Es policía y ganó 'MasterChef': Saúl Craviotto, el abanderado de España que va a por todas en Tokio
No hay reto que a Saúl Craviotto se le resista, o al menos,eso parece. Convertido en uno de los mejores deportistas de la historia de nuestro país con cuatro medallas olímpicas en su palmarés, este leridano afincado en Asturias tiene en mente continuar agrandando su leyenda consiguiendo un nuevo triunfo a golpe de remo en Tokio 2021, donde además de "volar" sobre la aguas será junto a Mireia Belmonte, el abanderado español en la ceremonia de inauguración. Con más de veinte años de carrera deportiva a sus espaldas, Saúl compagina el piragüismo con su trabajo como Policía Nacional de Gijón. Sin embargo, muchos conocieron al deportista tras su paso por el concurso MasterChef Celebrity, donde fue el ganador de la segunda edición, demostrando una vez más, que lo que se propone, lo consigue.
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Casado desde hace ocho años con la diseñadora y arquitecta de interiores Celia García Álvarez, quien también es técnico en nutrición y dietética con un perfil en Instagram donde ofrece recetas saludables a casi 90.000 seguidores, Saúl es padre de dos niñas Valentina, de seis años, y Alejandra, de tres, aunque tal y como nos confesó en una ocasión no descarta tener un tercero. "La verdad es que yo siempre he querido tener tres hijos, y aunque la pequeña me ha salido muy revoltosa, no es algo que descartemo" admitía el deportista en 2019. Y es que a pesar de su frenético ritmo de vida, Saúl ha encontrado en su mujer a su mejor compañera de viaje o lo que es lo mismo a su alma gemela y a su mejor complice. "Estoy enamorado de mi mujer, felizmente casado y creo que tengo una pareja a mi lado que no me merezco" decía el héroe del piragüismo en declaraciones a ¡HOLA!.
Familiar donde los haya, Saúl ha admitido públicamente que habla a diario con su madre, Emma, y que le gustaría transmitirle a sus hijas los mismos valores que ella le transmitió. Y es que con tan solo 15 años, el deportista abandonó su casa para perseguir su sueño y tuvo que aprender a vivir lejos de su familia, algo que a día de hoy le sigue costando y más aún con sus dos pequeñas, quienes se han convertido para él en la mejor de sus motivaciones para alcanzar el podium.
Acostumbrado a pasar desapercibido patrullando por las calles de Gijón, si eso fuera posible con su 1,92 de estatura, su increíble físico y sus profundos ojos verdes, Saúl se vio obligado en 2017 a cambiar sus competencias al frente de la Policía tras su paso por los fogones de MasterChef debido a su creciente popularidad. "Decidí dejar de patrullar porque, al reconocerme la gente, era más complicado hacer mi trabajo; ponerte a cachear a alguien y que te digan 'tú eres el de MasterChef' no era demasiado serio y perdía credibilidad" declaraba el piragüista en la revista ¡HOLA!, quien pasó a ocupar así un puesto en el departamento de Participación Ciudadana, dando conferencias a niños y adolescentes. "Suelo pedir a los colegios a los que voy a ir que los niños se preparen unas preguntas que pasen "los filtros de los profes", porque, las veces que no he especificado esto, me han preguntado desde cuánto cobro a si tengo novia" explicaba Craviotto.
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Con las palabras esfuerzo, sacrificio y disciplina, como seña de identidad, Craviotto ha señalado en más de una ocasión que debe esta pasión por el deporte, a su padre, con quien tantas horas paso entrenando cuando tan solo era un niño. "Nunca podré agradecérselo a mi padre lo suficiente" afirmaba Saúl a HOLA.COM. "Recuerdo que cuando era un niño mi padre me ataba una cuerda de su piragua a la mía (de su popa a mi proa), y nos íbamos a navegar por sitios perdidos. Y yo, con lo vago que era, levantaba la pala (remo) y me llevaba de paseo".
A punto de abandonarlo todo en 2015 por falta de motivación, Saúl decidió continuar adelante gracias al apoyo incondicional de los suyos, quienes no le dejaron tirar la toalla y le animaron a continuar cumpliendo sus sueños, tanto que hoy en dia, el piragüista no descarta participar en los Juegos Olímpicos de París 2024, donde competiría ya con 40 años. Pero si su forma física le acompaña y su mente también, quizás el piragüista vaya a por su sexta medalla, aunque primero tiene que lograr colgarse la quinta en Tokio.