Tras la polémica, Marina Calabró celebró sus 50 años junto a su hermana y su mamá
Luego del festejo de cumpleaños de Ana Rosenfeld -en donde ella también celebró el suyo-, Marina Calabró continuó con los brindis por sus 50 años. La cita fue anoche, en el restaurante La Stampa de Palermo. La periodista de LN+ disfrutó de la velada junto a sus afectos más íntimos: su mamá Coca, su hermana Iliana, su hija Mía, Rosenfeld y algunas amigas cercanas más.
Para su gran día, Marina Calabró optó por un vestido corto color blanco asimétrico con una manga globo, que acompañó con un saco negro y zapatos stilettos a tono. Y no dudó en posar para las cámaras de los fotógrafos en la puerta del restaurante. Lejos de la imagen de tristeza que dejó cuando habló sobre las declaraciones de Iliana en PH, podemos hablar, esta vez se la pudo ver feliz y con una gran sonrisa.
No fueron días fáciles para la familia Calabró . Todo comenzó la semana pasada cuando Iliana pasó por el programa de Andy Kusnetzoff y entre lágrimas disparó un reclamo que sorprendió a todos: “Yo amo mucho, profundamente, a mi hermana y necesito más presencia de ella. Siento que está esquiva a nosotros, a la familia. Ya desde que papá se fue”, disparó. Lejos de hablar del tema, la periodista optó por el silencio, pero dejó entrever su tristeza por el asunto.
Fue recién el miércoles en la casa de Rosenfeld cuando las hermanas pudieron limar asperezas y terminar con meses de malos entendidos y un pronunciado distanciamiento. Lo contaron ellas mismas en una nota que hicieron para A la tarde las tres mujeres Calabró. “No fue pelea, fue un desencuentro”, sostuvo Iliana, a la vez que su madre remarcó: “Estoy contenta porque están juntas y se quieren, mis dos únicas hijas”.
“Estoy feliz, lo juro. Fue una tarde de muchas emociones porque también para mí era pensar ‘bueno, cómo será el encuentro’. Con Coca no porque no pasaba por ahí el conflicto, pero en el fondo de mi corazón sabía que iba a ser un reencuentro lleno de amor y que iba a fluir; y que no iba a haber esta cosa de ‘mmm... te miro raro o te paso factura’. Yo no tengo facturas para pasar. No me hago la buena, no es mi especialidad hacerme la buena, pero no tengo ningún reclamo para hacerle”. Luego de una carcajada entre las tres, esbozó: “Ya nos sentaremos a hablar y a pasar algunas facturillas que quedaron pendientes en varios talonarios”, expresó Marina.
Anoche, luego del emotivo reencuentro de la actriz y la periodista política, la familia Calabró dejó en claro que los enojos quedaron en el pasado : disfrutaron de una velada con amigos en donde no faltaron las risas, los gestos cómplices, los regalos y la rica comida.