay un objetivo clarísimo de sostenibilidad. Primero, para montar cualquier granja de acuicultura hay que tener aprobado un estudio de impacto ambiental sobre la zona. Otra cuestión fundamental es el alimento de los peces."Se les dan harinas y aceites de pescado y ahora muchas de ellas provienen de reciclaje del procesado de algunas especias y de las conservas. Al mismo tiempo también se les alimenta con proteínas y aceites vegetales, insectos, levaduras, microalgas...", cuenta Ojeda. Finalmente, también hay un componente de bienestar animal: "Buscamos que los pescados sean tratados con respeto en todo momento".

Todo este trabajo con los pescados de esta moderna acuicultura redunda en que, pese a lo que muchas personas, puedan pensar, estas especies criadas (y no pescadas) son más interesantes para el ser humano desde un punto de vista nutricional: "Hacemos análisis periódicos y siempre detectamos que los pescados de acuicultura tienen un mayor porcentaje de Omega 3. Esto es así porque el pescado salvaje se alimento de lo que va encontrándose a su paso pero, en nuestro caso, al tratarse de una producción controlada, la alimentación es más constante y el aporte de esta grasa saludable es mayor".

La lubina, uno de los pescados que se pueden encontrar de acuicultura. Foto: Getty Creative
La lubina, uno de los pescados que se pueden encontrar de acuicultura. Foto: Getty Creative

En el caso de la alimentación de los pescados, la cría de los mismos en un territorio controlado -y no en mar abierto- hace que la ausencia de parásitos como el anisakis sea total. La acuicultura evita también que puedan comer microplásticos, si bien Ojeda recuerda que "aún no hay estudios concluyentes que pongan de manifiesto que el consumo por parte del ser humano de pescados que hayan ingerido este tipo de desechos sea nocivo para el organismo". Otra cuestión son "el mercurio o las dioxinas, cuyos niveles son claramente menores".

Otra cualidad positiva de esta acuicultura de cercanía es la frescura con la que el pescado llega al consumidor final. "Al final se trata de espacios de acuicultura partidos por toda la costa española -o incluso de 'granjas' de pescado tierra adentro en el caso de la trucha arcoiris-. Esto hace que todo se pueda distribuir en el plazo de 24 horas y que el consumidor no tarde mucho tiempo en disfrutar de una dorada o de una lubina de acuicultura. La frescura, por tanto, está garantizada", asevera Ojeda. La diferencia en este caso es abismal con especies que puedan llegar desde Grecia o Turquía, por ejemplo, y que cuando se ponen a la venta en España ya tienen varios días de viaje a sus espaldas.

No sabemos si para la salud pero sí para el bolsillo es otro de los beneficios de los pescados de acuicultura: el precio contenido que tienen se debe a que la producción es estable durante todo el año, sin los vaivenes de las temporadas y los tamaños cambiantes. Eso sí, el abanico de pescados que se crían bajo estas condiciones deja fuera especies como la merluza o el besugo, así que hay que "conformarse" con lubina, dorada, corvina, rodaballo, lenguado, trucha, esturión, seriola -pez limón- y prácticamente todos los moluscos.

El rodaballo también puede tomarse criado en 'granja'. Foto: Getty Creative
El rodaballo también puede tomarse criado en 'granja'. Foto: Getty Creative

La pregunta final no es la menos importante. ¿Están igual de buenos los pescados de acuicultura que sus versiones salvajes? "La prueba del algodón es que hacemos periódicamente catas ciegas en restaurantes y siempre hay un claro vencedor: el pescado de acuicultura en cuanto a sabor y textura. Y si no ganamos, al menos empatamos", explica Ojeda.

Teniendo en cuenta todo esto, ¿por qué no se consume más pescado de acuicultura de cercanía? Toca reflexión porque, como recuerda Ojeda, "el pescado que más se consume en España es el salmón de acuicultura de Noruega, país que, aunque está fuera de la Unión Europea, cumple con todos los estándares de calidad". Eso sí, el 70% de todos los productos acuáticos que se comen aquí viene de sitios remotos como el Pacífico asiático. "Hay que animar a la gente a consumir producto nacional, tanto de acuicultura como de pesca extractiva", explica el gerente de Apromar. Y si esta Navidad el plato principal es dorada de aquí al lado, tanto mejor.

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