El pop, billete de primera clase del puente aéreo de EE.UU. al Mediterráneo de Josh Rouse

Carlos Bazarra

València, 10 may (EFE).- El cantautor estadounidense Josh Rouse ha demostrado este jueves en València su dominio festivo del pop, el estilo con el que crea, a su manera, un particular y creativo puente aéreo entre su país natal y el Mediterráneo español que le ha acogido desde hace casi veinte años para ofrecer melodías perfectas.

Nacido en Nebraska, formado en Nashville y residente desde hace casi veinte años en València, Josh Rouse ofrece una imagen de vecino tranquilo, educado y con cara de no haber roto un plato en su vida. Sobre el escenario -siempre con sombrero-, muta en un trovador afable, generoso y divertido y en el líder de una solvente banda valenciana con ganas de tocar buena música y pasarlo bien.

La sala Moon de València, la ciudad donde vive desde 2005 y en la que ha echado raíces familiares, ha acogido el primero de los conciertos que Rouse -ganador del Goya en 2014 a la mejor canción por 'Do you really want to be in love?', de 'La gran familia española'- ofrecerá en España de su gira para celebrar los veinte años de '1972', su primer gran disco reconocido por crítica y público de una ya dilatada carrera con una quincena de álbumes.

A sus 52 años y flanqueado por músicos valencianos, sus ya habituales The Long Vacations (como Cayo Bellveser y Xema Fuertes), el artista, que en una entrevista con EFE definía sus canciones como "perfectas para un domingo de resaca", ha construido en directo un gran colchón musical, mezclando la cómoda placidez de los ritmos más clásicos con la electricidad del rock anglosajón, el cromatismo de ecos más globales y la sonoridad azul del Mediterráneo.

En perfecto castellano y coloreando el repertorio con anécdotas de dónde grabó o interpretó cada tema de '1972', Rouse ha comenzado a deleitar a un público entregado con el tema homónimo que abría aquel disco, bautizado así por el año en que nació.

Ese álbum estaba marcado por los sonidos que rescató, en su biblioteca musical y emocional, de un universo donde cabían desde James Taylor hasta Marvin Gaye, desde la Motown al funk, desde la efervescencia creativa del Laurel Canyon al clasicismo soul y rock, desde los ecos de la bossa nova hasta el góspel más norteamericano.

De ese disco seminal han ido recuperando, con orden marcial, 'Love vibration', 'Sunshine (Come on lady)', 'James', 'Slaveship', 'Comeback', 'Under your charms', 'Flight Attendant', 'Sparrows over Birmingham' y 'Rise', todo ello entre recuerdos donde se mezclaban conciertos en Atlanta o Sídney, charlas de bar tras ver a Belle and Sebastian, camerinos compartidos con Prince en Minneapolis.

Ya solo con su guitarra ha rescatado en acústico el 'Pink Moon' de Nick Drake, 'Quiet town' (posiblemente su canción más famosa) y 'Valencia', cuyos ecos festivos ha dado entrada de nuevo a la banda para hacer bailar al público con su particular rumba de 'I will live on islands', 'Stick around', 'Hollywood bass player' e 'It's the night time', mientras 'Dressed up like Nebraska' ha puesto el broche de comunión colectiva a una hora y media larga de concierto.

Aunque sus canciones hayan formado parte de bandas sonoras de películas famosas de Hollywood, de campañas publicitarias y de sintonías de programas radiofónicos, a Josh Rouse le sigue 'picando' no tener un hit mundial que le solucione la vida, pero mientras tanto sigue siendo un músico cercano y que disfruta sin pudor de su vida familiar entre naranjos, mercados, paellas y playas.

La gira nacional de Rouse continúa este viernes en Mallorca y el sábado en Lugo, en el festival Fa Ce La Fest. EFE

(c) Agencia EFE