Poor Things, de Yorgos Lanthimos, ya tiene calificación de la crítica

Lanthimos, incluso cuando se le conceden las finanzas y la libertad para hacer realidad una fantasía adulta tan extravagante, sigue siendo una especie de brutalista, un cirujano que cortará con rudeza el corazón de la condición humana, derramando entrañas que no todos querrán ver. Curiosamente conmovedora por su fervor y abundancia, “Poor Things” puede parecer muy alejada del ascetismo duro y despojado de una obra temprana como “Dogtooth”. Pero en realidad son animales similares, obsesionados con desarmar a las personas para encontrar qué las motiva, qué las hace desmayarse, qué las hace interesantes.

La película está llena de esos momentos, que cobran vida gracias al enérgico abrazo de Stone a la personalidad de Bella, las universalmente excelentes interpretaciones secundarias y la salvaje determinación de Lanthimos de sorprendernos, ya sea usando cuatro lentes diferentes en una escena, pintando el cielo de rojo o esa charla sexualmente positiva que sale de la boca de un aparente bebé. Qué glorioso himno a la libertad es.

Una mezcla divertida, triste, obscena y hermosa que te perseguirá y provocará a partes iguales (...) Una especie de Frankenstein steampunk con cambio de género, explora y desafía la forma en que la sociedad dicta y reprime el comportamiento femenino. Lanthimos también aborda nuestra propia lascivia y el concepto aparentemente monstruoso de una mujer sin vergüenza.

Poor Things es la mejor película de la carrera de Lanthimos y ya se siente como un clásico instantáneo, mordazmente divertido, caprichoso y excéntrico, modesto y sin pretensiones, lleno de tanto que adorar que tratar de analizarlo todo aquí parece una respuesta lamentable a las ambiciones de la película (...) En el centro hay un giro deliciosamente fuera de lo común de Emma Stone, prueba de que, sea cual sea la frecuencia agrietada en la que ella y Lanthimos viajan, su alquimia es la verdadera.

Poor Things es un cuento de hadas increíblemente divertido que crea no sólo uno, sino múltiples mundos distintivos, cada uno de ellos una obra de arte cautivadora, poblados por personajes memorables desarrollados por un reparto de primer nivel. Extremadamente extravagante pero dirigida con un control infalible, también es una historia rica en actualidad, sobre una mujer que se reconstruye desde cero, estrictamente de acuerdo con sus propias reglas, lo que le proporciona a Stone el papel de su vida. O dos, en el caso de Bella.

Lanthimos utiliza el surrealismo y una estilización extrema para exponer sus puntos, lo que da como resultado una película brillante y, a menudo, profundamente inquietante. El humor caprichoso y la violencia misógina van uno al lado del otro. Bella es la santa inocente que descubre la depravación y la crueldad de los hombres. Stone ofrece seguramente la actuación más audaz de su carrera hasta el momento, en un papel que impone grandes exigencias físicas y psicológicas.

Yorgos Lanthimos se lanza a reinos más lejanos de invención y audacia con Poor Things; una pieza de futurismo de época ultrabarroca que debe considerarse la obra más profusamente producida de los últimos años y que también puede clasificarse como una película de arte en toda regla. Incluso cuando la película navega despreocupadamente hacia una enrarecida estratosfera imaginativa propia, está anclada a la realidad emocional gracias a una actuación deslumbrante de Emma Stone que, en todo caso, supera su giro revelador en La Favorita.

Esa trama de nivel básico, una película sobre una mujer y un bebé jugados por un científico, mantenidos cautivos y jodidos, seguramente causará sorpresa entre los cínicos y los mojigatos. En última instancia, ninguna película de Yorgos está completa sin controversia o provocación. No es un cineasta que se queda en el término medio, y Poor Things es una obra de extremismo cinematográfico en tema y estilo. Sentirse ofendido por ella es morder el hermoso y desagradable cebo que a Yorgos Lanthimos le encanta poner.

...es fácil perdonar cualquier película que sea tan alegremente excesiva como ésta. Puede que Lanthimos se deje llevar, pero los resultados son atrevidamente escandalosos y, a menudo, hilarantes. Va demasiado lejos en sus experimentos, tal como lo hace Godwin. Pero, como sostienen varios de los personajes, si quieres ver lo mejor y lo peor de la vida, tienes que llegar demasiado lejos.

Todo lo que hay en la película (cada fotograma, cada imagen, cada chiste, cada actuación) provoca un suspiro de emoción (...) Lanthimos nos muestra un mundo extraordinario, artificial y retorcido. Y su protagonista es alguien que lo lleva al siguiente nivel profesional, o al nivel más allá del siguiente nivel: Emma Stone. Ofrece una interpretación sorprendente y divertida como la primitiva e inocente sexualmente Bella Baxter...