La planta milenaria que ayuda a combatir virus y bacterias

CIUDAD DE MÉXICO, octubre 8 (EL UNIVERSAL).- A la hora de cuidar de la salud humana, la medicina tradicional ha incursionado en la implementación de diversas plantas, hierbas, semillas y raíces. Las propiedades medicinales de ciertas especies han sido compartidas de generación en generación, sobreviviendo la mayoría aun en la actualidad.

Más allá de que la propia ciencia ha investigado y utiliza algunos de estos productos de la naturaleza para la producción de fármacos, muchas personas siguen la tradición de utilizarlos para preparar infusiones o preparados que les ayudan a prevenir enfermedades, tratar dolencias y afecciones y reforzar su salud.

Las personas siempre pueden estar expuestas a infecciones bacterianas y virales. Sobre las bacterias, los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos indican que son pequeños organismos y, más allá de que muchos son buenos, algunos pueden causar infecciones y provocar enfermedades, afectando nuestra salud.

En el caso de los virus, el Instituto Mayo Clinic los describe como fragmentos de información genética que necesitan un huésped vivo, como una persona, una planta o un animal. Una vez dentro, se apodera de la estructura de la célula huésped y la utiliza para producir más virus causando enfermedades.

Con los datos aportados anteriormente, resulta interesante saber que existe una planta milenaria que ayuda a combatir los virus y las bacterias. Se trata de la Equinácea, una hierba nativa de América del Norte que también es conocida como equinácea purpúrea, según el Instituto Nacional del Cáncer.

Desde la Sociedad Española de Fitoterapia precisan que la equinácea es una planta que se utiliza para la prevención y el tratamiento de infecciones respiratorias de vías altas como el resfriado común. Su aporte de magnesio, potasio y vitamina C la convierten en una especie ideal para reforzar nuestro sistema inmunitario y ofrece los siguientes efectos que destaca el Laboratorio Farmacéutico Deiters (España):

Estimula la fagocitosis: permite al organismo eliminar bacterias y virus para evitar desarrollar enfermedades.

Aumenta la producción de linfocitos: protege el cuerpo de infecciones.

Reduce la inflamación: impide la síntesis de prostaglandinas y leucotrienos, bloqueando la acción de bacterias y virus con un aumento de leucocitos.

Hace frente a los virus: su tratamiento es eficaz contra virus como el rinovirus, el adenovirus tipo 3 y tipo 11, el virus de la gripe, y el virus herpes simple del tipo 1.

Tiene efectos cicatrizantes: cuenta con propiedades antifúngicas y antibacterianas que ayudan a regenerar la piel.