Pocos aguantarían lo que Jennifer Flavin vivió al inicio de su relación con Sylvester Stallone

Sylvester Stallone (76) se divorcia. Después de llevar 25 años casados, Jennifer Flavin (54) sorprendió al mundo de la crónica rosa (y según los rumores, también al propio Sly) presentando la demanda de divorcio en una corte de Los Ángeles el viernes 19 de agosto. Sin embargo, la noticia recién salió a la luz el pasado miércoles 24 rodeada de rumores, dimes y diretes que incluyen a un perro, un tatuaje y las exigencias de la exmodelo en los papeles de divorcio.

La pareja, padres de tres hijas, era de las más consolidadas de Hollywood y un ejemplo de perseverancia a pesar de los altibajos. Unos altibajos que pocos aguantarían si nos tocara estar en la piel de Jennifer Flavin durante los primeros años de relación.

WASHINGTON, DC - 11 DE MARZO: Sylvester Stallone y Jennifer Flavin Stallone en el Premio Mujer de Liderazgo de la Justicia Ruth Bader Ginsburg el 11 de marzo de 2022 en Washington, DC en honor a Diane von Furstenberg. (Foto de Tasos Katopodis/Getty Images para la Fundación Dwight D. Opperman)
WASHINGTON, DC - 11 DE MARZO: Sylvester Stallone y Jennifer Flavin Stallone en el Premio Mujer de Liderazgo de la Justicia Ruth Bader Ginsburg el 11 de marzo de 2022 en Washington, DC en honor a Diane von Furstenberg. (Foto de Tasos Katopodis/Getty Images para la Fundación Dwight D. Opperman)

Sly y Flavia se conocieron en 1988 en un restaurante de Beverly Hills, cuando la aspirante a modelo tenía 19 años y se encontraba visitando a una amiga en la ciudad de las estrellas. Stallone era un actor ya consolidado de 42 años, padre de dos hijos y con dos divorcios en su currículo. El primero con Sasha Czack (1974-1985), madre de esos dos pequeños, y el segundo con su compañera en Rocky IV, Brigitte Nielsen (1985-1987), que según explicó la actriz danesa en alguna ocasión no terminó del todo bien que digamos.

Sin embargo, la ilusión que parecía transmitir Jennifer en sus entrevistas en torno a la relación terminó salpicada por un golpe de realidad brusco y sin aviso. “Yo voy y vemos una película, cocinamos la cena, jugamos con el perro o caminamos por la playa” contaba Flavin a la revista People en una entrevista como normalizando su relación con la super estrella. “Estoy amando la vida otra vez. Jennifer ha marcado la diferencia” añadía Stallone.

No obstante, el asunto no era tan idílico. Y mientras los rumores de infidelidades siempre persiguieron al currículo amoroso del actor, él mismo dejó caer un balde de agua fría para cualquier persona enamorada al decir en otra entrevista de 1991: Cuando nos reunimos, es maravilloso. Cuando estamos separados, no hay ataduras. Así son las cosas, sin cadenas”. Como dando a entender que se trataba de alguna especie de relación abierta.

Un año más tarde, la propia Flavin confirmaba la situación con una declaración que, personalmente, me suena a una mujer que aceptó las reglas de Stallone por amor o sin más remedio. “No soy ingenua sobre lo que puede suceder cuando no estoy cerca, es un hombre de 45 años, no puedo cambiar su forma de ser” dijo en 1992 a Cosmopolitan (via People), como si aceptara públicamente las posibles o supuestas infidelidades. “De todos modos, no es un perro tramposo todos los días de la semana. Pasamos cinco de siete noches juntos, así que no sé dónde encontraría el tiempo” justificaba.

Su madre salió a la palestra diciendo que la joven “siempre quiso confiar en él sin importar las consecuencias”. Pero evidentemente Jennifer no sabía el palo que le esperaba a la vuelta de la esquina.

Jennifer Flavin and Sylvester Stallone (Photo by Jim Smeal/Ron Galella Collection via Getty Images)
Jennifer Flavin and Sylvester Stallone (Photo by Jim Smeal/Ron Galella Collection via Getty Images)

Y es que de repente, en 1994, Sylvester Stallone rompió con ella. Y atención, a través de una carta que le envió por correo. Una carta que le entregó el cartero de nada menos seis páginas donde no le explicaba el verdadero motivo de la ruptura: un detalle que Jennifer descubrió días más tarde. Se trataba de un motivo desolador, para ella y cualquiera en su posición: Stallone le había sido infiel con la modelo Janice Dickinson y estaba esperando un bebé que creía que era suyo.

Dos semanas antes de enviarle la dichosa carta habían estado haciendo planes para que Flavin lo visitara en el rodaje de El especialista en Miami. Pero entre medias Stallone la llamó y le pidió que pospusiera los planes. Ella no sabía de la carta que estaba por llegarle y que, poco después, Dickinson y su bebé recién nacida serían las invitadas al rodaje.

Lloré un montón. Llamé a todos mis amigos. Limpié el apartamento unas cinco veces” dijo Flavin. “Tenía tantas fotos y cosas de las que deshacerme. Estaba decepcionada. No puedes borrar a alguien [de tu vida] en una carta después de seis años. No iba a intentar rogarle que volviera ni nada parecido. Solo quería hablar”.

Finalmente, Flavin supo la verdad a través de su agente en la agencia de modelos Elite, quien le contó que Stallone había estado manteniendo un romance con la supermodelo. Fue entonces que poco tiempo después, Dickinson dio a luz a la niña mientras los rumores señalaban a Stallone como el padre. “Me cayó como una tonelada de ladrillos” dijo Flavin a People por aquel entonces. “No tenía idea. Habíamos hablado de tener niños, de cuándo iba a quedarme embarazada. Hasta habíamos estado eligiendo nombres, marcando los que le gustaban a él y a mí”.

Después de dejarla a través de la carta, Stallone vivió su romance con Dickinson públicamente. Incluso llegaron a comprometerse. Pero entonces Stallone descubrió que no era el padre de la pequeña con un test de paternidad. Terminó su noviazgo con la modelo y eventualmente, después de algunos amoríos pasajeros que rellenaron páginas de tabloides, volvió con Flavin, quien le dio una segunda oportunidad un año más tarde.

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No puedo ni imaginar el sufrimiento y humillación que habrá padecido Jennifer Flavin con apenas 25 años. El lidiar con una relación aparentemente abierta según las declaraciones de Stallone por entonces, y cuando era una joven veinteañera lejos de tener la experiencia vital de su novio, no es algo que muchos estén dispuestos a aceptar. Mucho menos si se trata de alguien con la exposición mediática de una estrella de Hollywood. Pero que te dejen por carta, sin una explicación coherente tras seis años de relación, me suena a un movimiento cobarde. Sin embargo, ese sufrimiento no debió ser nada comparado con descubrir más tarde que esperaba un hijo con una amante, sin siquiera tener la delicadeza de hablarlo con ella (según las palabras de Flavin). Peor aún si seguía la crónica rosa con fotos de Stallone y Dickinson paseando su compromiso por Hollywood.

Saber dar segundas oportunidades, perdonar y avanzar es algo que pocos corazones rotos pueden lograr sin rencor o rechazo de por medio. Personalmente soy consciente que, de haber vivido lo mismo, me costaría horrores. Sin embargo, de algún modo lograron salir adelante. La primera hija de la pareja, Sophia Rose Stallone, nació en 1996 en Miami, uniéndolos más cuando la pequeña tuvo que someterse a una cirugía de corazón. Se casaron un año después, el 17 de mayo de 1997, dando la bienvenida a Sistine Rose en 1998 y Scarlet Rose en 2002.

Un divorcio que traerá cola

Según los documentos del divorcio, a los que tuvieron acceso medios como Page Six, Flavin alega que el matrimonio está “irremediablemente roto”, mientras acusa al actor de estar “involucrado en la disipación, agotamiento y/o derroche intencional de los bienes conyugales” lo que según ella habría tenido “un impacto económico adverso en el patrimonio conyugal”. No obstante, los rumores no tardaron en rellenar páginas de tabloides por todo el mundo, con supuestas fuentes cercanas añadiendo leña al fuego.

Al parecer, amigos de Stallone afirmaron al mismo medio que la pareja se mostraba “feliz” hace algunas semanas en el set de Tulsa King, la serie que el actor actualmente se encuentra filmando en Oklahoma con visitas constante de su esposa. Otras fuentes añaden que Sly se quedó en shock al recibir los papeles de divorcio mientras alegan que es “ridículo” que señale al actor de vender los bienes conyugales. A su vez, la estrella de Rocky envió un comunicado a Page Six asegurando que estaban “lidiando con sus problemas personales amigablemente y de manera privada”, pero no pudo frenar que los rumores corrieran a la velocidad de la luz en las últimas horas.

TMZ abrió la caja de Pandora al publicar que la pareja se habría separado por discutir sobre un perro. Como lo leen. Dijeron que Stallone quería un Rottweiler para “proteger a su familia”, pero que Flavin no quería añadir otra mascota a la prole familiar, dando lugar a una discusión que habría abierto otras heridas conyugales. El actor terminó adquiriendo el perro de todos modos, nombrándolo Dwight (como su personaje en su nueva serie) y, poco más tarde, un artista de tatuajes llamado Zach Perez publicó en Instagram una foto (ya eliminada) del actor cubriendo un tatuaje que llevaba en el brazo con el rostro de Jennifer con la del bullmastiff que aparece en las películas de Rocky. Y esto no hizo más que disparar los dimes y diretes, casi confirmando indirectamente que habría un perro en la ecuación después de todo.

Ante la avalancha de rumores Stallone terminó pronunciándose a través de TMZ, asegurando que “la relación no terminó por un argumento tan trivial” pero sí confirmó que habían estado en desacuerdo con la adquisición del perro al viajar y vivir entre dos hogares. “Tengo el mayor respeto por Jennifer. Siempre la amaré. Es una mujer increíble. Es el ser humano más bonito que he conocido” zanjaba el actor y director.

Además, desmintió cualquier rumor en relación con el tatuaje en su brazo, asegurando que solo quería retocar la imagen que tenía de Flavin pero, de algún modo, se arruinó en el proceso y lo terminaron arreglando con la imagen del perro sin ninguna mala intención. Mientras que añade que mantiene otro tatuaje de la mujer en su espalda.

Según los documentos de divorcio, Flavin solicitó la propiedad exclusiva de la mansión de Palm Beach de $35 millones que la pareja compró en 2020. Mientras tanto, la exmodelo publicó una imagen con sus tres hijas hace dos semanas en Instagram que, ahora, cobra un significado mayor. “Estas niñas son mi prioridad, nada más importa. Las cuatro por siempre” escribía.

Mientras Sophia contestaba llamándola “nuestra roca” y “la madre más increíble, somos afortunadas de tenerte”, Scarlet respondía con un corazón y Sistine añadía “la mujer más fuerte que conozco”.

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